Cientos de migrantes salvadoreños, deportados por EEUU, han sido asesinados o sufrido abusos, según HRW
Al menos 200 migrantes salvadoreños que fueron deportados por Estados Unidos después de que no se les concediera asilo en el país norteamericano se han enfrentado a abusos o incluso a la muerte en El Salvador, según revela una investigación de Human Rights Watch (HRW).
La ONG ha contabilizado 138 casos de ciudadanos salvadoreños que fueron asesinado desde 2013. Además, se han reportado otros 70 en los que sufrieron violencia sexual, torturas y otros daños –generalmente a manos de pandillas– o que desaparecieron al poco de volver a su país de origen.
De los 1,2 millones de salvadoreños que se estima que viven en EEUU y no cuentan con la ciudadanía estadounidense, tres cuartas partes de ellos están indocumentados o tienen un estatus legal “precario o de carácter temporal”. Entre 2014 y 2018, EEUU deportó a 111.000 salvadoreños, y reconoció al 18,2% para recibir asilo (en otros países centroamericanos las tasas de reconocimiento de asilo superan el 75%).
Humans Right Watch puntualiza que pese a que la administración estadounidense no es la única responsable de estas violaciones, pues las pandillas en El Salvador abusan de los retornados y el gobierno salvadoreño hace “poco o nada” por protegerlos, EEUU está poniendo en peligro a los deportados, aún a sabiendas de que se enfrentan a este tipo de abusos.
“Ningún gobierno, ni organismo de la ONU, ni ONG han monitorizado qué está pasando con las personas deportadas una vez que vuelven a El Salvador”, explica el informe. Es por ello que pretenden cubrir esa falta de información en este respecto y denunciar como, al mismo tiempo que EEUU ha endurecido las políticas de asilo e inmigración, sigue incumpliendo su obligación de proteger a la población salvadoreña de regresar en una situación que la pone serio peligro.
El informe ha determinado también que los salvadoreños fueron asesinados en un plazo de hasta dos años de regresar de Estados Unidos. Según medios citados por Human Rights Watch, 81 deportados murieron después de estar un año o menos en El Salvador, 14 en menos de una semana y tres de ellos fueron asesinados durante las primeras 24 horas en el país.
Asesinatos y violaciones al llegar a El Salvador
La ONG ha documentado el caso de Javier, que en 2010, cuando tenía 17 años, decidió emigrar hacia EEUU –hacia donde ya había huido su madre– para escapar de la violencia vecinal y de ser reclutado por las pandillas. A su llegada, se le denegó el asilo y fue deportado alrededor de marzo de 2017, cuando tenía 23 años. Su madre, Jennifer, relata qe cuatro meses después de llegara casa de su abuela, la Mara Salvatrucha (MS-13), lo asesinó “por sus tatuajes”. Según esta investigación, la tenencia de tatuajes puede suponer un riesgo, incluso si no tienen relación con las pandillas.
Angelina, una mujer salvadoreña que sufría abusos por parte del padre de su hija y de un integrante de una pandilla, huyó en 2014, pero miembros de las patrullas fronterizas la arrestaron en su intento por entrar en EEUU y fue deportada ese mismo año. En octubre, ya en El Salvador, el hombre que la acosaba volvió a acosarla y amenazarla: “Entró y me obligó a tener sexo con él por primera vez. Sacó su arma... tenía tanto miedo que obedecí”. Relata también que no se atrevió a denunciar al miembro de la pandilla que abusó de ella porque la amenazó con matar a su padre y a su hija, si ella no aceptaba ser “su única mujer”. Tras varias violaciones más, decidió volver a EEUU, con su hija, donde le concedieron protección frente a una posible deportación, y a su hija se le concedió asilo.
Según Elizabeth Kennedy, coautora del informe, “Estados Unidos ha tenido que saber lo que ocurría en El Salvador porque en las solicitudes de asilo se especificaba, explica a The Guardian. ”Esa es la realidad, pero las autoridades de EEUU la ignoran o no quieren creersela“.
“Los ataques a los solicitantes de asilos son únicos en la administración Trump. Han puesto incluso a más salvadoreños, y a otros, ante un riesgo de deportación que hace mucho más difícil que puedan presentar sus casos para recibir protección efectiva, apunta Kennedy. En la misma línea se ha pronunciado Alison Parker, directora ejecutiva del programa estadounidense de HRW y coautora de la investigación, ”se enfrentan a asesinatos, violaciones y otros actos de violencia tras ser deportados, en cifras sorprendetemente altas“, al mismo tiempo que el gobierno de EEUU ”limita su acceso a asilo y hace la vista gorda a los resultados mortales de sus políticas insensibles“.
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), entre 2012 y 2017 las peticiones de asilo de salvadoreños en EEUU aumentaron un 1.000%, de las 5.600 hasta las 60.000. Este incremento se debe a la violencia y violaciones de derechos humanos que se perpetran diariamente en El Salvador, que ha registrado una de las tasas mundiales más altas de homicidios y violencia sexual, y se han contabilizado hasta 11.000 casos de desapariciones en la última década.
Desde que a finales de enero de 2019, el presidente Donald Trump impusiera los Protocolos de Protección de Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), conocidos como 'Remain in México' (Permanecer en México), casi todos los solicitantes de asilo han sido enviados de regreso a México, apuntan desde la ONG. Además, este programa vulnera el derecho a buscar asilo en EEUU, y la Cámara de Representantes ya ha iniciado una investigación sobre ello.
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