Al menos una decena de personas han muerto al naufragar el bote precario de goma en el que partieron desde las costas de Libia con la intención de llegar a las costas de Europa, según han informado a Efe fuentes libias de seguridad.
En la embarcación, que se hundió frente a la ciudad libia de Sabratha, al oeste de Trípoli, por causas todavía desconocidas, viajaban otras 17 personas que pudieron ser auxiliadas y trasladadas de nuevo a Libia, añadieron las mismas fuentes.
“Logramos salvar a 17 inmigrantes”, ha afirmado la fuente. “Entre ellos una mujer que fue trasladada a un hospital. Había unos diez cuerpos flotando en el agua. Todos subsaharianos”, ha dicho sin ofrecer otro tipo de detalles. Numerosas voces cuestionan que los rescatados sean devueltos a Libia, país sobre el que pesan todo tipo de abusos contra la población migrante.
La Organización Internacional para las Migraciones ha cifrado en 15 el número de personas que han sido trasladadas al hospital. “Algunos tienen huesos fracturados, según el médico de la OIM en el sitio. Sin embargo, no hay estimaciones de cuántos migrantes estaban a bordo”, ha dicho la oficina del organismo de la ONU en el país vecino.
En este sentido, Flavio di Giacomo, el portavoz de la OIM, ha asegurado en su perfil de Twitter que el número total de desaparecidos aún se desconoce. “Hay muertos, y probablemente desaparecidos, pero el número aún no está claro. Mucha gente rescatada, en malas condiciones”, ha indicado. “Salvar vidas en el mar es una necesidad absoluta. Hoy más que nunca”, ha expresado en otro mensaje.
La nueva tragedia se produce mientras, en la otra orilla, el Gobierno italiano impide el desembarco de 49 migrantes rescatados este lunes por el remolcador de bandera italiana Mare Jonio, de la misión humanitaria Mediterranea Saving Humans.
Según datos de la OIM, más de 113.000 migrantes lograron atravesar en 2018 el Mediterráneo y alcanzar las costas de Europa a través de las tres rutas principales, que desembocan en Italia, España y Grecia. Más de 2.250 murieron en el intento, en torno a 1.100 de ellos en la ruta central que parte de Libia y llega a Italia y Malta, la más mortífera del mundo.
En lo que va de año, al menos 152 personas han fallecido tratando de atravesar el Mediterráneo central. Las ONG especializadas y organismos como Acnur han reclamado en reiteradas ocasiones a los Gobiernos la puesta en marcha de vías legales y seguras de acceso para evitar que estas personas se vean empujadas a arriesgar su vida en el mar.