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Las llamadas de auxilio y los datos de tráfico marítimo cuestionan la versión de Grecia sobre el naufragio del Jónico

Desde las 11 horas del 13 de junio, la Guardia Costera griega conocía la situación de riesgo del pesquero que, más de 15 horas después, acabó hundido con cientos de personas a bordo en una de las zonas más profundas del Mediterráneo. Para justificarlo, Grecia asegura que los migrantes se negaron a ser rescatados, dado que preferían llegar a Italia, y defiende que el barco naufragado navegaba con sus propios medios. Sin embargo, testimonios de los supervivientes –recogidos por activistas durante las horas previas al naufragio–, datos del tráfico marítimo recopilados por la BBC y expertos en derecho marítimo cuestionan sus explicaciones. 

Las alertas

La agencia de fronteras de la Unión Europea, Frontex, asegura que divisó el pesquero por primera vez alrededor de las 10:00 (hora española) del 13 de junio e informó a las autoridades griegas. La activista siciliana Nawal Soufi, en contacto con ocupantes del buque durante casi toda la jornada, publicó a las 10:13 horas en sus redes sociales que ya había alertado y enviado las coordenadas del pesquero a los servicios de rescate de Italia, Grecia y Malta. A las 16:53 horas, la ONG Alarm Phone, tras recibir otra llamada del buque, también envió la localización del pesquero a “las autoridades griegas por correo electrónico, así como a otros actores, incluidos Frontex y ACNUR Grecia”.

La Guardia Costera griega sabía de la situación de riesgo del buque, abarrotado de migrantes sin chaleco salvavidas, más de 15 horas antes, y las alertas relacionadas con el barco se repitieron a lo largo del día. 

¿Negaron ayuda?

Según un comunicado oficial, a las 13:00 horas, las autoridades griegas contactaron con los ocupantes del buque pero el barco “no solicitó ninguna ayuda de la Guardia Costera ni de Grecia”. Alrededor de las 17 horas, un helicóptero de los guardacostas helenos sobrevoló la zona y tomó varias fotografías del pesquero. Las imágenes, difundidas posteriormente, ya evidenciaban la situación de riesgo: un barco viejo sobrecargado cuyos ocupantes navegan sin chalecos salvavidas. 

Mientras, los migrantes en contacto con Nawal Soufi seguían llamándola angustiados y describían una situación cada vez más crítica, según el relato de la activista publicado en Facebook. “Me dicen que seis personas están muertas y otras dos se encuentran en estado crítico”, decía la activista a las 18 horas. “Grecia ha anunciado que traerá agua y comida a bordo del barco en peligro”, añadía. 

Reparto de comida

Durante la tarde, dos buques comerciales se acercaron al pesquero en coordinación con la Guardia Costera griega. Las autoridades de ese país le pidieron al petrolero Lucky Sailor, de bandera maltesa, que llevase comida y agua al buque en apuros. La empresa que gestiona el petrolero asegura que los ocupantes del pesquero “vacilaban mucho en recibir ayuda” y gritaban que “querían ir a Italia”, según informó Eastern Mediterranean Maritime en un comunicado recogido por la agencia AP. La misma empresa asegura que la tripulación acabó convenciendo al pesquero para que aceptara los suministros. 

La activista en contacto con el barco denunció que un buque comercial se acercó al pesquero y “arrojó botellas a un solo lado del barco. Cada vez que se tiraba una botella, los migrantes iban todos hacia un lado para poder recogerla. Esto causó un grave desequilibrio, con riesgo de hundir el barco”.

¿El pesquero seguía navegando hacia Italia?

Para defender la negativa de los ocupantes del pesquero a ser rescatados, la Guardia Costera griega aseguró que el barco de migrantes navegó “desde el momento de su detección durante la mañana, mediodía y tarde del 13 de junio”, recorriendo “un total de 30 millas náuticas hasta su hundimiento”. Los funcionarios griegos afirmaron en un primer momento que el barco mantenía un “rumbo y velocidad constantes” entre las 21:40 y las 00:40 horas. 

Sin embargo, un análisis de la información proporcionada por el portal de datos de tráfico marítimo Marine Traffic realizado por la BBC cuestiona el avance del pesquero que defienden las autoridades griegas. El estudio del movimiento de los barcos que se aproximaron a los migrantes para entregar agua y comida sugiere que el pesquero apenas se movió durante al menos siete horas antes de volcarse, según la cadena británica. Los guardacostas, sin embargo, afirmaron que el barco se dirigía a Italia y no necesitaba ser rescatado. 

Flavio Di Giacomo, portavoz de la Oficina de Coordinación para el Mediterráneo de la OIM, ha cuestionado la falta de intervención de las autoridades griegas. “Todas las embarcaciones en las que viajan los migrantes deben considerarse no aptas para la navegación y, por lo tanto, en peligro y deben ser rescatadas de inmediato, sin demora, incluso cuando aparentan no tener problemas, pues en unos minutos se pueden hundir”, ha afirmado a través de Twitter. 

La llegada del barco de la Guardia Costera

Tres horas antes del hundimiento del buque, llegó a la zona un barco de la Guardia Costera griega, según recogen los medios de ese país. Su capitán ha declarado ante la Fiscalía y ha afirmado que los migrantes rechazaron su auxilio. 

Durante la primera aproximación, alrededor de la medianoche, los pasajeros no respondieron a su ofrecimiento de ayuda. Unos minutos después, el barco en apuros dejó de moverse debido a un fallo en el motor. La patrullera de rescate se aproximo y ató una cuerda al pesquero pero los náufragos respondieron “No Help” y “Go Italy”, según la declaración del capitán, publicada en el medio heleno Kathimerini. Poco después, los migrantes desataron la cuerda y pusieron en marcha el motor, según la misma versión. 

Según la activista Soufi, los migrantes le contaron que un buque trató de atar el barco con cuerdas, pero esta operación pudo aumentar el pánico entre los náufragos. 

“Los migrantes se sintieron en extremo peligro porque temían que las cuerdas pudieran volcar el barco boca abajo y que las peleas a bordo por el agua pudieran causar un naufragio. Por esta razón, el pesquero se alejó ligeramente de la nave para evitar un accidente seguro”, cuenta Soufi en un comunicado en el que desarrolla el relato de los hechos. “De la noche a la mañana, la situación a bordo del barco se volvió aún más dramática: los migrantes estaban confundidos y no entendían si se trataba de una operación de rescate o una forma de poner sus vidas aún más en peligro”.

El buque “en cuestión de un minuto” volcó, según la declaración del capitán del barco de la Guardia Costera. Fue entonces cuando los equipos de rescate helenos actuaron. Salvaron a 104 personas de los más de 700 que, según los supervivientes, ocupaban el pesquero. Por el momento, solo han aparecido 80 cuerpos sin vida. Ninguno de ellos corresponde a mujeres y niños, quienes se encontraban atrapados en la bodega del barco hundido.