La UE no cumple ni con los envíos de mantas y chubasqueros para refugiados

La llegada de refugiados no cesa y el frío se intensifica. Niños mojados tiritando al pisar suelo europeo, centros de acogida saturados, menores durmiendo al raso. Los estados de tránsito se han chocado con una emergencia humanitaria en plena Unión Europea: necesitaban -y necesitan- chubasqueros, mantas, tiendas de campaña, ambulancias, kits de primera respuesta... Los estados miembros, aunque se comprometieron a cubrir sus peticiones hace cinco meses, tampoco han enviado esta ayuda básica, según los datos de la Comisión Europea.

La Unión Europea aprobó el 23 de septiembre un plan de “acciones prioritarias” para responder a la crisis humanitaria de refugiados. Basada en un conjunto de medidas a medio y largo plazo, la más sonada consiste en la reubicación de solicitantes de asilo desde Italia y Grecia a otros estados, que continúa desarrollándose a cuentagotas (459 recolodados frente los 160.000 comprometidos).

El proyecto también incluía la activación de una serie de medidas prácticas destinadas a “estabilizar la situación” y responder a las necesidades básicas de los recién llegados a Europa. En esta línea, tras la cumbre de los Balcanes, los estados miembros activaron el Mecanismo de Protección Civil de la UE, lanzado para “ofrecer apoyo práctico a los países desbordados por una situación de crisis”.

Serbia, Eslovenia, Croacia y Grecia solicitaron ayuda en especie. Piden mantas, chubasqueros, ambulancias, tiendas de campaña, kits de primera respuesta, suministros médicos, guantes... Pero la diferencia entre las cantidades solicitadas y las ofrecidas por el resto de países europeos supera el 50% en buena parte de los artículos. Si la cifra de refugiados reubicados y reasentados por Europa hasta el momento es irrisoria, desde la UE tampoco están cumpliendo con el envío de ayuda de emergencia.

A las condiciones de riesgo y desamparo que ya sufren los refugiados en su camino a Europa central, los solicitantes de asilo se han encontrado otro enemigo: el frío. Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó en octubre de que, a menos que la asistencia cambiase en los Balcanes, miles de personas se expondrían a “condiciones potencialmente mortales” durante este invierno. Ya se ha atendido a personas con hipotermia durante su travesía. En Grecia, centenares desembarcan cada semana con estos síntomas.

La Unión Europea solo ha enviado el 32% de las mantas que han solicitado los estados de tránsito. Mientras, grupos de voluntarios y ONG se organizan en las islas griegas para recibir a los refugiados e intentar ofrecerles ropa de abrigo.

Las lluvias no cesan en países como Serbia, por donde siguen pasando cerca de 2.000 personas cada día. Las imágenes de refugiados esperando largas colas para acceder a la frontera, durmiendo entre el barro, han mostrado la necesidad de contar con un simple impermeable, plásticos o tiendas de campaña donde poder cobijarse. Los principales países de tránsito para los refugiados han solicitado un total de 304.000 chubasqueros desechables, pero los estados solo han enviado 72.000, el 24% de los impermeables pedidos.

Serbia pidió 80.000 y ha recibido 2.000. Croacia, 24.000 de los 124.000 requeridos. Los estados miembros han destinado a Grecia 46.000 plásticos, aunque precisaba 100.000.

Los sacos de dormir tampoco llegan a Grecia. Mientras los 3.850 solicitados por Serbia sí fueron otorgados por los estados miembros, el país heleno ha recibido 4.100 de los 100.000 solicitados.

“Se piden mantas y no se entregan ni la mitad. Piden guantes desechables y se les envía una décima parte... Es el mayor reflejo de la falta de voluntad política para responder a la crisis de refugiados”, sostiene Cristina Gortázar, directora de la Cátedra Jean Monet de Refugio y Asilo en la UE de la Universidad de Comillas. “Lo siento, pero, con estos datos, no se puede tener fe en ellos”, apuntó la experta en las jornadas de la Universidad de Comillas celebradas recientemente.

De las 26 ambulancias que ha pedido Grecia para responder de forma más eficaz a las necesidades sanitarias de los miles de refugiados que llegan cada semana a sus costas, muchos con hipotermia o con lesiones derivadas del viaje, la Unión Europea no ha enviado ninguna. Tampoco a Serbia, que solicitó cinco vehículos de emergencias.

Grecia pidió 100.000 kits de primera respuesta y Croacia, 2.000. El estado heleno es el único que ha recibido alguna de estas bolsas de ayuda básica, pero solo 2.000, un 2% del total solicitado.

A esta lista de peticiones sin respuesta se unen los autobuses solicitados por Serbia y Grecia (24 en total) y los vehículos cuatro por cuatro (35), empleados para transportar a refugiados de un puto a otro, ya sea para falicitar su identificación, o ser trasladados a centros de acogida u hospitales.

La solidaridad española con el mecanismo de emergencia lanzado por la UE se basa en el envío de 5.940 mantas de lana a servia a Serbia; 6.000 guantes desechables, 5.000 mantas polares, 20 sacos de dormir y 100 camas de campaña a Eslovenia. A Croacia, España ha mandado 3.000 mantas isotérmicas y 6.000 guantes desechables. Grecia es el único país receptor al que no ha enviado nada.

El retraso en la reubicación

La pasada semana, Bruselas dio un importante toque de atención a Grecia, que tampoco está cumpliendo sus promesas. La Comisión Europea (CE) aprobó un informe interno que constata la existencia de “graves deficiencias” en la gestión de la frontera exterior de Grecia, después de que los Estados miembros pidiesen estudiar si cabía prolongar hasta dos años los controles temporales internos en Schengen.  Según el documento, las autoridades griegas “no realizan una identificación y un registro eficientes de los migrantes regulares”, necesaria para efectuar la reubicación de refugiados. 

Según detalla la Comisión Europea, “las impresiones dactilares no se introducen sistemáticamente en la base de datos” y tampoco “se comprueba la autenticidad de los documentos de viaje ni se consultan las bases de datos de seguridad fundamentales”. Con la aprobación del documento, la Comisión daba un plazo de tres meses al país heleno para corregir esta situación y, en caso de persistir, Atenas podría quedar fuera del espacio de libre circulación hasta dos años.

Los focos y la responsabilidad se centraron en Grecia, pero el resto de estados miembros tampoco están cumpliendo sus promesas. Por el momento, los países europeos han ofrecido 4.237 plazas disponibles para acoger a los refugiados reubicados de las 160.000 pactadas.