Hace dos semanas, en la habitación donde Frank (nombre ficticio) reside en el barrio tunecino de Mesnana, el joven camerunés hablaba claro sobre las razones que empujan sus prisas para lanzarse, cuanto antes, a las aguas del Estrecho. “Los marroquíes nos están dejando entrar”, decía el hombre que, tras cinco años en Marruecos, se mostraba sorprendido ante las salidas diarias de decenas de embarcaciones.
Esta semana, la misma persona y su círculo describen un panorama un tanto diferente. “En los últimos tres días 21 autobuses llenos de compatriotas fueron expulsados al sur del país”, relata Frank este martes, con algo menos de esperanza, mientras trata de recabar el dinero necesario para financiar su viaje clandestino a España. La policía ha intervenido este fin de semana en los barrios y bosques de Tánger.
En los últimos días, el gobierno magrebí ha querido calmar los ánimos desde distintos frentes después del aumento de las llegadas de migrantes a las costas españolas en las últimas semanas. También ayuda que el Gobierno español se preste a mediar entre la Unión Europea y Marruecos, y a reclamar las donaciones prometidas por el control fronterizo.
Aún así, una fuente cercana a las personas que ayudan a los migrantes subsaharianos a cruzar El Estrecho detalla por teléfono que “siguen saliendo muchos”, pero que, según sus cálculos, “están llegando a España con éxito el 33% de los pateras que parten de Tánger”.
Cientos de personas comenzaron a llegar diariamente a las costas andaluzas y la mirada se puso en Marruecos, que no ha tardado en explicar sus peticiones. Pocos días después, ha aumentado su control en las fronteras. Según han anunciado las autoridades marroquíes, funcionarios de la frontera de Ceuta incautaron un coche con tres barcas hinchables, que podrían estar destinadas al transporte de droga o de migrantes.
Precisamente, desde España entra el material; como los motores de las embarcaciones, que llegan al puerto de Tánger. Hasta allí se acercan ciudadanos marroquíes para recogerlos por 1.500 euros y entregárselos a los líderes de los migrantes que esperan su viaje a Europa, según ha podido saber eldiario.es.
Factores que explican el bajo control marroquí
Este mes de julio, el número de migrantes que entraron por mar a España (22.217 persona a día 29) ha superado ya el total de personas que entraron en 2017 (21.971), según datos facilitados por Interior. Decenas de embarcaciones hinchables cruzan diariamente con alrededor de 12 personas desde hace varias semanas. Este fin de semana desde Tánger vía marítima 1.500 personas han alcanzado las costas españolas.
La ruta marítima desde Marruecos a España se ha convertido en la más transitada debido al cierre de las puertas a los migrantes por parte de Italia y la inseguridad de Libia. Pero, además, los problemas internos de Marruecos han provocado que los migrantes tengan más facilidad para salir del país, independientemente del cambio de rutas, del verano y el buen tiempo, que suele acelerar las salidas desde Marruecos a las costas españolas.
Desde finales de 2016 hasta el momento, que coincide con el aumento de llegadas de personas por mar a las costas españolas, las fuerzas de seguridad marroquíes están desplazadas a otras zonas del país para apagar las protestas sociales de la ciudadanía, como ocurre en el Rif o en las minas de Jerada, cerca de la frontera con Argelia.
Otro de los factores coincidentes en el tiempo se encuentra en Casablanca y Fez. Hace tres semanas los vecinos marroquíes del barrio de la estación de autobuses Ouled Ziani en la primera ciudad marroquí prendieron fuego al campamento de migrantes subsaharianos. Al mismo tiempo, las autoridades desmantelaron otro campamento, el más grande de Marruecos, al lado de la estación de tren de Fez, para construir un centro comercial y un hotel. Parte de las personas que vivían allí, donde se han reunido hasta 6.000 migrantes, han tomado rumbo a Tánger.
En el imaginario de los migrantes siempre revolotea la idea de que cuando hay un nuevo Gobierno, como es el caso actualmente del PSOE, o existen tensiones entre España y Marruecos, tienen más facilidad de paso, y que el tránsito será “más sencillo” y la llegada a España “más acogedora”. Estas ideas se las transmiten unos a otros con rapidez, a través de sus redes de conexión, y a partir de ese momento se organizan desde distintas partes del país para acercarse al norte de Marruecos.
Marlaska, “el abogado de las peticiones marroquíes”
El ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita, manifestó telefónicamente a su homólogo, Josep Borrell, que “no hay cambio de actitud ni intención deliberada de dejar que el flujo de inmigrantes aumente por descuido o inadvertencia de su parte”, según declaró este lunes el mandatario español en una conferencia de prensa en el ministerio.
También desde Madrid, la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, aprovechó la celebración en el Hotel Intercontinental del 19 aniversario de la subida al trono de Mohamed VI, para dirigir unas palabras sobre la crisis migratoria que viven ambos países. “La lucha contra la inmigración ilegal se seguirá reforzando, a pesar de los momentos difíciles”, aseguró la representante marroquí. Para la diplomática la clave está en el cambio de la ruta migratoria y en la labor de las “mafias que explotan”, sostiene, el sufrimiento de las personas.
