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Giannis Antetokounmpo: la historia de la estrella de la NBA que pasó 20 años sin papeles en Grecia

El jugador de los Milwaukee Bucks Giannis Antetokounmpo recibe el trofeo MVP de la NBA.

elDiario.es

Madrid —

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Grecia ha celebrado este miércoles con júbilo la proclamación de los Milwaukee Bucks como campeones de la NBA, después de vencer a los Phoenix Suns. Los Bucks están encabezados por Giannis Antetokounmpo, el primer jugador heleno en recibir el MVP (mejor jugador) de las finales de la NBA.

Nacido en Atenas en 1994 en el seno de una familia de inmigrantes nigerianos, Antetokounmpo pasó casi dos décadas de su vida sin ser considerado ciudadano de ningún país por no tener papeles, lo que le obligó, junto a sus hermanos, a trabajar en la venta callejera para contribuir a la complicada economía familiar.

“Empecé a jugar a baloncesto para ayudar a mi familia. Intenté ayudarles a salir de los problemas y los desafíos que afrontábamos cuando éramos niños”, dice Giannis, quien espera volver a Atenas este sábado. “Esto debería hacer que cada persona, cada niño del mundo, crea en sus sueños. Espero darles a las personas de África, de Europa, la esperanza de que se puede. Hace ocho años y medio, antes de entrar en la liga, no sabía de dónde vendría mi próxima comida. Mi mamá vendía cosas en la calle”.

Uno de los primeros en pronunciarse sobre el triunfo del griego ha sido el primer ministro del país, Kyriakos Mitsotakis, quien a través de su cuenta de Twitter ha destacado la actuación de Antetokounmpo, que terminó el partido con 50 puntos, y señaló que todos los griegos del mundo celebran su victoria.

Desde el mundo del deporte griego también se han volcado en las redes sociales con las felicitaciones al astro de 26 años, tanto desde el Comité Olímpico heleno hasta equipos como el Olympiacos del Pireo o el Paok de Salónica.

Fuera de las instituciones griegas, la celebración se ha sentido con especial emoción el el barrio de Sepolia, situado al norte de Atenas, donde los Antetokounmpo pasaron su infancia y lanzaron sus primeros tiros a canasta.

Giannis no fue el único hermano que acabó dedicándose con éxito al baloncesto: Thanasis es compañero suyo en los Bucks, Kostas acaba de dejar los Lakers por el Asvel francés y Alex forma parte del UCAM Murcia.

Según recoge The New York Times, hasta hace poco, incluso a los hijos de inmigrantes africanos nacidos en Grecia les era difícil obtener residencia legal, más aún la nacionalidad. Su estatus les cerraba las puertas a la sanidad pública, al empleo y a las ligas deportivas. Antetokounmpo obtuvo la nacionalidad hace seis años, justo antes de irse a Nueva York.

“Le dieron la nacionalidad griega para que no viajara a Nueva York como nigeriano”, contó al medio estadounidense Nikos Odubitan, fundador de Generation 2.0, una organización que lucha por el derecho a la ciudadanía griega de los hijos de inmigrantes. Su estatus amenazaba los planes de viajar a Nueva York para la selección de la NBA y una de sus pocas salidas era intentar obtener un pasaporte nigeriano. Fue entonces cuando el Gobierno griego entró y le dio la nacionalidad para asegurar que el jugador sería conocido internacionalmente como griego, y no como nigeriano, según la versión de Generation 2.0.

“Cuando era una persona normal y corriente, solo se le veía como a un inmigrante ilegal. Ahora que es una estrella del baloncesto, se ha convertido en un representante de Grecia”, decía Odubitan. “Todos estamos orgullosos de lo que ha pasado. Pero tenemos ingenieros, médicos y todo tipo de profesionales que el Estado griego no reconoce. ¿Por qué hace falta ser una estrella del baloncesto?”

El baloncesto, una oportunidad

A Antetokounmpo la oportunidad le llegó de forma inesperada. “Empecé jugando a futbol porque mi padre era jugador. También lo era mi hermano mayor, y a mi me gustaba. Pero al cabo de unos años, se me acercó un entrenador en una pista de mi barrio. Su nombre era Spiros Vielliniatis. Me ayudó mucho y le debo la mitad de mis logros. Se nos acercó a mi hermano y a mí para que jugásemos a baloncesto en Philathlitikos”, contó el jugador hace años en su primera entrevista en la televisión griega.

El seleccionador para equipos griegos amateur empezó a recorrerse barrios llenos de afrodescendientes buscando jóvenes que pudieran dar la talla. Aunque, según contó a The New York Times, lo que más le interesaba era el lenguaje corporal y la astucia. Un día entró a un patio del barrio de Sepolia y vio a un niño de 13 años que cumplía todos los requisitos.

Giannis y sus dos hermanos menores corrían el uno tras del otro y Velliniatis quedó maravillado. “Pude ver que Giannis era muy hábil cambiando de dirección; en el momento en que lo vi, supe que era él”. El entrenador ofreció a los padres de Giannis mejores empleos a cambio de poder entrenar a sus hijos a tiempo completo.

“Yo le dije que no, y mi hermano que sí. Thanasis empezó a jugar para el Philathlitikos. Un día decidí seguirle, hice mi primer entrenamiento y quedé enganchado”, contó.

Antetokounmpo solía quedarse en el gimnasio practicando hasta medianoche, y luego se quedaba a dormir en una colchoneta del cuarto de pesas por miedo a volver a casa en la oscuridad. Grupos fascistas y neonazis afiliados con Amanecer Dorado rondaban el barrio acechando inmigrantes.

Ser un altavoz

Generation 2.0. pidió el año pasado al jugador que se posicionara más en público contra la situación que personas con sus mismos orígenes todavía viven tanto en Grecia como en otras partes del mundo. “Giannis tiene una responsabilidad con el resto de miembros de la comunidad afrodescendiente porque tiene el poder de representarlos a través de su gran altavoz”. El comunicado de la organización fue lanzado después de que Antetokounmpo contestara a unos insultos racistas con una fotografía de él sonriendo, acompañada de la frase “tu sonrisa puede cambiar el mundo, pero no dejes que el mundo cambie tu sonrisa”.

Antetokounmpo se abrió públicamente tras un partido contra los Detroit Pistons sobre la situación de las personas racializadas en Estados Unidos. “Mi hijo crecerá aquí, y mi hijo es negro. No me lo puedo imaginar soportando todo lo que veo en la televisión”.

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