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Así son los políticos europeos que han dinamitado el acuerdo sobre el reparto de refugiados

Desde un estado fortificado a fuerza de concertina en Hungría, a una Europa solo “solidaria” con cristianos en Eslovaquia, o la negativa a un reparto obligatorio de refugiados en Letonia y Rumanía. La Europa del Este se ha erigido como principal escollo para que la UE acuerde una distribución de los 120.000 refugiados que la Comisión Europea le ha pedido acoger en los próximos dos años. No quieren una imposición a nivel comunitario del número de personas al que acoger y sumieron en un absoluto fracaso la reunión de ministros europeos del Interior de este lunes.

Según fuentes comunitarias, los que amargaron el encuentro fueron principalmente los gobiernos de Hungría, República Checa, Letonia, Eslovaquia, Polonia y Rumanía. En la reunión de junio, en la que se acordó el reparto de 40.000 refugiados –antes del último aumento de llegadas y de la foto del pequeño Aylan en la costa griega– España se alineó con los socios del Este en el rechazo a las cuotas de reparto, pero en esta ocasión se posicionó del lado de Merkel y Hollande y aceptó la cifra sugerida por Bruselas.

Hungría: Viktor Orbán

El ultraconservador Viktor Orbán, del partido Fidesz, encabeza el grupo de los estados que han bloqueado el acuerdo en Bruselas aunque, paradójicamente, no es uno de los países a los que Bruselas ha incluido en el reparto. Debido al gran número de personas que llegaban cada día al país, con el objetivo de ir a Alemania y Austria, principalemente, la Comisión lo excluyó de esta obligación. De su territorio deberían partir 54.000 refugiados de los 120.000 que Bruselas quiere acoger entre toda Europa.

Orbán ha sido claro en una entrevista publicada este sábado en diario alemán “Bild”: “Si dejamos entrar a todos, Europa se va a pique”. 'Todos' son los refugiados a los que no reconoce, las miles de personas a las que llama inmigrantes ilegales y que han huido de la guerra buscando un futuro mejor.

Una de las principales reticencias del primer ministro es ideológica: la religión. “No olvidemos, sin embargo, que aquellos que llegan fueron educados en otra religión y representan a una cultura radicalmente diferente. La mayoría de ellos no son cristianos, sino musulmanes. Eso es importante, porque Europa y la identidad europea tienen sus raíces en el cristianismo. ¿No es ya preocupante que el cristianismo europeo apenas pueda conseguir que Europa siga siendo cristiana? Si perdemos eso de vista, la idea de Europa podría ser sólo de interés para una minoría en su propio continente”, escribió en el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.

República Checa: Bohuslav Sobotka

El primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, del Partido Socialdemócrata, y el presidente del país, Milos Zeman, se mantenían firmes en su oposición al reparto obligatorio de refugiados este martes. Las autoridades checas consideraron que el recorte de los fondos a los países “insolidarios” con el que advirtió Alemania a sus socios comunitarios es una propuesta que carece de base legal.

El ministro del Interior, Milan Chovanec, fue más contundente en su cuenta de Twitter, donde afirmó que el mayor problema para resolver la crisis migratoria es “una incoherente política de Alemania”. A pesar de que las instituciones europeas urgen a la conciliación y al acercamiento de posturas, las declaraciones son una de las muestras de una Europa desunida en materia de asilo.

El discurso del ministro, en el que destaca la inmigración sobre el flujo de personas demandantes de asilo, se repitió en una reunión previa a la cumbre del lunes: “Si Hungría cede y abre sus barreras, Eslovaquia no va a ser capaz de parar ese alud”, advirtió.

Letonia: Laimdota Straujuma

La primera ministra letona, Laimdota Straujuma, pertenece al partido liberal conservador Vienotiba (Unidad). A su país le corresponderían 526 refugiados en el reparto de 120.000, pero ha dicho no, sobre todo, a un reparto obligatorio. Straujuma señaló que antes de admitir a los refugiados es necesario encontrar el lugar y la forma de alojarlos y que todavía no hay instalaciones suficientes en Letonia.

El país aceptó acoger a 200 refugiados desde Italia y Grecia en la distribución de los 40.000, menos de un 60% de los que le pedía Bruselas. El país ha vivido marchas en contra de la acogida de refugiados, en las que han participado varios miembros de la Alianza Nacional, un socio de extrema derecha del gobierno de coalición letón, que se opone incluso a la cifra que ha admitido el Ejecutivo.

Eslovaquia: Robert Fico

La ideología asoma también en el discurso de Robert Fico, el primer ministro eslovaco, del partido Smer-SD. En el reparto de los 40.000, Eslovaquia solo aceptó a 100 de las 785 personas del plan de la Comisión. Además, acogerá a otros 100 refugiados desde países ajenos a la UE. La condición para todos ellos es que sean cristianos. Según Fico sería de “falsa solidaridad” recibir a musulmanes en un país sin mezquitas.

El primer ministro mostró este martes la enorme distancia entre su Ejecutivo y el de Angela Merkel en esta crisis y que su país no se dejará intimidar con “amenazas” de otras naciones, tras el mensaje de Alemania a los países “insolidarios”.

“Si creen que nos van a intimidar con amenazas, se equivocan”, dijo. Si es preciso, “Eslovaquia se defenderá”. Además, anunció que sus autoridades arrestarán a toda persona que intente entrar de manera irregular al país, según la agencia Reuters.

Polonia: Ewa Kopacz

En Varsovia, solo se acepta a demandantes de asilo que sean cristianos. Con apoyo del Gobierno, algunas ONG han acogido a un puñado de cristianos sirios. Desde la Plataforma Cívica, el partido de centro-derecha (del que forma parte el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk) de la primera ministra Ewa Kopacz, han puesto también palos en las ruedas de la Europa liderada por Merkel, que aboga por un acuerdo obligatorio.

En su partido hay quien afirma que en Polonia, “a la gente no le gustan los inmigrantes, no los entiende y cree que su mantenimiento es demasiado caro”. Aunque Polonia no es de los países más reticentes a un acuerdo comunitario, todavía no da su visto bueno a la propuesta de la mayoría de estados.

Rumanía: Klaus Iohannis

“Se trata de seres humanos, no son piezas que puedan ser contadas”. Con este discurso bañado de sensibilidad se refiere el presidente rumano Klaus Iohannis a los refugiados para decir que no, que no acepta una asignación obligatoria por parte de la Comisión. El líder conservador y presidente del Partido Nacional Liberal, ha afirmado que Rumanía –el socio más pobre de los 28, “solo aceptará un máximo de 1.785 personas”. Las cuotas, dice como el resto de sus aliados del Este, no son la solución.

Hungría ha anunciado este martes que ampliará su valla fronteriza al territorio que separa ambos países, un plan que no ha contentado al Gobierno de Bucarest, según un comunicado. “Erigir una valla entre dos Estados miembro de la UE no es un gesto correcto y no está en línea con el espíritu europeo”, ha señalado el ministerio de Exteriores rumano.