La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el presidente en funciones de la Comunidad, Ángel Garrido, han firmado este viernes el realojo de 150 familias residentes en la zona conocida como 'tramo sin asfaltar' del sector 6, en el término municipal de Madrid de la Cañada Real. Se trata del primero de los esperados realojos de la Cañada y la distribución se realizará en un 60% en la ciudad y el 40 restante en distintos municipios de la Comunidad.
Ayuntamiento y Comunidad han aportado para ello 9 millones de euros por administración para esta bolsa de vivienda. La firma del primer realojo llega cuando se cumple prácticamente un año de la firma del Pacto Regional entre estas dos administraciones, los ayuntamientos de Rivas y Coslada, asociaciones vecinales y entidades sin ánimo de lucro que trabajan en la zona.
El ámbito de aplicación del pacto tiene efectos sobre las personas censadas en la Cañada Real Galiana antes del 31 de diciembre de 2011. El acuerdo da un plazo de dos años para el realojo. El Pacto Regional se firmó como un primer paso en la dirección de regular la situación urbanística con un proyecto de renovación desde la legalidad y del derecho al acceso a la vivienda digna de los habitantes de la Cañada.
La firma del primer realojo afecta solo al tramo sin asfaltar, no a todo el sector 6, la zona de peores infraestructuras donde reside la mayoría de la población vulnerable del que es el mayor asentamiento irregular de España. Allí habitan unas 700 familias, según ha apuntado en una conversación con eldiario.es Agustín Rodríguez, sacerdote de la Parroquia de Santo Domingo de la Calzada, situada en el sector 6.
“Los vecinos que habitan en el camino sin asfaltar están por lo general contentos con marcharse, los del resto del sector más descontentos, porque la zona está muy aisladas y en condiciones muy duras. Pero la mayor parte de la gente, por lo general, está contenta”, sostiene.
Rodríguez apunta que las entidades sociales que trabajan desde hace años en el término municipal han acogido con “cierta satisfacción” este ansiado acuerdo y esperan que este primer realojo abra el camino al del resto de familias del sector 6. “La previsión es que toda la población deje de vivir allí. Hay que terminar buscando una posibilidad de realojo para todos. Es un reto. Si este primer realojo se hace bien es ilusionante, porque abre un camino para el resto. Como lo hagamos mal, se nos puede caer todo”, concluye.