Barcelona (España), 19 nov (EFE).- Los migrantes que llegan a España procedentes de fuera de la Unión Europea (UE) sufren cuatro veces más riesgo de pobreza que los ciudadanos españoles y están tres veces más expuestos a la exclusión social, una tónica que se ha agudizado a raíz de la pandemia de coronavirus, según un informe elaborado por la ONG de la Iglesia Católica, Cáritas Española.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 63,62 % de los migrantes en España en 2019 tenían nacionalidad de países no miembros de la Unión Europea, destacando especialmente los nacionales de Marruecos, que representan un 16,15 % del total, y los chinos, que son un 4,46%.
Parte importante de la migración en España la constituyen las personas llegadas desde países iberoamericanos, el 25,42 % el año pasado, de los que los más numerosos son los colombianos (4,10 %), venezolanos (2,74 %), ecuatorianos (2,62 %), hondureños (1,91 %) y bolivianos (1,90 %).
El informe “Fronteras in-visibles” constata que las personas con origen fuera de la Unión Europea que residen en España sufren mayor vulnerabilidad: el 51 % de ellas está en riesgo de exclusión social y el 23,1 % de exclusión severa, frente al 18 % y el 6,5 %, respectivamente, de quienes tienen nacionalidad española, lo que demuestra la amplia brecha social que se ha ido agravando con la emergencia sanitaria.
Además, el 39 % de los migrantes extracomunitarios sufre exclusión laboral, el 27 % exclusión de la salud, el 66 % de la política y el 69 % exclusión del mercado de vivienda, lo que les lleva a residir en habitaciones realquiladas, infraviviendas, locales o subterráneos.
Cáritas pone énfasis en su informe en los efectos devastadores de la covid-19 en la población inmigrante, que se dedica principalmente a actividades de economía informal y se han visto de la noche a la mañana sin ingresos ni prestaciones de ningún tipo con el frenazo económico que ha supuesto en España la pandemia de covid-19.
Antes del coronavirus, el 8 % de las familias que atendía esta organización católica no contaba con ingresos, mientras que dos meses después el porcentaje aumentó al 25 % y, en el caso de los migrantes extracomunitarios, al 32 %.
Lejos de suponer un freno, la llegada de migrantes a España ha alcanzado cifras históricas durante estos meses de pandemia. La mayoría de ellos llegan desde África a través de la llamada “ruta canaria” hasta ese archipiélago atlántico español.
Entre el 1 de enero y el 15 de noviembre han arribado de forma irregular a las islas 16.760 personas, un 1.019 % más que en el mismo periodo de 2019, según el último balance de Interior, y en el muelle pesquero de Arguineguín (Gran Canaria), donde en agosto se montó un campamento provisional de emergencia para 400 inmigrantes, se hacinan en los últimos días más de dos millares.
En la presentación del informe hoy en Barcelona, la responsable del programa de migración de Caritas, Elisabet Ureña, puso en relieve la importancia de que los ayuntamientos españoles faciliten el empadronamiento, la puerta de entrada, dijo, de muchos derechos y que se modifique la actual Ley de Extranjería.
Por su parte, el director de la organización, Salvador Busquets, instó al Gobierno español a solucionar el colapso del sistema de citas de extranjería que impide a cientos de personas acceder a prestaciones como el Ingreso Mínimo Vital, así como tender vías seguras para la inmigración.
También urgió a facilitar el ingreso al mercado laboral de migrantes, garantizar la “plena inclusión” del trabajo doméstico y de cuidados, flexibilizar la autorización de residencia y trabajo, y permitir las actividades laborales a jóvenes extranjeros extutelados que llegan a la mayoría de edad.