En junio, YouTube superó la barrera de los 1.500 millones de espectadores únicos al mes. Cada día se suben miles de contenidos, desde entrevistas o conferencias a tutoriales y vlogs. Y, entremedias, en canales como The Tripletz, Spanish Queens, Devermut, Koala Rabioso o Alejandro P. E. se habla de transexualidad, de salir del armario, de acoso en las aulas, de activismo, de series o de literatura con personajes LGTBI.
Cuando Alba Vidal −en Internet, Koala Rabioso− era adolescente pensaba que no había gente como ella. Ni estaban a su alrededor ni nadie hablaba de ello. De ahí la importancia de encontrar herramientas que permitan mostrar la diversidad: “Es muy importante que exista gente que ayude a visibilizarnos. De joven nunca tuve un referente, por lo tanto ni siquiera pensaba que existía gente como yo. No había Internet y en mi pueblo nadie hablaba de eso. Así que era una realidad que ni siquiera era real para mí”, reflexiona Vidal, la realizadora audiovisual responsable del canal Koala Rabioso y KoalaVlogs.
Su primer canal cuenta con más de 4,8 millones de visualizaciones en total y el segundo, en el que muestra vídeos de su día a día o de sus viajes, con 13,5 millones. Vidal valora que se visibilice y normalice la diversidad “ya sea a través de vlogs simples en los que hacemos vida normal o vlogs complejos de activismo LGTBI más directo”. “Todos los días me escribe gente agradeciendo la labor que hacemos, porque simplemente les hacemos ver que no son monstruos, que no son raros. ¡O al menos que ”ser raro“ no es malo! Que es lo más natural del mundo, que es solo una realidad más dentro de la sociedad y los hacemos visibles”.
Vidal y Penadas participan junto a Daniel Valero (Tigrillo) en Spanish Queens, un canal con 19,1 millones de visualizaciones en el que se pueden ver desde sketches humorísticos hasta recomendaciones de libros. Su compañero Daniel Valero señala que los 'youtubers' son una representación LGTBI “para gente de 11, 12, 13 años que sabe que son LGTBI”. “Cuando yo tenía 15 años no había visto una persona gay en mi vida porque no salían ni en el cine ni en la televisión. Si salían era completamente paródico”, expresa.
Valero plantea el gran cambio que supone para cualquier adolescente ver que entre los youtubers más mediáticos hay personas LGTBI y su posible efecto en el acoso escolar homofóbico. Lo ejemplifica con YellowMellow, con más de un millón y medio de suscriptores y más de 130 millones de visualizaciones en su canal principal: “Contamos con que va a haber miles de niñas de 11, 12 años que no van a tener que vivir escondidas ni van a sufrir el mismo bullying que sufrían hace diez años. Porque a lo mejor la niña que tiene al lado, que es cisheterosexual [persona heterosexual que se reconoce con el sexo que le asignaron al nacer], es superfán de Yellow Mellow y no tiene problema en admirar a una lesbiana. Entonces, ¿por qué no va aceptar a la de al lado?”, argumenta.
En España, los datos más recientes que existen sobre el acoso escolar homofóbico apuntan a que el 3,2% de los niños y niñas que han sufrido acoso identifican su orientación sexual como la causa, según un estudio de la ONG Save the Children. La encuesta de la ONG, realizada en 2016, revela también que un 4,2% de los menores que han sufrido ciberacoso consideran que han sido víctimas por su orientación sexual.
“Un hetero no verá una serie entera por ver un beso”
Ahora, en un mundo en el que nos hemos acostumbrado a buscar en Internet todo aquello sobre lo que tenemos dudas, es más fácil acceder a contenido donde el colectivo LGTBI esté representado. Pero todos coinciden en la pervivencia de una gran laguna, especialmente en el caso de las personas trans: la cultura.
“En el canal intentamos recomendar referentes culturales de temáticas relacionadas con el movimiento LGTBI, feminismo, género, sociología, filosofía, historia...”, comenta Alba Vidal, para quien esta clase de vídeos son importantes para “debatir y avanzar” y poder comprender “de dónde venimos, cómo hemos llegado hasta aquí y conocer cómo funciona la sociedad”.
“Toda esa información es útil si lo trasladamos a la adolescencia porque en esa época empiezan a despertar todas esas dudas y sentimientos si perteneces al colectivo LGTBI y necesitas encontrar respuestas. De manera que facilitar esa información a los jóvenes me parece darles esas herramientas que pueden estar necesitando para que puedan llegar a las respuestas que buscan”, reflexiona.
