Seis producciones excepcionales en el peor año para el teatro

Una de las grandes características del teatro siempre ha sido retratar la realidad, pero esta última temporada (2013/2014) las obras estrenadas se han cebado como en pocas ocasiones con la actualidad. La crisis, los casos de corrupción, la inmigración, la farsa de la democracia o el drama de los jóvenes que tienen que marcharse del país en busca de trabajo han sido temas recurrentes en los textos de autores como Jordi Casanovas, Silvia Herrero de Tejada, Juan Diego Botto o Juan Cavestany.

En los últimos meses -algunas se estrenaron en 2013 pero han explosionado este año con giras por todo el país- hemos visto obras que llevaban al escenario lo que leíamos todos los días en los periódicos. Con tono de comedia, de drama, de tragedia o como finalmente siempre apuntaba Karl Marx, de farsa. Y el espectador ha aplaudido estos montajes, en su mayoría creados a partir de lo más básico del teatro: pocos actores y un escaso atrezzo. Otro signo de unos tiempos marcados por el 21% del IVA cultural y por los recortes en cultura. No es momento de montajes espectaculares, de árboles gigantes o grúas que ocupan todo el escenario.

Ha sido también una temporada en la que han aparecido nuevas salas de teatro –Madrid ha confeccionado su propio off-off en Lavapiés- que han tenido que subsistir con muchas dificultades (algunas como El Sol de York tuvieron que cerrar antes de que acabara el año), pero que no han parado ni un momento su producción demostrando el talante combativo de la profesión.

Esta es sólo una breve lista de algunos de los montajes que más nos han gustado. Hay muchísimos que también se podrían citar como Las plantas, de Pablo Messiez o Tres en coma, de Juan Cavestany. Es solo una lista más, pero si tienen ocasión de ver alguna de estas obras, no se la pierdan.

 

Ruz-Bárcenas

La obra, escrita por Jordi Casanovas, fue estrenada el 23 de mayo en el Teatro del Barrio de Madrid y supuso la primera incursión del teatro documental- una corriente procedente del reino Unido- en España. El montaje, dirigido por Alberto San Juan e interpretado por Pedro Casablanc como Luis Bárcenas y Manolo Solo como el juez Pablo Ruz, ha sido uno de los éxitos del año con prorrogación de funciones en el Teatro del Barrio y en el Lliure de Barcelona. El texto es una traslación a los escenarios de la comparecencia del extesorero del PP ante el juez el 15 de julio de 2013 cuando confesó que había una caja B en el Partido Popular de la que se habían llegado a beneficiar María Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy. Todas las horas que duró el interrogatorio están reducidas a hora y media pero no hay ni una sola coma que se salga de lo que aconteció en la realidad. Una muestra del interés que este año han cobrado, también para la cultura, los casos de corrupción y toda la actualidad política.

Batavia. Historia de un naufragio

La compañía Erre Que Erre estrenó esta obra el pasado mes de junio en la sala Kubik de Madrid y después pasó al Teatro Lara con lleno todos los miércoles. El montaje se sumerge en la historia real del Batavia, un barco que naufragó en 1629 y cuyos supervivientes sufrieron uno de los mayores ejercicios de tiranía datados hasta la fecha: más de cien fueron asesinados por algunos de sus compañeros que comenzaron a imponer el terror sin ningún tipo de motivo. La obra, en la que se mezcla la coreografía y la poesía, propone una reflexión sobre cómo el miedo nos impide rebelarnos, y aunque está ambientada en el siglo XVII, no deja de ser una metáfora de la actualidad.

Un enemic del poble

A comienzos de enero se estrenaba en el Teatre Lliure de Barcelona esta versión de Miguel del Arco de Un enemigo del pueblo, de Ibsen. Abrió la temporada y fue una de las obras mejor recibidas por el público porque también tocaba uno de los temas de mayor actualidad: ¿hasta qué punto una decisión que beneficia económicamente a la sociedad (de alguna manera) es válida si también le causa otro tipo de daños? Piensen en EuroVegas, AsiaVegas o cualquier otro tipo de proyecto vendido como aquello que traerá beneficio y empleo. Piensen, por ejemplo, en las prospecciones petrolíferas. La obra estaba protagonizada por Pere Arquillue, quien se metió en la piel de ese médico que tiene que elegir entre decirle a su pueblo que el agua que garantía la estabilidad económica está contaminada o callarse.

Perdidos en nunca jamás

Durante 2014 el éxodo de jóvenes en busca de trabajo no se ha detenido. Este drama, aunque para la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, sea una aventura, quedó bien reflejado en esta obra de Silvia Herrero de Tejada dirigida por Lucía Miranda, de la compañía Cross Border Project, y que ha tenido una intensa gira durante toda la temporada 2013-2014, finalizando en junio en la sala Mirador de Madrid. La historia comienza con la desesperación de Wendy, una chica de 30 años que, pese a haberse licenciado –sí, en periodismo- no encuentra trabajo y ya no aguanta más en casa de sus padres. A modo de fábula (triste) acude al bar de Garfio donde encontrará a Peter y al resto de niños perdidos. La fiesta, la borrachera y la juerga, de la que el espectador llega a disfrutar, dan paso a la realidad que no se quiere ver: agarrar la maleta y largarse. Con tristeza y desesperación. También para los padres. Un drama que poco tiene que ver con un Interrail.

Un trozo invisible de este mundo

La gran explosión de este montaje ha llegado esta temporada con notables funciones en el teatro Español y en las Naves del Matadero. La obra, escrita y protagonizada por Juan Diego Botto, y dirigida por Sergio Peris-Mencheta aborda una temática que también ha estado bastante presente en los periódicos: la inmigración. También destaca su incursión en otro drama: los desaparecidos durante la dictadura de Argentina, las torturas y la tétrica ESMA, que también saltaron a las noticias por los juicios que se están llevando a cabo en este país contra los torturadores. La obra, que ha impresionado al público y en la cual Botto, como su compañera de reparto, Astrid Jones, hacen una interpretación contenida y memorable, consiguió cuatro Premios Max en la última edición, entre ellos el de mejor espectáculo.

En construcción

También sobre la inmigración gira este drama dirigido por Tristán Ulloa con Carolina Román y Nelson Dante (actores y autores del texto). La obra pasó por El Teatro del Arte, la sala Mirador y el Teatro del Barrio, en Madrid, además de por otras ciudades como Segovia, Málaga o San Sebastián, con grandes aplausos. Es una historia de amor, de sufrimiento en la cual también se reflexiona sobre cómo nos ven los demás y cómo nos vemos a nosotros mismos cuando nos sentimos alienados ante lo que nos rodea. Teatro social creado a partir del diálogo entre dos personajes que no dejan indiferente al espectador.