Kibera, un suburbio de Nairobi (Kenia), es el barrio marginal más grande de África y el hogar en el que se estiman viven de 350.000 a 1 millón de personas.
La elevada densidad, la deplorable higiene y la falta de agua limpia y drenaje incrementan significativamente el riesgo de propagación de enfermedades.
Hace un año, Médicos Sin Fronteras abrió una nueva clínica en un arrabal donde el 58% de sus habitantes vive por debajo del umbral de la pobreza y tiene dificultades para acceder a los servicios básicos