“Quienes somos del colectivo LGTBI una de las faltas más grandes que hemos tenido ha sido esto. Nunca teníamos historias de amor entre chicas o entre chicos, o no había transexuales e intersexuales…”, contesta Marta, responsable junto a Sara de Devermut, un canal creado por la pareja en 2016 y en el que hacen videoblogs, se habla de cine y series o realizan charlas distendidas a cámara con una persona invitada sobre diversos temas de actualidad.
“Transexuales e intersexuales sigue sin haber”, interviene Sara. Marta señala que, aunque pueda parecer “una tontería”, la televisión, el cine y la literatura dan “la guía de la normalidad”: “Hay un patrón súper repetido: las lesbianas somos capaces de tragarnos una serie entera solo porque sabemos que hay un beso entre dos chicas en la tercera temporada, capítulo diez”. “Un hetero no verá una serie entera por ver un beso. Porque besos hay en todas partes”, incide Sara.
YouTube como plataforma para el activismo
En marzo de este año, YouTube tuvo que rectificar tras darse a conocer que con el Modo Restringido (un filtro para evitar que los más pequeños accedan a contenido violento) desaparecían vídeos con palabras y etiquetas como “gay” o “LGTB”. “Me parece bastante curioso que cuando subes un vídeo donde pone la palabra lesbiana, gay o LGTBI, YouTube te veta la monetización en muchos países”, critica Sara. “La monetización es ridícula, hablamos de nada, de números ridículos, pero que lo siga vetando da tanta pena. Que porque pongas 'cómo salir del armario si soy gay' ya te estén vetando para muchas marcas de publicidad me parece ridículo”.
A raíz de la polémica por el filtro parental, YouTube emitió un comunicado en el que señalaron que estaban “orgullosos” de representar voces LGTBI y explicaban que estaban trabajando para solventar los problemas con el filtro. Pese a ello, Alba Vidal coincide con la visión de las creadores de Devermut: “En el Modo Restringido obviamente no aparece todo ese contenido catalogado como 'sensible'. Dicen que lo están arreglando y que es un error del algoritmo, pero la realidad es que de 160.000 suscriptores que hay en Spanish Queens, no llegan a poder vernos ni un 10% desde hace tiempo”, comenta Vidal. El canal se encuentra parado y explica que no está claro que vayan a retomarlo.
En opinión de Vidal, la plataforma fue “muy potente en su momento” pero ahora no es “tan libre” como antes porque el contenido LGTBI no es “adecuado para anunciantes”: “Los anunciantes que ponen su publicidad quieren asegurarse, en su inmensa mayoría, que su marca y contenido no se va a relacionar con temas polémicos como puede ser la política, el terrorismo, drogas o... contenido LGTBI. Sí, está todo dentro del mismo saco para ellos”, apunta. “No somos adecuados. Pero luego bien que usan la bandera LGTBI en su logo siempre que pueden. Muchos creadores LGTBI han tenido problemas y otros tantos han tenido que dejar la plataforma porque se han cansado. Es muy frustrante”.
Exposición a delitos de odio
La visibilidad que da la plataforma tiene una doble cara: expone a los creadores de contenido a amenazas e insultos homófobos en las redes sociales. Valero ha denunciado delitos de odio por amenazas de muerte: “He tenido vídeos que se han viralizado un poco y la mayoría de los comentarios eran homófobos. Eran 'maricón, muérete'. Hasta el punto de que he llegado a denunciar delitos de odio por amenazas de muerte”, explica.
“Siempre que te expones y das la cara van a insultarte y amenazarte. Más si hablas y te mojas como lo hago yo”, coincide Alba Vidal, al tiempo que señala que “son personas cobardes que se crecen detrás de una pantalla”. La 'youtuber' recuerda uno de los primeros mensajes que recibió: “Ponía 'Juventudes hitlerianas vamos a por ti'. Pues ok, muy bien, gracias. La realidad es que en la calle nunca nadie (¡nadie en 5 años!) me ha dicho una mala palabra”.
Para Valero, ser 'youtuber' del colectivo LGTBI es “cuanto menos difícil de llevar” por la carga que supone “saber que hay cientos de personas que en su día a día están deseándote la muerte”. Incide en que ocurre lo mismo con las creadoras por el hecho de ser mujeres: “Simplemente es el traslado de lo que es nuestra sociedad a un lugar donde pueden decir lo que piensan sin miedo a que les den un bofetón porque están detrás de un avatar”. Pese a ello, insisten en la necesidad de continuar ocupando cada vez más espacios. Lo resume Vidal: “No quiero que seamos invisibles nunca más”.