El Gobierno griego ha dado por finalizado el desalojo del campamento de refugiados de Idomeni, el asentamiento no oficial surgido ante el cierre de las fronteras de Macedonia y que se convirtió en el mayor campo de asilados y migrantes de todo el país. El ministro de Migración griego, Yanis Muzalas, anunció además este jueves que el próximo objetivo del Ejecutivo será desalojar los campos de refugiados del puerto del Pireo y del antiguo aeropuerto de Atenas, Elinikón.
Muzalas explicó, en una entrevista en el canal televisivo Mega, que el Gobierno priorizó el desalojo de Idomeni para acabar con el “drama de las favelas” frente a otros puntos conflictivos del país, pero que a mediados de junio también se vaciarán El Pireo y Elinikón. El turismo en verano ha sido un motivo que ha resonado en los últimos meses para vaciar estas zonas.
La agencia de refugiados de la ONU (Acnur) ha expresado su preocupación por el traslado de decenas de migrantes y refugiados a varios lugares con “condiciones deficientes” tras su evacuación desde el campamento improvisado de Idomeni.
El organismo ha criticado que algunos evacuados fueron trasladados a “almacenes y fábricas abandonadas” con un acceso “insuficiente” a agua, comida, baños, duchas y electricidad. La portavoz de Aacnur Melissa Fleming pidió que las autoridades helenas, con apoyo financiero de la Unión Europea, encuentren “alternativas mejores con rapidez” para las personas evacuadas.
Médicos Sin Fronteras ha recordado, a través de un vídeo difundido por redes sociales, que los problemas de los refugiados solo se han desplazado y que requieren una solución. La organización humanitaria denunció este jueves que la falta de información de las autoridades a los refugiados. “Los residentes de Idomeni no están siendo informados de dónde van y esto resulta inaceptable. Deben tener la capacidad de tomar decisiones y para ello deben recibir información precisa”, afirma Michele Telaro, coordinador de MSF en Idomeni.
Desalojo del Pireo y Elinikón
Según las cifras oficiales, a día de hoy permanecen en el puerto del Pireo 1.476 personas, en tiendas de campaña dentro y alrededor de un antiguo hangar, y otras 3.611 en los centros de acogida del antiguo aeropuerto internacional de Elinikón, cuyo desalojo llevan exigiendo los alcaldes de la zona desde hace meses.
El portavoz del Gobierno para la coordinación de la crisis de refugiados, Yorgos Kyritsis, explicó en declaraciones a Efe que la evacuación del Pireo y de Elinikón se ha atrasado porque los alcaldes de la zona se resisten a aceptar la construcción de nuevas instalaciones en sus municipios.
Aunque en principio Kyritsis estableció que la operación de desalojo de Idomeni duraría unos 10 días, este jueves el Gobierno ha certificado su disolución, cuando solo llevan tres días trasladando a refugiados y migrantes a centros gubernamentales en el norte del país.
Pérdidas económicas por el cierre de vías
Nikos Toskas, ministro adjunto de Protección Ciudadana, aseguró este jueves que en una estación de servicio cercana permanecían unas 2.000 personas, cuyo desalojo ya está en marcha y se espera que haya concluido el lunes.
La mañana en la que comenzó la operación de desalojo aún vivían en los campos y vías de Idomeni 8.500 personas. Una de las razones que más presión ponía sobre las autoridades griegas para desalojar el campamento improvisado de Idomeni eran las pérdidas derivadas del bloqueo de las vías ferroviarias que conectan Grecia con la Antigua República Yugoslava de Macedonia (FYROM), utilizada principalmente para el transporte de mercancías.
La empresa Trainose ha declarado pérdidas por unos 2,5 millones de euros a raíz de este bloqueo de 67 días, una cifra destacable si se compara con los beneficios que obtuvieron en 2015, 2,75 millones de euros.