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60 segundos cruciales contra la neumonía

Belén Ruiz-Ocaña

Técnica de comunicación de UNICEF Comité Español, desde Hawassa (Etiopía) —

1, 2, 3, 4, 5… 60. En solo 60 segundos podemos saber si un niño tiene neumonía. Algo tan sencillo como contar el número de respiraciones por minuto puede diagnosticar la enfermedad que más muertes provoca entre los menores de 5 años en todo el mundo: más de 900.000 al año, o lo que es lo mismo, un niño cada 35 segundos.

Pero, ¿qué hacer cuando no se cuenta con los medios suficientes para realizar un buen conteo de las respiraciones? O peor aún, ¿qué hacer cuando en algunos lugares la neumonía ni siquiera tiene nombre?

En Etiopía, hace unos años, muchos niños enfermaban con un resfriado fuerte y morían. Nadie sabía que los mismos síntomas de un catarro escondían una dolencia mucho más cruel, que se llevaba –y aún lo hace- miles de vidas.

“La neumonía era difícil de diagnosticar hasta ahora”, nos cuenta en Hawassa (Etiopía), la doctora Hayalnesh Tarekegn. Esta mujer menuda, etíope y afincada en Nueva York, donde trabaja para UNICEF, nos explica que si un niño tiene neumonía “tiene que tomar un antibiótico inmediatamente para no empeorar y llegar a necesitar recibir oxígeno”.

Por eso, para terminar con la mortalidad a causa de la neumonía hay que abordar el problema desde su inicio: el diagnóstico. La neumonía es una enfermedad prevenible y tratable, pero se necesita mejorar su diagnóstico porque no hay herramientas que puedan utilizarse de manera sencilla en todos los niveles del sistema de salud, especialmente en zonas remotas y con pocos recursos, donde no hay máquinas de rayos X.

Para abordar estas carencias, UNICEF y la Fundación Bancaria “La Caixa” unieron ciencia, innovación y creatividad para dar con un sistema que permitiera hacer un rápido diagnóstico de la neumonía en los sitios más remotos. Así nació el programa ARIDA (Ayuda para el Diagnóstico de una Infección Respiratoria Aguda), cuyo primer paso fue desarrollar un dispositivo innovador para hacer un diagnóstico mejor y más exacto.

Los aparatos se están probando en Nepal y Etiopía. En el país africano pude comprobar cómo el dispositivo permite a los trabajadores sanitarios de los lugares más remotos diagnosticar con certeza y sin lugar a dudas una enfermedad que hasta hace poco se confundía con resfriados comunes.

La sombra de la neumonía acecha cuando un niño respira muy rápido. Hasta ahora en Hawassa los trabajadores de la salud contaban las respiraciones con viejos cronómetros, o incluso con los dedos. El dispositivo “les encanta, ha supuesto una especie de revolución para ellos”, nos explica contenta Macoura Oulare, jefa de salud de UNICEF Etiopía. “Lo más positivo es que el error se minimiza, porque el aparato da una información de calidad y certera”.

Emebet, trabajadora en el puesto de salud de Morocho, en Hawassa, dispone de un dispositivo en el centro. Muchos de los niños que hacían cola con sus madres o abuelas en la puerta del dispensario parecían acatarrados, congestionados o fatigados. Antes algunos se habrían ido con un diagnóstico incorrecto, lo que les haría volver a los pocos días en un peor estado. Ahora, salen todos con un diagnóstico certero gracias a un dispositivo de uso muy sencillo: un corto cinturón que rodea el tórax del niño y cuenta automáticamente su respiración.

Esto trae dos consecuencias positivas: la prescripción inmediata de tratamiento, lo cual evita muertes infantiles, y la reducción de los falsos positivos de neumonía, que llevaba al uso inadecuado de antibióticos.

En Etiopía se ha producido un avance significativo en la reducción de la mortalidad de menores de cinco años, y en la salud materna y neonatal. El programa de extensión sanitaria ha contribuido mucho a ello. Pero sigue habiendo retos, porque todavía hoy muchos niños mueren.

Gracias a proyectos innovadores como este, que incluye también la mejora de acceso al tratamiento y la distribución de medicamentos y tratamientos como oxígeno, las vidas de miles de niños podrán salvarse cada año.

Este lunes se ha conmemorado el Día contra la Neumonía. Ojalá que, en el futuro, cuando sea 12 de noviembre no sea necesario.