Marruecos condena a los líderes de las protestas del Rif a 20 años de cárcel
20 años de prisión. Es la condena del Tribunal de Apelación de Casablanca a cuatro de los jóvenes activistas del Rif considerados la cúpula del Hirak, el movimiento popular que salió a las calles en el norte de Marruecos para exigir al Gobierno central mejoras sociales, económicas y culturales en la región.
El veredicto ha vuelto a sacar a la calle a cientos de personas que han protestado esta madrugada contra las condenas. El comité de apoyo al Hirak ha convocado en la tarde de este miércoles una manifestación delante del Parlamento de Rabat.
Sobre otro medio centenar de activistas recaen penas desde 1 a 20 años de prisión. Este el caso de la cabeza visible del movimiento, Nasser Zefzafi. Los acusan de “atentar contra la seguridad interna” del Estado, además de otros delitos como rebelión y participación en protestas ilegales.
Este martes ha finalizado un proceso largo que comenzó el pasado 12 de septiembre y que ha estado salpicado de interrupciones, con huelgas de hambre o ausencia de los detenidos “porque el tribunal no es imparcial”, sostiene un activista del Hirak en Alhucemas, que prefiere guardar su anonimato para evitar represalias como las que viven sus compañeros.
Las 53 condenas, que suman más de 300 años de cárcel, se pronunciaron sin los detenidos en la sala, que rechazaron su último turno de palabra y fueron trasladados al sótano. A pesar de que estaban preparados para penas duras, en el tribunal hubo desmayos, llantos entre cantos religiosos y consignas políticas como “Viva el Rif”. La ambulancia tuvo que llevarse a una mujer.
Al conocer la sentencia, la madre de Zefzafi lloraba desconsolada en la casa familiar del Barrio Obrero. Últimamente no se pudo desplazar desde Alhucemas a Casablanca -a diez horas de autobús- para el juicio y la visita semanal a su hijo por encontrarse enferma y recién operada.
Los familiares piden apoyo exterior
La pasada semana, en una visita de eldiario.es a la casa de Nasser Zefzafi en Alhucemas, su padre mantenía que la sentencia estaba “al caer”. Se estaba celebrando el juicio solo los martes, cuando en los meses anteriores había hasta cuatro audiencias semanales, descansando los miércoles, día destinado a visitar a los detenidos.
Ahmed Zafzafi es el representante y portavoz de los familiares de los presos, que solicitan “a todos los países libres del mundo que nos apoyen para que nuestros hijos salgan de la cárcel”. El portavoz, que sobrepasa los 70 años, ha viajado durante los 8 meses que duró el juicio por Europa para explicar que “aquí en Alhucemas” viven “una situación muy oscura”, y conseguir el apoyo de otros Estados.
Las protestas en el Rif se desencadenaron tras la muerte de Mohcine Fikri, un comerciante de pescado de Imzouren, una localidad a 18 kilómetros de Alhucemas. El joven se tiró dentro de un contenedor de basura para impedir que arrojaran la media tonelada de pez espada que las autoridades portuarias y la Policía le habían requisado a la salida del puerto de Alhucemas por estar prohibida la pesca de ese animal en esa temporada. El mecanismo se accionó y terminó triturado delante del Tribunal de Alhucemas.
Veredicto “venganza”
El veredicto ha sentado como una “venganza” en la zona. “Hay una continuidad del régimen marroquí en vengarse del Rif. Todavía hay esa manera histórica de tratar a la población del Rif. No se puede considerar un juicio legítimo y justo”, se queja el activista Mohamed Moha. “Esto no se puede solucionar con un juicio. Esto tiene una solución política desde más arriba del Gobierno [en referencia al Rey Mohamed VI]”, añade Moha desde Alhucemas.
Este ex-preso político en la época de Hassan II asistió al juicio y asegura que “los detenidos han asimilado las líneas rojas de la política de Marruecos”. “No se ha hablado en el Tribunal de que se quiere derrocar ni al régimen ni al rey ni al Gobierno. Se ha incidido en que sus reivindicaciones son sociales, económicas y culturales; y no van más allá de eso”, prosigue.
Bien distinta es la percepción de Mohamed Karout, uno de los abogados del Estado que declaró a un periodista de AFP presente en el juicio, según recoge el diario francés Le Monde, que “las sentencias son muy ligeras en comparación con lo que establece la ley y cómo se comportaron ante el juez”.
Pocas horas después de conocerse las condenas, los marroquíes salieron a la calle en diferentes ciudades, también en Oujda, localidad fronteriza con Argelia, para protestar por las condenas a los rifeños. Las fuerzas de seguridad, todavía muy presentes en dos campamentos en el Rif, controlaron las ciudades de Alhucemas e Imzouren y a lo largo de “la noche del martes se produjeron nuevas detenciones”, según denunciaron en las redes sociales los propios ciudadanos. En un vídeo colgado en las redes sociales se veía un colegio en llamas.
400 presos más en 10 cárceles
En España, la responsable de Migraciones de Podemos, Dina Bousselham, de origen marroquí, ha sido una de las primeras en reaccionar. Considera el juicio “una barbarie” y ha escrito en su twitter: “La defensa de las libertades y los derechos sociales en Marruecos constituyen para el régimen marroquí un delito de orden público y amenaza de la unidad nacional”. También criticó el “silencio de España y la Unión Europea (UE)”.
Aún no se han pronunciado al respecto los ministros socialistas Josep Borrell y Fernando Grande-Marlaska, que viajarán este jueves a Rabat para conversar con sus homólogos marroquís sobre las relaciones bilaterales de ambos países.
En la cárcel de Oukacha en Casablanca solo estaban medio centenar de activistas, considerados la cúpula del Movimiento, pero, según los abogados de derechos humanos, los presos por el Hirak son alrededor de 400 personas y están distribuidas en diez cárceles del país. Además el Tribunal todavía no se ha pronunciado sobre el caso del periodista Hamid El-Mahdaoui, que incurre hasta cinco años de prisión por “no divulgación de un ataque contra la seguridad del Estado”. El veredicto debe conocerse el jueves 28 de junio.
El rey Mohamed VI intentó apaciguar las protestas en el Rif sin éxito. El 30 de julio de 2017, con motivo del aniversario de su subida al Trono, el monarca indultó a 1.178 presos, de los que solo 40 eran activistas del Rif, entre ellos la artista Silya Ziani, la única mujer del Hirak encarcelada.
Parece que las protestas continuarán dentro y fuera de Marruecos, en un momento en el que el país vive un desgaste social con el boicot ciudadano a tres marcas de alimentación por la subida de los precios y en contra de los monopolios del poder; y con manifestaciones en otras regiones, como Jerada, donde han muerto 8 mineros en los últimos meses. Las duras condenas podrían abrir la brecha independentista de la región. Los republicanos saldrán el 30 de junio a las calles de Rotterdam (Holanda) para pedir la independencia del Rif desde el exterior.