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La estación de tren de Budapest, un campo de refugiados improvisado

Centenares de refugiados han pasado la noche acampados frente a la estación de ferrocarriles Keleti de Budapest y siguen sin poder acceder a los trenes con destino, en su mayoría, a Austria y Alemania tras la decisión de las autoridades de no permitirles el acceso. Los solicitantes de asilo protestan este miércoles a las puertas de la estación mostrando sus billetes comprados.

Menos de 24 horas después de que varios trenes repletos partieran a Europa Occidental sin controles de visa, las autoridades húngaras cerraron este martes la estación ante el caos y la situación de emergencia. Horas después, abría sin dejar entrar a los solicitantes de asilo.

Los entornos de la estación de metro de Keleti, cerca de la terminal ferroviaria, se han convertido en un improvisado campo de refugiados para alrededor de 3.000 personas, entre ellas familias con niños de corta edad durmiendo al raso o en tiendas precarias.

La ira de muchos refugiados era visible después de que comprasen billetes, algunos por valor de más de cien euros, para poder viajar a Alemania. La compañía ferroviaria asegura que en algunos casos se reembolsará el dinero invertido.

Decenas de agentes antidisturbios custodian la entrada principal de la estación tras expulsar este martes a cientos de refugiados que protestaron a la puerta coreando lemas como “Alemania, Alemania”, “Dejadnos partir” y el nombre de la canciller alemana, “Angela Merkel”.

“Ayer nos dieron esperanzas y hoy vuelven a cerrar la estación”, se lamentaba Ahmed, un iraquí que pretende llegar con un hermano y una hermana a Hamburgo, en Alemania, donde asegura tener familiares. “Hemos preguntado a los taxistas cuánto nos costaría ir hasta la frontera con Austria y nos piden 500 euros, pero no tenemos ese dinero”, se quejaba en declaraciones a Efe.