Las palabras del ministro de Interior empleadas durante su explicación de los hechos ocurridos el pasado 6 de febrero en la frontera de Ceuta, que acabaron con la vida de al menos 15 personas, no dejan lugar a dudas: la Guardia Civil observó esta escena de pánico a escasos metros de la zona marroquí, donde supuestamente sucedieron las muertes, pero no socorrió a nadie ni activó ningún dispositivo de emergencia. El Ministerio lo admite pero lo justifica con la imposibilidad de hacerlo: Marruecos no se lo pidió.
Jorge A. Quindimil López, profesor de Derecho Internacional Público de la Universidad de A Coruña especializado en seguridad en las fronteras marítimas, explica a eldiario.es hasta qué punto se sotienen los argumentos de Interior. El experto afirma que el deber de auxilio prima sobre la soberanía de las aguas. Asegura que la Guardia Civil podría haber entrado en zona marroquí a intentar salvarlos.
Pero no lo hizo. Eso sí, de ser cierta la versión oficial y todas las muertes hubiesen tenido lugar en zona marroquí, el instituto armado podría no haber incurrido en un delito de omisión de socorro. Pero, según reconoce, “el uso de material antidisturbios -confirmado por Interior- podría haber provocado algunas de estas muertes aunque fuese de forma indirecta, por el simple hecho de obligar a estas personas, que estarían agotadas, a regresar a nado a la orilla marroquí”.
Sobre la llegada de 23 inmigrantes a la playa ceutí de El Tarajal y su posterior devolución al país vecino, es contundente: “Todas y cada una de ellas fueron ilegales”. No le convence la excusa del ministro que apela a una “interpretación de la Ley de Extranjería” aplicada desde 2005 por la cual, por motivos humanitarios, una cadena humana formada por los agentes en la orilla sustituiría la línea fronteriza real. “La ley de Extranjería no contempla mover una frontera”, sentencia. El profesor confiesa su impresión personal: “Es evidente que un país no empieza en el cordón policial. Estoforma parte de una estrategia de comunicación”.
P: ¿España podría haber acudido a auxiliar a estas personas o activar los protocolos de Salvamento aunque no se lo haya pedido Marruecos?
R: Una de las primeras obligaciones que existen en derecho del mar, y digo primera porque es centenaria, es la asistencia a personas que pueden estar en peligro en el mar. En ocasiones, es verdad que la división fronteriza ha complicado su cumplimiento. Es evidente que la Guardia Civil, aunque no se lo hubiese pedido Marruecos, habría podido y habría debido intervenir y socorrer a estas personas, siempre y cuando no supusiese un riesgo para los agentes. En este caso no era así.
Y, luego, podría resolver cualquier problema diplomático con Marruecos si surgiese. Además, en este caso concreto existe una cooperación con Marruecos por la cual se meten en unas y otras aguas. Unos y otros.
Si los agentes vieron a las personas que estaban en el mar en apuros, deberían haberles auxiliado. Por mucho que Marruecos no se lo hubiese pedido, hay principios esenciales humanidad que aprobarían esta actuación. Estamos hablando de una distancia de unos metros, deberían haberlo hecho. Son cuestiones humanitarias básicas de derecho internacional.
La versión oficial asegura que todas las muertes se produjeron en aguas marroquíes. En el caso de que fuese verdad, ¿podría haber igualmente un delito de omisión de socorro si la Guardia Civil vio cómo se producía y no actuó?
No, desde un punto de vista penal solo hay delito si la omisión del deber de socorro ha ocurrido en territorio español.
¿Qué prima en derecho del mar, el deber de socorro o la soberanía de las aguas?
En el caso de la existencia de peligro en el mar, hay una obligación casi absoluta de asistencia para que no se pongan en peligro a las personas. Sin embargo, sí que es cierto que hay una tensión no resuelta entre los principios de soberanía y los de socorro que ha derivado en la muerte de muchas personas en el mar. Sin permiso se supone que no se puede pasar a las aguas interiores, que es la zona más próxima a la costa. Otra cosa es que se haga y se hace muy habitualmente entre países que cooperan entre sí.
Es cierto que España podría ampararse en que eran aguas marroquíes y sería correcto. Pero desde hace décadas, han imperado los principios humanitarios. Tenemos diversos tratados internacionales por los que prima la vida humana sobre el dueño de las aguas. En mi opinión, no es justificable la soberanía como excusa.
¿Qué dice el derecho internacional o el derecho del mar sobre el uso de material antidisturbios en el agua?
