Un juzgado en Bangladesh ha acusado formalmente a 38 personas de asesinato por las muertes que ocasionó el derrumbe del edificio Rana Plaza en Blangladesh en 2013, informa The Guardian. Entre los imputados figura el dueño de la fábrica en la que se elaboraban prendas para ser vendidas en países ricos, entre otros destinos. En el accidente fallecieron 1.135 personas.
Entre los acusados, además del propietario Sohel Rana y otras 37 personas imputadas por asesinato, hay tres personas acusadas de ayudar a Rana a escapar del país tras el suceso. Rana finalmente fue capturado, cuando intentaba llegar a India.
Según informaron las autoridades, de las 41 personas acusadas, 35, incluyendo Rana, se presentaron ante la corte y se declararon no culpables. Del resto, seis personas permanecen fugitivos y serán juzgados en ausencia.
Si fueran considerados culpables de este delito, los acusados podrían enfrentarse a la pena de muerte. Varias organizaciones de derechos humanos recuerdan que ya se han archivado 12 causas sobre el suceso del Rana Plaza, informa El Mundo.
La tragedia del Rana Plaza, el próximo 24 de mayo de 2013, fue el derrumbamiento más mortífero de un edificio después del 11-S. En este caso, las condiciones de la fábrica en la que miles de personas (sobre todo mujeres) cosían para marcas internacionales no cumplía con los mínimos exigidos.
Dos años después, en 2015, más de la mitad de las empresas multinacionales envueltas en aquel derrumbamiento todavía no habían reunido el dinero acordado para compensar a las víctimas, una suma de 30 millones de dólares. La cifra se fijó tras el accidente en el acuerdo Rana Plaza, impulsado por Labor Rights y la campaña internacional Ropa Limpia.
Debate sobre las condiciones en Bangladesh
Este derrumbe abrió de nuevo el debate sobre las deplorables condiciones de las fábricas de la industria textil en países como Bangladesh, que utilizan importantes marcas de ropa. En ese edificio había varias fábricas que hacían ropa para marcas como Primark, Matalan y Benetton.
Tras el accidente se lograron mejoras en ciertos aspectos de la seguridad laboral dentro de las fábricas en el país, el salario y la posibilidad de reunión en sindicatos.
El desastre llevó a la creación de dos comisiones internacionales con la intención de valorar y poner en marcha medidas de seguridad para las miles de fábricas textiles que hay en Bangladesh. La mayoría de las empresas europeas firmaron el Acuerdo sobre fuego y seguridad de edificios de Bangladesh, que afecta a más de 1.600 fábricas utilizadas por marcas como H&M, Marks & Spencer y Primark.
Varias organizaciones sociales denuncian que todavía hay que realizar más esfuerzos para respetar los derechos laborales en las trastiendas de las principales firmas textiles que se asientan en el país asiático.