Ni el encanto único de un formato que se expandió después en el resto de Europa y que sigue ganando adeptos, ni el emplazamiento donde se disputó la competición como tampoco la elección de Sergio Llull como MVP debe maquillar una triste realidad que va un aumento en la Copa del Rey de baloncesto.
En una competición donde los clubs depositan su ilusión de hacer historia y donde los aficionados conviven en un marco idílico durante cuatro días soñando en que su equipo pase a ocupar un hueco en los codiciados anales del baloncesto, la Copa del Rey muestra otra cara, una dura realidad de un torneo nacional que carece, en gran parte, de ese adjetivo que tanto le ha representado.
En la presente edición del campeonato, tan solo 21 deportistas españoles han formado parte del mismo en la ya establecida como peor cifra de la historia. Ni el título de mejor jugador logrado por el mallorquín Sergio Llull sirve como bálsamo de unos datos que están generando cierta intranquilidad en los despachos y que urgen de medidas para paliar esta escasez de mimbres nacionales.
Baskonia, sin ninguno en su lista
Como si de ilustrar en su máximo esplendor la tendencia se tratara, la Copa del Rey de Vitoria se convirtió en el torneo donde el equipo anfitrión, el Baskonia, no contó con ningún jugador nacido en España entre sus participantes.
El conjunto vasco utilizó a jugadores de 10 nacionalidades distintas -representación de Estados Unidos, Alemania, Hungría, Lituania, Francia, Senegal, Brasil, Georgia y Argentina- pero ninguna de ellas era la española, en una cifra que no distó en exceso de la presentada por el Barça, donde la baja de Navarro dejó como único modelo a Víctor Claver, o la de Andorra con David Navarro y Nil Brià.
El Real Madrid, que volvió a alzarse con el título, alcanzó la gloria con la reducida presencia de tres españoles, el trío que forman los prácticamente sempiternos Felipe Reyes, Rudy Fernández y Sergio Llull, igualando así la nómina presentada por Unicaja de Málaga, con Alberto Díaz, Daniel Díez y Carlos Suárez, e Iberostar Tenerife, con Fran Vázquez, Ferrán Bassas y Rodrigo San Miguel.
Un caso aparte
Rompiendo la demoledora estadística, el Valencia Basket se proclamó subcampeón con la presencia de cinco jugadores españoles como son Guillem Vives, Rafa Martínez, San Emeterio, Joan Sastre y Pierre Oriola, en una tendencia que solo tuvo un amago de parangón en Gran Canaria con Albert Oliver, Oriol Paulí, Xavi Rabaseda y Pablo Aguilar.
Más allá de nombres y superado lo estrictamente considerado como competición deportiva, la Copa vuelve a darse de bruces con una dura dosis de realidad que exige cambios en un torneo que, junto a la escasa presencia de representación española, ve con recelo y preocupación el crecimiento en el calendario de una bestia llamada Euroliga.