Lo que dice el derecho internacional, y el propio sentido común, es que cuando hay personas en el mar -más aún si son personas que tratan de acceder a España por esas vías y no son grandes nadadores- es evidente que tienen que ayudarlas y no tirarles pelotas de goma. Este uso de material antidisturbios podría haber sido de tal negligencia que podría haber provocado la muerte de estas personas incluso de forma indirecta, por el simple hecho de tener que regresar a Marruecos sin ninguna ayuda, estarían agotadas.
En derecho del mar no hay ninguna referencia expresa al uso del material antidisturbios. Según diversos tratados, todo estado tiene derecho al uso de la fuerza bajo los principios de proporcionalidad y humanitarios, y siempre que haya una amenaza para el territorio. Es obvio que los inmigrantes no constituyen una amenaza. En ningun caso cabe el uso de la fuerza sobre estas personas que, agotadas, se dirigían a nado hacia la orilla.
El ministro sorprendió a todos apoyando una afirmación que casi tomábamos como anecdótica cuando la explicaban determinadas fuentes de la Guardia Civil. “España empieza una vez sobrepasada la cadena humana de agentes”. ¿Nos podría decir dónde empieza España?cuando la explicaban
Es evidente que España no empieza en un cordón policial. Eso es una falacia y ofende a la inteligencia humana. Casi pondría la mano en el fuego por que todos los que conocemos la legislación internacional nos llevamos las manos a la cabeza. Lo utiliza para salir del paso y, a lo mejor, incluso se lo llega a creer pero no se sostiene. Creo que es una estrategia de comunicación para ocultar información y desviar la atención sobre un tema que presenta muchas lagunas y contradicciones, a pesar de la gravedad por la muerte de 15 personas.
Las fronteras marítimas de soberanía española empiezan en una línea imaginaria situada en un máximo de 12 millas mar adentro. En el caso concreto de Ceuta, estaría a 6 millas mar adentro. Ahí empieza. Pero es que, además, los inmigrantes que sobrepasaron el espigón estaban en la zona de aguas más cercana a la costa y eso es a todos los efectos como territorio terrestre. Es decir, hay una soberanía total y absoluta de España.
El ministro menciona una “interpretación de la Ley de Extranjería” aplicada en esta frontera desde 2005, según dice, por la cual podría devolver inmigrantes que llegan a la orilla de la playa ceutí de El Tarajal si no logran superan esta cordón de seguridad formado por los agentes. ¿Se sostiene a través de algún modo esta interpretación?
No hay duda alguna, no se sostiene. No se puede permitir la desaparición de una frontera o el movimiento de estas. Las fronteras son un instrumento para garantizar la paz y la seguridad internacional. La Ley de Extranjería no contempla mover una frontera, igual que no permite las devoluciones inmediatas de inmigrantes que atentan sobre todo contra el derecho de asilo de estas personas. No cabe interpretación. La ley es muy clara. Los temas de extranjería son muy rigidos y tienen que serlo para garintizar el derecho de los extranjeros.
Por tanto, ¿las 23 personas que llegaron a territorio español el 6 de febrero fueron devueltas de forma ilegal?
Sí. Todas y cada una de ellas. Todas esas devoluciones fueron ilegales. Y no es extraño que ocurriese cuando el propio ministro de Interior reconoció hace unas semanas que había “casos puntuales” donde se incumple la ley en relación a las devoluciones de inmigrantes en la valla de Melilla. Un único caso es ya una ilegalidad. Por una parte, el Fernández Díaz está reconociendo ilegalidades sin abrir investigaciones. Por otra, crea invenciones jurídicas para justificarlo.
¿Cómo se podrían controlar los intentos de entrada en este punto de la frontera?
Lo que está claro es que no se pueden vulnerar los derechos humanos para proteger una frontera. Tampoco se puede vulnerar la ley para proteger una frontera. A corto plazo, lo que habría que hacer es incorporar métodos disuasorios con carácter preventivo como fortalecer el espigón alargándolo y añadiendo medios de vigilancia. Dificultar ese acceso.
Sin embargo, conociendo la realidad de la inmigración, un fortalecimiento fronterizo no va a cesar los intentos de entrada. Muchos de los inmigrantes que intentan cruzar viven en países donde pueden morir, muchos huyen de la muerte. No les importa arriesgar su vida, ya sea saltando una valla llena de cuchillas o cruzando el mar. Ningún medio físico va a atajar su necesidad de llegar. Una vez se encuentran a escasos metros del sueño europeo no van a desistir.
Por otro lado, la cooperación con países de tránsito como Marruecos y Argelia y los países de origen de la inmigración es fundamental, siempre que se asegure que estos respetan los derechos humanos. Pero lo que debería hacerse, aunque sea lo que suene más utópico, es cooperar para atajar las causas de la inmigración: pobreza, conflictos, etc.