Antes de la celebración de la gala de entrega de los Max este lunes 4 de septiembre, los galardones que premian la mejor producción teatral del año, se ha dado a conocer el Premio del Público. El elegido ha sido el montaje La vida empieza hoy, obra musical del valenciano Tonet Ferrer. Según la organizadora de los premios, la Fundación SGAE, La vida empieza hoy ha conseguido este reconocimiento obteniendo tan solo 297 votos de un total de 7.321.
La obra, desconocida para la crítica y el público, solo se ha representado nueve veces. Se estrenó en el Teatro Talía de Valencia en febrero de este año con cinco funciones. Se puso otra en pie en la Casa de la Cultura del pueblo valenciano de Puçol, y en la pequeña sala madrileña Teatro La Encina con tres funciones.
Las bases del premio son claras. La obra tiene que haber sido compuesta, escrita o adaptada por un autor o autora miembro de la Fundación SGAE; tiene que haber sido representada en territorio español; y tiene que haber sido estrenada, restrenada o estar en gira entre el 16 de diciembre de 2019 y el 31 de marzo de 2021. Quien obtenga mayor número de votos a través de la plataforma que habilita la SGAE en su página web es el ganador. La obra de Tonet Ferrer cumple todos los requisitos.
No es la primera vez que este premio provoca sorpresa. En 2019, la compañía valenciana Groc Teatre se alzó con este mismo premio con su obra Genovese, sin que apenas hubiera girado por España. En 2018, otro pequeño montaje valenciano, Joc de xiquetes de la compañía Bullanga, también recibió el premio inesperadamente.
Bagaje en el microteatro
Tonet Ferrer es un joven autor y director de teatro, en 2018 realizó una versión de La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca. “Antes estuve haciendo microteatro”, explica por teléfono a elDiario.es el autor valenciano, mientras viaja en coche hacia Bilbao para recoger el premio.“Estamos muy contentos. Es un espaldarazo, ahora estoy montando una nueva obra con los mismos actores y espero que a partir de mañana suene mucho el teléfono”, afirma.
Desde que nació el certamen ha convivido con las contradicciones propias de estar organizado por la fundación de una sociedad de gestión privada como es SGAE. Por ejemplo, los grandes montajes musicales, que quizá son las obras más vistas por el público, no pueden concurrir a estos premios. Solo los miembros de la SGAE pueden aplicar.
“El premio es susceptible de mejorar”
Si las obras premiadas por el público y no por el jurado han sido vistas por una audiencia tan reducida, la credibilidad de este premio del público queda en entredicho y su peso va siendo cada año menor. Rubén Gutierrez, director general de la Fundación SGAE, aclara a este periódico que la elección de este premio se explica por “la capacidad de movilización de las compañías y su entorno”. “El voto este año está muy repartido y ha salido la que más votos tenía. Para nosotros tiene todo el sentido este premio ya que intenta vincular al público con el certamen, algo que creemos fundamental. Somos conscientes de que no llegamos a todo el público que quisiésemos. Hacemos una campaña fuerte por redes, hablamos con todas las compañías participantes para que puedan difundirlo. Y, lógicamente, informamos a todos los teatros, compañías y productoras para que lo muevan”, dice el director de la Fundación SGAE, pocas ahoras antes del inicio de los Premios Max.
Al preguntarle si ante su poca representatividad la Fundación no está pensando en nuevas estrategias o en simplemente anular el premio, Gutierrez afirma: “Hemos intentado impulsarlo de muchos modos, por redes, con diferentes estrategias, pero sí, el premio es susceptible de mejorar. Y creemos que es mejor mantenerlo que no mantenerlo”.