Mamadou Diara, el joven maliense que permanecía en el CETI meses después de haber sufrido un traumatismo craneoencéfalico grave saltando la valla de Melilla, ha sido trasladado a la península este lunes. Fuentes oficiales del Ministerio de Empleo, encargado de gestionar los CETI, confirman que su traslado estaba previsto para la mañana del lunes. A Mamadou lo han acompañado personal de Cruz Roja y un amigo que ha estado con él mientras ha durado su ingreso en la enfermería del centro de Melilla.
El joven, que tiene 21 años, se subió a la verja que separa Melilla de Marruecos el 21 de noviembre y cayó desde lo más alto, a seis metros de altura, junto con otros dos compañeros. Impactó con la cabeza en el suelo y se le indujo el coma visto el primer diagnóstico: hipertensión intracraneal.
Mamadou se recuperó en el Hospital Comarcal de Melilla durante dos meses (14 días en la UCI), hasta que el 21 de enero fue trasladado al CETI. Seguía teniendo entonces problemas de orientación y apenas balbuceaba palabras sin sentido, y algunas ONG denunciaron que el CETI no era el lugar adecuado para que prosiguiera su recuperación porque Mamadou no podía llevar una vida autónoma. Criticaron además la “falta de previsión” del Ministerio de Empleo, del que dependía su traslado a un centro especializado de la Península.
Su imposibilidad para llevar una vida autónoma quedó reflejada en el parte de alta del hospital, que detallaba su dificultad para desplazarse, comer, asearse, vestirse y “evitar lesiones y riesgos”. “Si el centro no es propio para refugiados... Imaginemos si lo es para una persona con cierta discapacidad”, denunciaba entonces José Palazón, de Prodein. También ACNUR criticó la situación. Cuando el joven maliense recibió el alta, desde el Minsiterio de Empleo reconocieron que el CETI no era un lugar adecuado para su recuperación y aseguraron que se habían iniciado los trámites para su traslado a la península. Aún así, Mamadou ha permanecido en el CETI durante un mes.
Treinta días después, Mamadou ha sido trasladado a la península. Su recuperación física es palpable, dicen en Cruz Roja, y ahora necesita mejorar coordinación y capacidades psicomotrices. La ONG ha cuidado de él en la planta de enfermería del CETI. Por las noches, un amigo le hacía compañía y le mantenía en contacto con el mundo. Era el único que podía comunicarse con Mamadou y ahora seguirá con él en la península.
Empleo reconoce que el CETI no era el lugar para tratar las secuelas del joven, pero insiste en la dificultad de encontrar un centro adecuado para su rehabilitación. “Si lo mandas a un sitio similar tendrá los mismos problemas. No ha sido un retraso burocrático, sino un problema de encontrar el lugar adecuado para él”, explica un portavoz. Por su situación de limitadaautonomía, el muchacho no ha solicitado el asilo y su situación jurídica depende ahora del Ministerio del Interior.
Seis metros de valla separaron la gloria de una caída casi mortal. Ahora Mamadou luchará por recuperar su vida desde un lugar donde pueda recuperarse, lejos de esa valla.