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Pokémon GO mantiene la locura ocho años después de la explosión del fenómeno global

Elena Crimental

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En verano de 2016 una fiebre se extendió por el mundo. Las calles se llenaron de personas mirando sus smartphones buscando hacerse con todos. En los medios proliferaron noticias sobre accidentes y aglomeraciones. Pokémon GO acababa de debutar, colándose entre las apps más descargadas y desbancando a gigantes como Tinder. Ocho años después, podría parecer que el fenómeno ha desaparecido, sin embargo, hace menos de un mes, 190.000 aficionados se reunieron en Madrid para jugar presencialmente.

La celebración del Pokémon GO Fest 2024 en la capital ha puesto el foco de nuevo en el videojuego de realidad aumentada de Niantic, que el 15 de julio celebra el aniversario de su llegada a España. “Dejé de jugar meses después de su lanzamiento y volví hace unas semanas”, explica la veinteañera Paula Serna, que ha vuelto a engancharse gracias a que su entorno también lo ha retomado. “Es una manera accesible de compaginar el juego con el deporte y encima socializar”, aclara Ana Escobar, una jugadora de 43 años que ha conocido a su pareja gracias al videojuego.

Paula Sosa ‘Paulasha97’, jugadora profesional, comenta que en su nacimiento “todo el mundo estaba jugando, desde niños hasta ancianos, pero Pokémon GO no tenía prácticamente contenido y acababa siendo repetitivo”, por eso lo abandonó, aunque en diciembre de 2017 regresó y desde entonces se conecta a diario. “¡No he fallado ni un solo día!”, asegura. Pero, ¿cómo ha logrado mantenerse la app en el tiempo? 

Pikachu en tu bolsillo

Desde su nacimiento en 1996, Pokémon han conquistado el globo. Así, la versión para móviles cumplía el sueño de muchos aficionados de incorporar a estas criaturas en el día a día mediante la realidad aumentada. Mario Figueiras es fan de la saga y de los videojuegos desde niño, aunque reconoce que este es el único que tiene instalado en el móvil. De la misma opinión es Serna, quien destaca como ventajoso que “al ser necesario moverse y tener cobertura” no puede “pasar un tiempo excesivo jugando”. 

Esa portabilidad es sin duda una parte esencial en su éxito, como también lo es que sea una app gratuita. Por supuesto, cuenta con transacciones para conseguir mejoras como ampliar inventario o personalizar el avatar, pero, como matiza Figueiras, “⁠se puede disfrutar sin pagar y cualquiera puede conseguir todos los objetivos mediante los eventos semanales”. 

Otro de sus principales alicientes es el coleccionismo. Siendo fiel al eslogan de la franquicia, el videojuego consiste fundamentalmente en capturar criaturas, hasta hacerte con todas. “Mi ilusión día a día es encontrarme un pokémon nuevo, si sale Pikachu con un gorrito distinto lo tengo que tener”, expresa Escobar, para quién dar con versiones raras o pertenecientes a eventos especiales es parte del atractivo. 

“Mi ilusión día a día es encontrarme un pokémon nuevo, si sale Pikachu con un gorrito distinto lo tengo que tener"

Con el tiempo, el título incluyó nuevo contenido, como los esperados enfrentamientos entre jugadores. Sosa combate en batallas player vs player a tiempo real, que requieren “pensar sobre la marcha qué estrategia usarás contra tu rival”. Asegura que “jugar en el circuito oficial implica solidez mental” y que “es difícil para una mujer en un mundo masculinizado”, pero aun así lo que más disfruta de los torneos es “socializar con gente de alrededor del mundo”. Este último punto es la piedra angular sobre la que se ha asentado Pokémon GO.

Sí, quiero, ¡te elijo a ti!

“⁠Lo que más me gusta es su aspecto social, al igual que la actividad física, es una forma muy cómoda de tener una excusa para dar un paseo”, puntualiza Figueiras, que comparte su afición tanto con su madre y hermano como con amigos, algunos de los cuales conoció gracias a la app. “La mayoría de videojuegos implican estar en casa, pero este es distinto”, concuerda Sosa. El caso más particular es el de Escobar, ya que ella ha formado una comunidad “pequeñita, pero de confianza” en Benidorm, donde reside.

“Somos como una familia, quedamos para las incursiones [actividad consistente en derrotar un pokémon en grupo] y en verano intercambias Pokémon con los turistas”, narra. Considera que este videojuego fomenta la “conexión”, sobre todo en su caso, dado que gracias a él conoció a su novio Daniel. “La primera vez que le vi le quité un gimnasio -una de las acciones del juego-, se me quedó mirando y salí corriendo”, recuerda. Más adelante coincidieron en el citado grupo: “Yo tenía otra pareja, pero él me consiguió. Compartir esta afición ha sido sano, hemos hablado un montón en nuestros paseos e incluso formamos un huevecito de nueve meses, ya que en 2020 nació nuestra hija”.

Desde la desarrolladora son conscientes de su elemento diferenciador, pues Tom Glover, director de Comunicación Senior para Niantic EMEA, asegura que su misión es “fomentar las conexiones sociales en la realidad animando a las personas a explorar el mundo juntas”. De ahí que en los eventos en vivo destinen un espacio para que “los Entrenadores lleven su amor mutuo al siguiente nivel comprometiéndose”. Destaca que en Madrid cinco parejas se dieron el sí quiero, una de ellas la formada por Ana y Daniel. Tras años de relación y varios intentos previos de casarse, ella decidió pedirle matrimonio en el Pokémon GO Fest. “La verdad es que se sorprendió muchísimo”, cuenta ilusionada sobre su futuro enlace. 

Tomar la calle tras la pandemia

“⁠He dejado de jugar en algunos momentos, especialmente en la pandemia, ya que la naturaleza del juego era salir y recorrer la ciudad”, relata Figueiras, aunque el sentimiento es generalizado entre las entrevistadas. De ahí que los eventos se hayan convertido en otro factor importante. Además, son capaces de reunir a muchísima gente, como demuestra el hecho de que al Parque Juan Carlos I de Madrid acudieran más de 190.000 personas para disfrutar del Pokémon GO Fest, el 70% de ellas de fuera de España. 

“Aportan un buen soplo de aire fresco a la comunidad, pudiendo reencontrarte con viejos amigos o conociendo nuevos”, explica Sosa, quién reconoce que frente al fenómeno “irreal” de sus inicios, la base de fans “desde 2021 se ha mantenido invariable”. “En Telegram durante los primeros años el nivel de actividad era altísimo, pero poco a poco hay grupos que apenas tienen actividad”, agrega Figueiras, algo con lo que Ana Escobar coincide: “Me da mucha pena porque después de la pandemia todo se ha vuelto un poco más flojito”. 

Sin embargo, todos creen que Pokémon GO no ha terminado. “En vista de los resultados económicos y de todo el contenido que falta por salir, seguro que le quedan unos años por delante”, cabila Mario Figueiras, a lo que Paula Sosa estando de acuerdo añade un ensoñador “¡ojalá dure mucho!”.