La hoja de ruta de Marruecos será la misma que hasta ahora y están seguros de que, como en ocasiones anteriores, se superarán las dificultades “con el apoyo de otros”, manifiestan. Ese “otros” se podría referir a la Unión Europea (UE), a quien España también habría pedido su colaboración o, como han confirmado a este diario fuentes de Interior, “median por los intereses de ambas partes”.
El ministro de Interior español ha repetido en varias ocasiones, la última en Austria, que se ha convertido en “el abogado de las peticiones marroquíes”. “Es verdad que España está comprometida con las ayudas a Marruecos y a todos los países de tránsito de origen, pero especialmente con Marruecos con quien tenemos mayor relación histórica, para que la UE haga efectiva una serie de ayudas de las que se vienen hablando los últimos años en proyectos de cooperación y de formación”, confirman fuentes de Interior. Sin embargo, no han querido concretar la cantidad que “se le debe” a Marruecos para controlar las fronteras.
Rabat, molesta con las decisiones migratorias
El Gobierno marroquí se ha molestado por algunas de las declaraciones realizadas por Pedro Sánchez al llegar al cargo, como la retirada de las concertinas -cuchillas en lo alto de las vallas fronterizas-, cuando realmente la mayor parte se encuentran en territorio marroquí. Esta decisión parece que se resolvió en la reunión entre los ministros de ambos países en el mes de junio. Entonces el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska habló de que “las fronteras son cosa de dos países, y afectan a ambos”, por lo que las decisiones tendrán que ser conjuntas y consensuadas.
También molesta a Marruecos la idea de que Europa cree “plataformas de desembarco” para migrantes en África. El Gobierno magrebí ha dejado claro desde el primer momento, cuando se aprobó la propuesta en un borrador el 28 de junio en Europa, que no va a consentir los centros de internamiento en Marruecos. España está haciendo de intermediaria una vez más entre el país magrebí y Europa. “En todas estas negociaciones hay que ir de la mano de los países del sur, y lo que estén dispuestos a asumir y aceptar. España nunca va avalar algo que sea contraproducente para la seguridad”, explican a eldiario.es fuentes de Interior.
La visita de Grande-Marlaska a Mauritania el 30 de julio también tiene el objetivo de controlar las fronteras del Sahel y Sahara del Sur para evitar que Marruecos continúe recibiendo migración de África.
Marruecos presume de haber pasado de ser un país de tránsito para la migración subsahariana a ser un país de acogida con las dos fases del proceso de regularización, en 2013 y 2015. Según cifras oficiales, 50.000 personas se han beneficiado. Sirios, filipinos, chinos, pero sobre todo subsaharianos, tienen papeles para residir en el país. Sin embargo, se quejan de no recibir ayudas para la vivienda y la alimentación, y de no tener oportunidades laborales.
Muchos de ellos siguen teniendo la mirada puesta en Europa a pesar de tener la documentación, aluden también al “racismo” que viven en Marruecos. La exclusión y la discriminación “sistemática” que agrava la situación de vulnerabilidad de los migrantes subsaharianos en tránsito ha sido denunciada este año en un informe de ONG marroquíes. En el texto se especifica que “no solo se les priva de la protección contra la discriminación, sino también de otros derechos fundamentales, como el empleo y el juicio justo”.
Marruecos tiene la última palabra
Ante la presión que ejerce Marruecos en algunos momentos, para hacer evidente quien tiene el poder en las fronteras, por enfado o para presionar y firmar acuerdos, poco se puede hacer desde el Gobierno. Esta misma idea fue trasladada por Grande-Marlaska en su visita a Rabat el 28 de junio al declarar: “Las relaciones España-Marruecos trascienden a quienes ocupemos cargos en un momento dado. Lo único que tenemos que hacer, exclusivamente, es mejorarlas”. En esta reunión bilateral, el ministro captó la naturaleza de los compromisos bilaterales, que priman por encima del partido político que gobierne España.
En el aire está todavía uno de los acuerdos que más enfados ha supuesto a Marruecos, por el que las fronteras se relajaron en enero de 2017 y se produjo una mayor entrada de migrantes. El Tribunal de Justicia Europeo dictó una sentencia que excluye los productos del Sáhara Occidental del acuerdo de pesca y agricultura entre la UE y Marruecos. El acuerdo está ratificado pero falta la aprobación del Parlamento europeo. Por el momento, ningún pescador español está faenando en las aguas atlánticas del país. Por lo que el ministerio español de Agricultura y Pesca está preparando las subvenciones para los trabajadores del sector en esta zona.
Con Marruecos cuentan también las instituciones internacionales. La ONU ha elegido el país para acoger la conferencia donde se aprobará el Pacto Mundial para las Migraciones Seguras, Ordenadas y Reguladas. Sería el primer documento de esta institución internacional sobre migración y se ratificaría en Marruecos.