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Dos años de la ofensiva israelí en Gaza: datos contra la impunidad

Tal día como hoy hace dos años, los habitantes de la franja de Gaza no daban crédito. Misiles antibúnkeres aplastaban sus casas hechas de ladrillos fabricados con restos de otras casas. Los obuses golpeaban edificios que superaban los dos pisos de altura a lo largo de toda la mitad este del enclave costero. Equipo médico, hospitales y colegios de la UNRWA fueron también objetivos de los bombardeos. Entre el 8 de julio y el 26 de agosto se marca el doloroso recuerdo de la operación militar israelí Margen Protector de 2014 contra la franja de Gaza, la más sangrienta y destructiva hasta la fecha. 

Casi dos tercios de los muertos eran civiles

En un informe publicado con motivo del segundo aniversario, la organización de derechos humanos B'tselem afirma que 1.394, o el 63%, de los 2.202 palestinos y palestinas víctimas del Ejército israelí, “no participaban en las hostilidades”. De estos, 526 eran menores de edad.

B'tselem es una organización israelí de derechos humanos que actúa en los territorios palestinos ocupados. Khaled al-Azaiza, uno de sus investigadores en Gaza desde 2007, habla bien hebreo y participa –siempre desde Gaza, de donde no puede salir debido al bloqueo– en conferencias dirigidas a la opinión pública israelí o estadounidense. Ha llegado incluso a contactar directamente con representantes del Departamento de Estado de EEUU a quienes ha relatado su experiencia con los crímenes de guerra de su país aliado, Israel.

“Para este reciente informe invertimos mucho tiempo y esfuerzo. Hemos tardado dos años porque hemos examinado cada muerte, cada caso, para estar seguros de quién era civil y quién militar”, explica al-Azaiza a ediario.es.

Se trata de un minucioso trabajo que saca a la luz las violaciones del Derecho humanitario internacional y las normas aplicadas en época de guerra cometidas por Israel. Mientras tanto, las autoridades israelíes se exculpan diciendo que Hamas usaba a los civiles como escudos humanos o que las casas bombardeadas eran zonas militarizadas.

“Como investigadores sobre el terreno, nuestro objetivo es recoger información y enviarla a la oficina, allí la contrastan con otras organizaciones de derechos humanos, comités de investigación o con organizaciones palestinas o internacionales que investigaron lo que ocurrió durante 2014, incluida la Cruz Roja Internacional o las Naciones Unidas”, añade el investigador de B'tselem.

El resultado se puede ver en su página web con una herramienta interactiva que ofrece los datos de los y las civiles asesinadas por Israel: nombres, apellidos, edades, cómo fueron asesinados y dónde se encontraban en ese momento. La organización concluye que las autoridades israelíes son responsables de un “daño extremo” provocado a la población civil.

El juego de la impunidad

En mayo de este año B’tselem anunció que dejaba de cooperar con la Fiscalía militar israelí después de 25 años. Según apuntan, los casos enviados nunca han sido seriamente investigados, todo parecía ser “una farsa para maquillar la ocupación”.

Amnistía Internacional (AI) señala también en el informe ‘Es hora de abordar la impunidad. Dos años después de la guerra Gaza/Israel 2014’, publicado en este segundo aniversario de la operación, que el sistema de investigaciones militares de Israel “adolece de falta de independencia e imparcialidad” y sirve más bien “para proteger a los autores contra el enjuiciamiento y para afianzar la impunidad”.

“En Israel falta un mecanismo para establecer la responsabilidad penal”, asegura a eldiario.es Saleh Hijazi, palestino hebronita y experto de AI sobre los territorios palestinos ocupados e Israel. “No se puede hacer justicia ni en la franja de Gaza ni en Cisjordania”, añade. 

Hijazi lleva años sin poder entrar en la bloqueada franja ya que ni Israel ni Egipto le facilitan el permiso necesario. Del otro lado, Amnistía Internacional cuenta con un investigador en Gaza que recoge testimonios, toma fotografías y realiza las entrevistas. “Desde la perspectiva mediática, Gaza no es un tema caliente, pero hay que destacar que la violencia israelí es un círculo vicioso”, lamenta Hijazi. 

Tanto B'tselem como AI han recogido en sendos informes algunos de los crímenes de guerra cometidos no solo por Israel, sino también por Hamas, cuyos ataques mataron a seis civiles israelíes. AI subraya que Hamas llevó a cabo asimismo ejecuciones sumarias contra supuestos “colaboradores” palestinos.

“Hamas aprovechó para ganar puntos matando a 'colaboradores', atacando a sus oponentes incluso si todavía estaban en prisión en un proceso judicial. Lo hicieron bien por venganza o para mostrar su fuerza, pero eso está fuera de la ley”, afirma Hijazi.

La ocupación israelí, dice el experto de AI, afecta a la capacidad del poder judicial palestino. Con un sistema de justicia nacional palestino e israelí poco óptimos para que se haga justicia, solo queda la Corte Penal Internacional (CPI). En noviembre de 2015, cuatro organizaciones de derechos humanos palestinas (PCHR, Al-Mezan, Al-Haq y Addameer) entregaron a la fiscal jefe de la CPI, Fatou Bensouda, evidencias de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos por Israel en la operación de 2014. El “enfrentamiento jurídico” solo acaba de empezar.

“Israel no tiene un problema con Hamas”

Margen Protector se presentó al mundo como una guerra israelí contra el terrorismo de Hamas. “Pero Israel no tiene un problema con Hamas, no tiene un problema con Gaza. Tiene un problema con Palestina”, dice Noura Erakat, imagen y voz del proyecto ‘Gaza in Context’ (Gaza en contexto). 

La iniciativa ha sido lanzada por un grupo de académicas, académicos, activistas y artistas, la mayoría de origen palestino, entre los que se encuentra Erakat, conocida abogada y académica, activista propalestina, que participa asiduamente en medios de comunicación angloparlantes. 

“Israel no ataca la franja de Gaza por los cohetes, eso está claro”, asegura tajante Erakat en entrevista con eldiario.es. “Con este proyecto damos un marco firme para entender las repetitivas ofensivas contra la franja de Gaza, lejos de la versión de los principales medios que reproducen la narrativa israelí de que se trata de un tema de seguridad”.

La iniciativa ofrece material didáctico para centros educativos, un recorrido histórico que contextualiza breve, pero intensamente, el conflicto árabe-israelí explicándolo como un proyecto colonial de asentamientos en Palestina.

“Para la otra parte, Israel, un proyecto así sería más fácil: empezarían con el concepto de sionismo. Con Palestina debemos comenzar muchísimos años antes”, apunta Erakat. “Hemos hecho vídeos cortos, de unos 5 minutos, así la gente los puede ver incluso en un descanso para comer”, añade.

Una pausa para comer y entender que las políticas israelíes, según aseguran en la iniciativa, están destinadas a alcanzar dos objetivos: obtener la máxima cantidad de tierra palestina con el mínimo número de palestinos y concentrar el máximo número de palestinos en la mínima cantidad de tierra.

“Incluso si Hamas desapareciera, la política israelí hacia el pequeño enclave costero sería ininterrumpida. Lo que Israel exige a los palestinos es que acepten la dominación israelí como un modo de vida, una incomprensible posibilidad para el ser humano cuyo primer instinto es ser libre”, expone Erakat en uno de los vídeos de ‘Gaza in Context’.

En este segundo aniversario del Margen Protector, la colonización israelí del pensamiento parece haber triunfado: la población gazatí tiene asumido que su sino será sufrir una nueva guerra.