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Entrevista Safia El Aaddam, activista antirracista

Nacer en España pero no poder votar hasta los 27 años: “Llevo demasiado tiempo luchando por un derecho que me arrebataron”

Cuando Safia El Aaddam (Tarragona, 1995) cumplió 18 años pensó en aquellas nuevas experiencias que podría experimentar al alcanzar la mayoría de edad. Con ilusión, pero sin darle entonces demasiada importancia, apareció en su mente el derecho al voto. No fue hasta un tiempo después, con la aproximación de la fecha de las siguientes elecciones, cuando se enteró de que ella no podría acudir a las urnas. Entendió entonces que votar también puede ser un privilegio.

El Aaddam no pudo elegir a sus representantes, mientras lo hacían el resto de sus compañeros de clase. Tampoco ha tenido ese derecho en ninguna de las siguientes convocatorias electorales durante sus siguientes nueve años de vida.

En España, un bebé no recibe la nacionalidad por el hecho de haber nacido en suelo español, sino que hereda la nacionalidad de sus padres −salvo excepciones−. Y Safia obtuvo el mismo pasaporte de sus padres: el marroquí. Alcanzada la mayoría de edad, comenzó el proceso para obtener la ciudadanía española, pero las constantes trabas administrativa retrasaron el trámite hasta el año pasado.

La activista y trabajadora social Safia El Aaddam, conocida como Hija de Migrantes, consiguió el pasaporte español con 27 años. Por primera vez, podrá votar con su nombre y apellidos el próximo 28 de mayo.

Aunque El Aaddam ya pudo elegir una papeleta en anteriores comicios y votar gracias a la iniciativa 'Te cedo mi voto', impulsada por ella misma en 2019. La campaña conecta a personas que prefieren abstenerse con ciudadanos inmigrantes o hijos de inmigrantes sin derecho a voto. Además de permitir a miles de personas sin nacionalidad escoger a sus representantes, el movimiento se ha convertido en una herramienta para denunciar la falta de acceso al voto de la población migrante en España.

Tras casi diez años de batalla administrativa para conseguir la nacionalidad española, se la han reconocido. Después de lanzar la campaña 'Te cedo mi voto' para denunciar la falta de acceso al voto de personas migrantes o hijos de migrantes, las próximas elecciones del 28 de mayo podrá acudir a las urnas por primera vez. ¿Cómo se siente?

Es un sentimiento agridulce porque llevo demasiado tiempo luchando por un derecho que me han arrebatado desde el nacimiento. Porque yo nací en España, pero he conseguido la nacionalidad española a los 27 años. Me parece injusto porque sé que hay miles y miles de personas que van a seguir sin poder votar, van a seguir encontrándose muchísimas trabas en las oficinas de extranjería. Queda mucho por hacer.

Ya no voy a ir a votar con la ilusión con la que quería votar cuando cumplí los 18 años, porque me encontré con ese muro que he tenido que saltar muchas veces. El 28M podré votar, pero eso no me quita la rabia. Votaré con la conciencia de elegir a quien de verdad esté comprometido con el antirracismo y con los derechos de las personas migrantes. 

¿Cómo recuerda las primeras elecciones después de haber cumplido la mayoría de edad? 

Sentí una impotencia tremenda porque no entendía por qué mi amigo Juanito sí podía votar, sí tenía la nacionalidad española, y yo tenía que seguir un proceso totalmente distinto y tenía que esperar no sé cuántos años, someterme a unos exámenes para la nacionalidad española, pese a haber nacido aquí, pagar por ellos, no poder votar… Los dos habíamos nacido en el mismo país. La diferencia era que sus padres eran españoles y los míos no.

Da impotencia saber que los políticos se dejan fuera a más de cinco millones de personas, entre ellas, hijas de inmigrantes que han nacido en España. Da impotencia ser consciente de que, básicamente, ni se dirigen a nosotras, nos arrebatan la voz y no podemos decidir en el país en el que hemos nacido, en el que hemos decidido vivir, residir, formar familias o lo que sea.

No estamos hablando de turistas, estamos hablando de gente que ha nacido en España y de gente que lleva años aquí y que cumple con todas las obligaciones. Se le exige cumplir con todas las obligaciones. ¿Entonces? ¿Esto es una democracia? Para mí no lo es.

¿Cómo explicaría cómo puede ser que una persona que haya nacido en España no pueda votar y no tenga una nacionalidad?

Esta situación es una realidad. Es bastante común en los márgenes. Parece una anécdota porque no se habla de ello habitualmente en los medios y la gente desconoce que estos problemas existen.

