Desde hace más de una década, cuando se aproximan las fechas navideñas, Francesc Mateu i Hosta se hace una pregunta: “¿Dónde hubiera nacido Jesús si hubiera nacido este año?”. El activista y exdirector de Oxfam Intermón en Catalunya representa cada año el pesebre en alguno de esos lugares o sectores que han sufrido un año especialmente duro a sus espaldas. Empezó a hacerlo para tratar de explicar a sus hijos el “verdadero significado del belén”. Y en 2023 el niño Jesús nace en la bombardeada Franja de Gaza.
En 2009, cuando el excooperante buscaba implicar a sus hijos en las causas sociales, comenzó a recrear sus propios pesebres con muñecos de Playmobil. El primer belén fabricado por Francesc Mateu i Hosta se localizaba en un campo de refugiados, inspirado en los levantados en Tanzania después del genocidio de Ruanda. Desde entonces, Jesús ha nacido en la valla de Melilla, en Lesbos, en una cárcel o en una patera. Ha sido hijo de manteros, de 'Las Kellys' y de menores extranjeros no acompañados.
La historia que en 2023 Mateu i Bonet busca contar a sus hijos, y a quien le llegue, es la de una familia -María y José- que cruzó a la Franja de Gaza para visitar a unos amigos palestinos. Un día después de su entrada, comienza la guerra, por lo que el niño que esperaba María, en avanzado estado de gestación, nace bajo los bombardeos israelíes. A continuación, el texto íntegro del relato con el que el excooperante siempre acompaña sus pesebres.
“José y María han ido a la Franja de Gaza a visitar a unos amigos palestinos. Han tenido suerte y les han dejado cruzar la frontera. María está en un estado avanzado de gestación, pero como es solo un viaje relámpago y el encuentro es importante, valía la pena ir.
Se despertaron sobresaltados por las explosiones. El día anterior había ocurrido un ataque en territorio israelí y había muerto mucha gente. La frontera está cerrada para todos y ha empezado un bombardeo. En la Franja de Gaza no hay zonas seguras y todo el mundo tiene mucho miedo. Bombardean escuelas, hospitales y edificios enteros de viviendas.
Les dicen que abandonen la ciudad, que vayan hacia el sur, pero los primeros que lo han hecho han muerto en el camino por un ataque. Están atrapados con todos los habitantes de la Franja.
El día del parto se acerca y José y María siguen buscando refugio, comida y agua, pero cada vez es más difícil encontrarla porque Israel ha cortado todos los suministros. Por ahora es imposible volver a casa. Han caído bombas muy cerca, han muerto muchas personas, entre ellas un gran número de niños, pero ellos tenido suerte y solo tienen pequeñas heridas. Todas las casas a las que podían ir están destruidas. Los bombardeos son masivos e indiscriminados.
Con el sufrimiento de todas aquellas personas son conscientes de que para el Gobierno de Israel, ahora mismo, solo son un estorbo. Da igual si tienen sed o hambre, o si acaban de perder a las personas más queridas; ni siquiera si están gravemente enfermos o si mueren. No hay tregua. Son un número, o un daño colateral. Pero ni siquiera están seguros de eso. Son pobres y quizás ni siquiera son un número.
María nota dolores de parto y no saben dónde ir. A los temores del primer parto se añade la angustia de saber que nadie podrá ayudarles porque las bombas, los heridos y el miedo no dejan espacio para tener un parto en condiciones. Y menos para el parto de un enemigo, puesto que es su Gobierno el que está masacrando la población de la Franja de Gaza.
Oscurece y hace frío. Se cobijan entre escombros en un edificio hundido con un techo que milagrosamente se mantiene entero.
María se pone de parto y la noticia corre deprisa por los alrededores. Pese a saber que son judíos, aparecen sanitarias para ayudar. ¡Y agua! (que alguien debía de tener escondida). Y algo de comida, a pesar de que hace días que todo el mundo pasa hambre. Bajo los escombros y las bombas, todo el mundo vuelve a ser lo único que deberíamos ser siempre: personas.
En la madrugada ha nacido el niño. Milagrosamente han parado los bombardeos porque es Navidad. Los padres le ponen de nombre Jesús, que significa “el salvador”, ya que en medio de esta masacre de vidas humanas un niño acaba de nacer y ha sido el único capaz de hacer olvidar a todo el mundo de dónde está y qué es, para preocuparse sólo de quién es. Un niño que será la salvación y que trabajará para acabar con la guerra y la absurdidad de la violencia entre seres humanos“.