El Gobierno italiano aprobará este lunes la apertura de nuevos centros de repatriación de inmigrantes irregulares y la ampliación del tiempo que podrán ser retenidos en ellos hasta los 18 meses, en plena crisis por la llegada a la isla de Lampedusa (sur) de más de 10.000 personas en apenas tres días.
El Consejo de Ministros de la ultraderechista Giorgia Meloni se encuentra reunido para aprobar un decreto-ley que encarga al Ministerio de Defensa la construcción “lo antes posible” de los denominados CPR, centros donde los inmigrantes irregulares esperan su expulsión, han avanzado a EFE fuentes gubernamentales.
En el país hay una decena de estas instalaciones repartida entre Turín (norte), Roma (centro), Bari o Brindisi (sur), pero la intención es abrir uno al menos en cada una de las veintiuna regiones italianas. Los nuevos CPR [similares a los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE) de España ] estarán en localidades de “baja densidad de población que puedan ser fácilmente delimitadas y vigiladas”, según ha pedido la propia Meloni.
Por otro lado, se aumentará hasta los 18 meses el tiempo en el que los inmigrantes irregulares podrán ser retenidos antes de su expulsión, el plazo máximo permitido por la Unión Europea (UE).
“Dispondremos de todo el tiempo necesario no solo para hacer las indagaciones debidas, sino también para proceder con la repatriación de quienes no tienen derecho a la protección internacional”, ha avanzado Meloni al inicio del Consejo de Ministros.
En el caso de los solicitantes de asilo la legislación no cambia y podrán permanecer hasta 12 meses. Meloni, que afronta la llegada de más casi 130.000 inmigrantes este año, ya había anunciado el pasado viernes este aumento de los tiempos de retención de los inmigrantes irregulares.
“Quiero lanzar un mensaje claro a quienes entrar ilegalmente en Italia: no conviene encomendarse a traficantes de seres humanos porque os piden mucho dinero, os ponen en barcas a menudo no preparadas para hacer esos viajes y, en cualquier caso, si entráis ilegalmente en Italia seréis expulsados y repatriados”, avisó.
Por otro lado, el Gobierno italiano tiene previsto aprobar nuevas medidas la semana que viene sobre los inmigrantes menores no acompañados. El Ejecutivo trata así de gestionar la nueva oleada migratoria en su frontera sur, especialmente en la pequeña isla de Lampedusa, el enclave italiano más meridional, frente a las costas africanas.
Con las cifras en constante evolución, en lo que va de año han llegado a las costas italianas 129.869 migrantes, casi el doble que en el mismo periodo del 2022 (68.195) y el triple que en 2021 (43.265), según datos actualizados por el Ministerio del Interior.
Meloni acudió a Lampedusa este domingo con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y esta anunció un plan de acción europeo para contener la inmigración, aunque la visita fue tildada de “pasarela” por opositores y los propios isleños.
“La presencia de la presidenta Von der Leyen en Lampedusa ha sido muy importante también desde un punto de vista simbólico. La presencia de Europa en los confines más expuestos a la inmigración subraya que esa frontera no es solo italiana, sino también europea”, elogió hoy Meloni en el Consejo de Ministros.
Aunque también ha subrayado que “vigilará” para que la UE desembolse “rápidamente” las inversiones prometidas a Túnez, desde donde zarpan la mayoría de las pateras que llegan a Italia.