El episodio vivido por el Aquarius en el Mediterráneo central vuelve a repetirse. El barco de la ONG alemana Lifeline continúa en el Mediterráneo, con más de 200 personas rescatadas a bordo, a la espera de que algún país le permita atracar en puerto seguro, mientras Italia y Malta rechazan hacerse cargo.
La embarcación rescató en la noche del miércoles a 224 personas y este viernes ha participó en el salvamento de otros 113 migrantes, que ahora se encuentran en un buque mercante, según ha explicado a Efe el portavoz de dicha organización no gubernamental, Axel Steier. El ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, ha indicado en un mensaje en Twitter que a bordo del barco de la ONG hay actualmente 239 personas. Malta cifró en 234 a los migrantes en un comunicado.
El titular de Infraestructuras y Transportes de Italia, Danilo Toninelli, ha instado a Malta a recibir en sus puertos a estas personas, ya que la embarcación, dice, está actualmente muy cerca de las cosas de la isla. Ha asegurado que tanto las autoridades italianas como la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex) han explicado a las autoridades maltesas que el puerto más cercano es uno de ese país.
Las autoridades maltesas también han rechazado hacerse cargo, según una nota que ha publicado Toninelli en las redes sociales. En ella, Malta afirma que no puede ser “responsable de la irresponsabilidad de un barco” que navega con sobrecarga, ya que “tiene una capacidad de 50 personas y lleva a bordo a más de 200 socorridos”.
En su opinión, “el barco no ha declarado estar en situación de peligro” y por tanto no es necesario que el país asuma su situación por estar próxima a sus aguas, tal y como pide Italia. Y agrega que el barco “debe ser responsabilidad” del país del que porta la bandera, en este caso de Holanda, y que por tanto Malta se limitará a “controlar” y “proporcionar asistencia en casos médicos urgentes y cualquier suministro si es necesario”.
Salvini, líder de la ultraderechista Liga que junto al Movimiento Cinco Estrellas (M5S) forma el Gobierno de Italia, ya ha dejado claro que este país no acogerá a más migrantes rescatados por barcos de ONG que naveguen en el Mediterráneo. “No podemos recibir a un solo refugiado más. Por el contrario, quisiéramos entregar a algunos”, ha señalado en declaraciones a la edición digital de la revista alemana “Der Spiegel”.
Mientras se decide el futuro de estas personas, la embarcación permanece en el Mediterráneo, como ocurrió con el barco “Aquarius” de las ONG SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras, que acabó desembarcando en España a sus 630 migrantes, tras las negativas de Italia y Malta.
En esta ocasión, el ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, se ha puesto ya en contacto con Malta, Italia y Francia “para el cuidado” de este barco, según ha indicado la portavoz del Gobierno, Isabel Celáa, tras el Consejo de Ministras.
Roma acusó este jueves a Lifeline de socorrer a los 224 migrantes en la noche del miércoles “sin atender las indicaciones” de la Guardia Costera italiana, que les solicitó no intervenir, ya que lo iban a hacer los guardacostas libios, que acumulan denuncias de vulneraciones de derechos humanos. El ministro Toninelli ha calificado este viernes a los cooperantes de esta ONG de “irresponsables” por llevar en su embarcación a 224 migrantes, cuando tiene una capacidad para “máximo 50 personas”, y advirtió de que “es una embarcación presumiblemente fuera de la ley”.
“No puede ser que actúen y operen no solo poniendo en riesgo vidas humanas, como están haciendo, e incentivando las salidas de las 'barcazas de la muerte', sino también que operen en la ilegalidad y no en favor de la seguridad”, ha apostillado el ministro.
Toninelli ha defendido que el barco lleva bandera de Holanda, “a pesar de que el Gobierno de ese país ha asegurado que no tiene permiso para portarla”. Por esta razón, este jueves asegurço que los rescatados serían trasladados a barcos de la Guardia Costera y que la nave de la ONG sería conducida a un puerto para ser investigada. Por el momento no ha ocurrido.
La organización ha negado categóricamente estas afirmaciones y ha publicado en Twitter los documentos que prueban que la embarcación está efectivamente registrada en Holanda con fecha 19 de septiembre de 2017 y con validez hasta 2019.