La Unión Europea sabe que los denominados guardacostas libios están fuera de su control y que la detención de los migrantes se ha convertido en un “negocio rentable” para el Gobierno libio, según se desprende de un informe recientemente filtrado del Consejo europeo.
El documento describe el destino de los migrantes que huyen hacia Europa y son interceptados por los guardacostas de Libia, un país con el que las autoridades italianas acaban de renovar su polémico acuerdo para frenar la migración. Respaldados por Bruselas, los guardacostas trasladan a los migrantes a campos de detención oficiales y no oficiales en condiciones terribles y peligrosas.
A la vez que alaba los “avances conseguidos” en la reducción del número de personas que abandonan la costa libia en dirección a Europa, las 13 páginas del documento dan cuenta de las muertes, los sobornos, las desapariciones inexplicables, la corrupción y las violaciones generalizadas contra los derechos humanos.
Renovado recientemente, el acuerdo multimillonario con Libia compromete a Italia y a la UE a proporcionar dinero, formación y embarcaciones a los guardacostas libios para que intercepten a los migrantes en el Mediterráneo y eviten así que lleguen a costas europeas.
El mes pasado se decidió renovar el acuerdo y aumentar la financiación en cinco millones de euros, pese a que el documento de la Unión Europea admitía que “las condiciones de los migrantes en Libia se han deteriorado gravemente en los últimos tiempos” citando conflictos relacionados con el negocio del contrabando y de la trata, “además del empeoramiento de la situación en centros de detención superpoblados”.
El documento tiene una etiqueta que dice ‘restringido’, y fue severamente censurado antes de su publicación. En el informe original, escrito por la presidencia del Consejo Europeo para un “grupo de trabajo de alto nivel sobre asilo y migración”, se habla de las “graves” consecuencias y se hace un llamamiento interno para tomar “medidas inmediatas” que salven la vida de las personas atrapadas en el sistema.
Estas son algunas de sus afirmaciones:
- No hay registro oficial del número de centros de detención, pero se estima que la suma de centros oficiales y no oficiales puede ser de entre 17 y 35, algunos de ellos supuestamente dirigidos por milicias. Hay más de 5.000 personas arrestadas y cerca de 3.700 están en “áreas de conflicto”.
-Algunos de los centros de detención “están supuestamente relacionados con la trata de seres humanos” y “no hay un sistema de registro adecuado para los migrantes”. “Se han detectado graves casos de corrupción y soborno en los centros”, dice el documento.
-Los funcionarios de la UE en el terreno no tienen autorizado controlar la conformación de las fuerzas guardacostas libias o sus actividades para hacer frente a los “problemas de seguridad”.
-El Gobierno libio no ha mejorado la situación en los centros ni proporcionado una respuesta satisfactoria frente a los habituales informes de “desapariciones” entre las personas interceptadas por los guardacostas. “La resistencia del Gobierno a solucionar los problemas hace pensar en la posibilidad de que esté involucrado”, dice el texto.
-La “negativa de las autoridades a ofrecer su cooperación está estrechamente relacionada con las violaciones de los derechos humanos denunciadas una y otra vez en los centros de detención y con el hecho de que las instalaciones representan un negocio rentable para el actual Gobierno libio”. Según las organizaciones humanitarias, los detenidos son obligados por los funcionarios del centro a pedir a sus familiares un rescate a cambio de su liberación.
-Un centro de detención cercano a Trípoli y en el que vivían 644 migrantes fue bombardeado en julio provocando la muerte de al menos 53 hombres, mujeres y niños, además de 130 personas heridas. El centro fue ocupado rápidamente por más personas traídas por los guardacostas.
-En los centros de detención se sufre de “hacinamiento y condiciones insalubres”: “En especial, hay dificultades con relación a las instalaciones sanitarias y al suministro de alimentos y de agua. Se ha informado insistentemente de graves violaciones de los derechos humanos”.
La UE ha estado presionando al Gobierno libio para que deje de arrestar a los migrantes de forma arbitraria. Distribuido en septiembre entre funcionarios clave de la Unión, el documento filtrado dice que las autoridades libias habían acordado cerrar tres centros de detención cerca de Trípoli y que hasta el momento no se había cumplido la promesa.
La reducción en el número de migrantes se ha celebrado en Bruselas como una buena noticia. El flujo de personas que llegan a Italia pasó de más de 107.000, en 2017; a unos 13.000 en 2018. Hasta agosto de 2019, solo habían llegado 1.100, mientras que los interceptados por los guardacostas libios ascendían a 5.280 .
La comisión de libertades civiles del Parlamento Europeo tenía programada para este jueves 20 una sesión de preguntas con las autoridades de la UE con el objetivo de hacer visible el coste humano del acuerdo con Libia. Como dijo la eurodiputada holandesa y miembro de la comisión Sophie in't Veld, “a lo largo de los años, Libia ha recibido miles de millones de euros con el único propósito de mantener a los migrantes alejados de Europa, es la Fortaleza Europa, el equivalente europeo del muro de Trump, solo que mucho más letal que una pared”.
“Así que tal vez se hayan ahogado menos personas, tal vez hayan llegado menos a las costas de Europa, pero innumerables personas han muerto en el desierto, han sido vendidas en mercados de esclavos, torturadas, violadas, dejadas morirse de hambre en los centros libios de detención, o capturadas en medio de conflictos violentos”, dijo. “Y mientras tanto, los traficantes de personas siguen prosperando. Nadie en su sano juicio puede considerar esto como un éxito. Estas políticas representan un desastre moral y financiero”.
Traducido por Francisco de Zárate