Cuando empecé con el activismo, había muchísima gente que no sabía que nacer en España no te hacía automáticamente española. Pero es así. Y, si no tienes la nacionalidad española, no puedes votar. En España no puedes votar porque si tú heredas el estatus legal de tus padres, es decir, si tus padres están en situación irregular, tú vas a estar en situación irregular pese a que hayas nacido en España. Y si tus padres no están empadronados, no pueden empadronarse porque viven en la calle, porque viven en donde sea, tú tampoco vas a estar empadronada. Entonces vas a estar en una pescadilla que se muerde la cola sin poder regularizar tu situación. Y si tus padres tienen residencia, un NIE, pero no la nacionalidad, tú tienes que heredar el NIE y, con ello, la nacionalidad de tus padres. Eso implica que tú no vas a poder votar hasta que solicites la nacionalidad española. 

Y solicitar la nacionalidad tampoco es fácil ni rápido.

Solicitar la nacionalidad española conlleva cumplir con una serie de requisitos, ingresos, empadronamiento y que tus padres también conozcan el idioma, conozcan todos estos entramados burocráticos y que tengan pasta para poder meterse en ello. Porque hay que pagar unas tasas que no son baratas. Y, además, pedir al país de origen unos certificados de antecedentes penales y una documentación que tampoco son baratos. Luego la nacionalidad por cabeza te puede salir por 400 euros fácilmente. 

Hay personas que no la han pedido porque no podían asumirlo económicamente o porque no tenían la información suficiente.

Además, antes, muchos funcionarios decían que tener un NIE permanente era lo mismo que tener la nacionalidad española. Lo decían porque a nosotros no nos situaban en la política, no nos situaban como sujetos políticos activos ni pasivos. Y luego nos dábamos cuenta de que tener un NIE no es lo mismo que tener la nacionalidad española, porque hay muchísimos derechos que tienes recortados: no puedes trabajar para el Estado, votar, hacer el Erasmus en los países en los que lo hacen tus compañeros, no puedes recibir algunas becas…

¿Cuándo decide arrancar la campaña 'Te cedo mi voto'? ¿Por qué lo hace? 

A mí me interesa la política desde siempre, toda mi familia es muy política. Mis familiares son del Rif y siempre han tenido un papel fundamental en política y en relación a la resistencia colonial. 

Iban a celebrarse las elecciones generales de 2019, yo estaba haciendo activismo por redes sociales y me solían invitar a programas a hablar del voto migrante, cuando yo no era migrante. Entonces, llega un punto en el que exploto de impotencia y en el que cuento a través de redes sociales la situación de las hijas de inmigrantes sin nacionalidad. Y, en ese momento, empezó a escribirme gente que se le ocurría cederme el voto por redes sociales para denunciar toda esta problemática de que no podía votar. 

Empecé a ver que había más de una persona que quería ceder el voto y pensé que quizás sería buena idea ponerla en contacto con otras personas. Así salieron miles de votos cedidos y miles de personas que pudieron votar a través de la campaña que, a día de hoy, sigue activa. Para las próximas elecciones ya hay 300 personas que ceden su voto. 

Les llegarán muchísimas historias de gente que no puede votar… ¿recuerda alguna?

Fue muy bonito porque la gente iba a votar junta. Empecé a recibir mensajes de personas que llevaban 30 o 40 años en España y que nunca habían podido votar. Algunas, además, huían de países gobernados por una dictadura donde nunca habían podido votar y, al llegar aquí, se toparon con otra dictadura: la dictadura del racismo.

Con la campaña, han podido votar. Para mí es súper bonito y se suma a la denuncia de cientos de colectivos que desde hace años denuncian el derecho a voto de las personas migrantes. Con esta campaña nos sumamos a esa denuncia pero, además, actuamos. Y esto llama mucho la atención, sobre todo a partidos de extrema derecha que salen con amenazas. 

¿Recibió amenazas con la campaña?

He recibido todo tipo de amenazas cuando salió la campaña de 'Te cedo mi voto'. Amenazas de muerte y amenazas de denuncias. Vox me llegó a denunciar en las últimas elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid, pero la denuncia se archivó porque se concluyó que era una campaña simbólica. Interior concluyó que no había delito, no me estaba lucrando, ni se estaban vendiendo votos ni comprando votos.

En las elecciones autonómicas y generales no se puede votar sin tener la nacionalidad española. En las municipales, en cambio, sí pueden votar algunos ciudadanos extranjeros, pero solo los europeos y los nacionales de aquellos países que cuentan con un acuerdo de reciprocidad con España. Así, el 28M podrán acudir a las urnas personas de Bolivia, Cabo Verde, Chile, Colombia, Corea, Ecuador, Islandia, Noruega, Nueva Zelanda, Paraguay, Perú, Reino Unido y Trinidad y Tobago −si se han apuntado en el censo previamente−. ¿Cómo valora ese criterio para elegir quién puede votar y quién no?

No tiene ningún sentido que sea por reciprocidad. Esa lista se aleja mucho de la realidad migratoria que hay en España. Las nacionalidades que más tienen presencia en este país son las que no pueden votar. Y, además, incluso los ciudadanos procedentes de estos 13 países tienen que apuntarse en el censo, en unos plazos determinados y se chocan con falta de información y trabas administrativas para hacerlo.