El Gobierno alemán ha informado de que, entre enero y septiembre, 222 vuelos de deportación han sido cancelados ante la negativa de los pilotos a realizar esos trayectos para repatriar a solicitantes de asilo rechazados a Afganistán, según recogió la cadena Deutsche Welle.
Según explica la radiotelevisión pública alemana, en los últimos meses, pilotos de la mayor línea aérea del país, Lufthansa, y de Eurowings, su subsidiaria, cancelaron hasta 85 vuelos por este motivo. En aeropuertos como el de Düsseldorf, donde se suspendieron unos 40 vuelos, suelen producirse manifestaciones de protesta contra las deportaciones.
Desde la compañía alegan motivos de seguridad para explicar la decisión de los pilotos y aseguran que, a menudo, su personal mantiene una conversación previa con los pasajeros que están a punto de ser deportados. “La decisión de no llevar a un pasajero es tomada, en último término, por el piloto, caso por caso. Si él o ella tiene la impresión de que la seguridad del vuelo podría verse afectada, debe rehusarse a transportar al pasajero”, explicó Michael Lamberty, portavoz de Lufthansa, según informa el Westdeutsche Allgemeine Zeitung.
Afganistán, un destino de riesgo
Las autoridades germanas consideran algunas zonas de Afganistán como lugares seguros para los solicitantes deportados, a pesar de la violencia en la que está sumido el país desde hace décadas. Las deportaciones desde Alemania se están intensificando, pero también aumenta de forma significativa el número de demandantes de protección internacional que recurren sus expulsiones.
Según denunció Amnistía Internacional el pasado octubre, además de Alemania, otros gobiernos europeos como Noruega, Holanda y Suecia han deportado a cerca de 10.000 personas a Afganistán, donde “corren un serio peligro de sufrir tortura, secuestro, homicidio u otros abusos graves”.
A pesar de los “altos índices de violencia” registrados en el país, el número de personas repatriadas de esta nacionalidad se ha triplicado entre 2015 y 2016, según datos oficiales de la Unión Europea: pasó de 3.290 a 9.460 personas. Muchas de estas personas, señala la ONG, regresan a un país más peligroso que cuando volvieron. El “auge” de deportaciones se ha producido cuando Afganistán “está registrando los índices más altos de víctimas civiles de su historia”, recuerdan desde AI.