Este es el mapa de Reporteros Sin Fronteras sobre la libertad de prensa: Corea del Norte, Turkmenistán y Eritrea se encuentran en la parte más sombría de su lista
Un año sombrío que empuja un “giro” del mapa de la prensa mundial. Esta es la conclusión del informe de Reporteros Sin Fronteras, que cada año realiza una clasificación de la libertad de información a nivel global. Según sus criterios, la situación se encuentra debilitada por el aumento de la presión existente en países democráticos como EEUU, Nueva Zelanda o Reino Unido. En lo más bajo de la lista, continúan Corea del Norte, Eritrea y Turkmenistán, según la selección de la organización internacional.
Reporteros Sin Fronteras, que organiza su equipo de investigadores por zonas geográficas, ha elaborado su tradicional ranking de la libertad de prensa mundial. Según aseguran, “la libertad de prensa nunca se había visto tan amenazada”. De manera global, detallan, “la situación se agrava en cerca de dos tercios (62,2%) de los países incluidos la lista”.
En el último lugar de la clasificación figura Corea del Norte donde, según apunta la ONG, “por el simple hecho de escuchar una radio localizada en el extranjero, un ciudadano puede ser enviado a un campo de concentración”. Este puesto lo solía ocupar Eritrea, ahora en penúltimo lugar, que autorizó por primera vez que la prensa extranjera entrara en el país en 2007 “bajo extrema vigilancia”. Entre los últimos países también se encuentran Turkmenistán y Siria, “el país más mortífero para los periodistas” debido a la represión de Al Asad y los grupos yihadistas, explica RSF.
Noruega encabeza la lista después de que Finlandia haya caído desde el primer al tercer puesto debido a las “presiones políticas” que han sufrido los periodistas en 2016. Siempre según el criterio de RSF, Suecia, segundo en la clasificación, muestra avances en la lucha contra estas presiones como fruto de “la colaboración entre algunos medios de comunicación, sindicatos de periodistas y la policía”, precisa la organización.
El mundo, según constata la ONG, ha entrado en la “era de la 'posverdad', la desinformación y las noticias falsas”. “La obsesión por la vigilancia” y la vulneración del respeto al secreto de las fuentes ha llevado a países como Estados Unidos (43º), Reino Unido (40º), Chile (33º) o Nueva Zelanda (13º), a descender en la clasificación.
La libertad de prensa también retrocede en Polonia (54º), Hungría (71º), Tanzania (83º), lugares donde “ha triunfado el paradigma de hombre fuerte y autoritario”, detalla RSF. La organización hace hincapié en el vuelco experimentado por Turquía (155º), que tras el fallido golpe de Estado se ha convertido en “la mayor prisión del mundo” para los periodistas. Rusia, por su parte, continúa en la parte inferior de la tabla, en el puesto 148.
En 2017, ocho periodistas y un colaborador han sido asesinados por el ejercicio de su profesión en México, Irak, Afganistán, Rusia y Siria, de acuerdo con el barómetro de la ONG. Un total de 193 profesionales de los medios de comunicación permanecen en la cárcel hasta la fecha. La represión también se extiende a a Internet, con dos internautas –“net ciudadanos”– muertos y 166 encarcelados.
La organización sitúa a España en el número 29 de la lista, pero enumera una serie de preocupaciones con respecto al aumento de presiones tras la aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana que, según afirma RSF, “comenzó a afectara los profesionales de la comunicación en 2016”. La ONG destaca que “al menos seis periodistas fueron sancionados con multas, acusados de impedir la labor de los agentes de la policía o de haberles tomado fotografías”.
El informe también recoge las acusaciones de “todos los partidos de la oposición” acerca del “control escandaloso en la información en TRVE”. La precarización de la profesión en el panorama mediático español también merma la libertad de prensa, según RSF.