Cine para “estrechar lazos” con la cultura española y “refrescar la memoria” de la causa saharaui. Con este propósito, por primera vez en sus trece años de vida, aterriza en Madrid FiSahara, el único festival de cine en un campamento de refugiados, el de Tinduf (Argelia). Tres días de programación, durante este fin de semana, con películas de renombre del cine saharaui y debates sobre la situación del Sáhara Occidental “tras más de 40 años de exilio y ocupación”, denuncian los organizadores.
El lugar elegido para acoger esta edición especial del Festival Internacional de Cine del Sáhara ha sido la Cineteca del Matadero de la capital. La encargada de abrir la muestra será Leyuad: Un viaje al pozo de los versos, de Gonzalo Moure, Brahim Chagaf e Inés G- Aparicio, el viernes a las siete de la tarde.
Le seguirá la mesa redonda “Cine en el Sáhara. Resistencia cultural” y las actuaciones de Aziza Brahim, cantante saharaui y DJ Sunshine. A la sesión inaugural asistirán personalidades del mundo de la cultura española como Clara Lago, Dani Rovira, Inma Cuesta, Alberto Amman y Carles Francino.
El sábado, a las 19:15, se proyectará el documental Hijos de las nubes de Álvaro Longoria y Javier Bardem, que dará paso al debate “Cine en el Sáhara. Resistencia política y diplomática”. La tarde del domingo será el turno de la película The Runner, del palestino Saeed Taji Farouki, y la mesa “Cine en el Sáhara. Resistencia no-violenta y sociedad civil”, a partir de las 20:30.
“A través del cine y la cultura queremos visibilizar y denunciar la grave situación en la que se encuentra el pueblo saharaui ”, explica la directora ejecutiva de FiSahara, María Carrión. “Siguen luchando sin desfallecer para lograr su libertad, pero necesitan el apoyo de la ciudadanía española, y en especial del mundo de la cultura. Somos quienes debemos exigir al Gobierno español que asuma su responsabilidad sobre el proceso de descolonización del Sáhara Occidental”, prosigue.
La organización del festival que comenzó “proyectando películas en 35mm en las arenas del desierto” tiene entre manos otro proyecto, Watching Western Sahara. Se trata de una plataforma en la que comparten vídeos “grabados por activistas saharauis bajo ocupación mostrando la represión marroquí” con el objetivo de hacerlos accesibles a observadores y medios de comunicación.
“Hoy en día el cine se ha desdoblado en múltiples formatos, y los vídeos de periodistas ciudadanos narran historias de poblaciones marginadas y alejadas de los focos”, apunta Carrión, quien asegura que la situación de los campos y del Sáhara bajo ocupación “se ha agravado” en este último año.
“La gente joven pierde la esperanza. Acaban de anunciar nuevos recortes en ayuda humanitaria, en programas de alimentos para los campamentos cuando la población refugiada ya padece malnutrición y enfermedades crónicas. En el Sáhara Occidental, Marruecos reprime a diario manifestaciones pacíficas de saharauis que piden libertad y el derecho a celebrar un referéndum de autodeterminación”, sentencia.