La Guardia Fronteriza polaca ha informado este jueves de 468 nuevos intentos de cruzar ilegalmente la frontera polaca, mientras el primer ministro, Mateusz Morawiecki, ha garantizado que su país y los bálticos protegen la paz y estabilidad en Europa.
A través de su cuenta de Twitter, la Guardia Fronteriza ha señalado que además de estos 468 intentos registrados en las últimas 24 horas, se emitieron órdenes de expulsión contra 42 ciudadanos extranjeros.
Desde principios de año la Guardia Fronteriza ha registrado más de 32.000 intentos de ingresar ilegalmente a territorio polaco desde Bielorrusia, casi 17.300 solo en octubre, unos 7.700 en septiembre y más de 3.500 en agosto.
En tanto, Morawiecki ha asegurado a través de Twitter que “Polonia y los Estados bálticos protegen sus fronteras protegiendo la paz y la estabilidad en Europa”. “Contamos con el apoyo total de la OTAN y la Unión Europea”, ha agregado en un mensaje difundido anoche.
Posibles enfrentamientos
Los datos de los nuevos intentos de cruzar la frontera se conocen mientras en Varsovia se comenzaron a celebrar actos de conmemoración por el Día de la Independencia, jornada durante la que está prevista una manifestación en la capital con la asistencia anunciada de miembros de movimientos de ultraderecha.
Esta marcha ha sido escenario en los últimos años de violentos enfrentamientos entre ultraderechistas y las fuerzas de seguridad y ya este jueves la Policía de Varsovia ha alertado a los medios de comunicación de que necesitarán acudir protegidos al evento.
“Una buena foto no vale su salud o su vida”, ha advertido en redes sociales la policía capitalina, que en Twitter ha recomendado a la prensa que asista a la manifestación que exhiba visiblemente un chaleco con la palabra “prensa” y que se mantenga en los márgenes del recorrido.
La manifestación fue prohibida por el alcalde de Varsovia, el opositor RafaÅ Trzaskowski, pero autorizada posteriormente por el Gobierno central.
“Crisis política”
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha visitado este miércoles Polonia, donde ha pedido “actuar con rapidez y decisión” en la crisis de la frontera polaco-bielorrusa, donde tiene lugar, ha dicho, “un ataque híbrido, brutal, violento e indigno”.
Michel se entrevistó con Morawiecki, quien a su vez destacó que no se trata “de una crisis migratoria, sino una crisis política desencadenada con el propósito especial de desestabilizar la situación en la Unión Europea (UE)”.
Ambos líderes coincidieron en que el régimen de Alexandr Lukashenko es culpable de la situación en la frontera, donde se agolpan cientos de migrantes y se han registrado varios intentos de pasar a territorio polaco de manera ilegal, algunos de ellos con violencia.
Por su parte, el presidente de Bielorrusia ha ordenado este jueves al Ministerio de Defensa y al KGB que garanticen la seguridad de la frontera con Polonia. “El Ministerio de Defensa, el KGB, las tropas fronterizas (deben) garantizar el control sobre el movimiento de tropas de la OTAN y de Polonia”, ha dicho el mandatario en una reunión con miembros del Consejo de Ministros, según la agencia oficial BELTA.
Polonia mantiene a 15.000 efectivos desplegados en la frontera con Bielorrusia, entre militares, Guardia Fronteriza, policías y reservistas por la crisis que estalló el lunes por la llegada de miles de migrantes de Oriente Medio a la frontera con Polonia acompañados por efectivos de las fuerzas de seguridad bielorrusas.
“Se ve que ya hay 15.000 militares, tanques, vehículos blindados, helicópteros que vuelan junto a aviones. Fueron desplegados en la frontera y, más aún, sin avisar a nadie aunque están obligados a hacerlo”, ha sostenido Lukashenko. “Debéis tener planes de contraataque, Dios no lo permita. No estamos desplegando (no di esas instrucciones) nuestras Fuerzas Armadas. Pero debemos prever todo. Para que no nos monten una guerrita en la frontera y no estemos preparados para ello”, ha dicho.
En tanto, el ministro del Interior polaco, Mariusz KamiÅski, ha anunciado este jueves la construcción a mediados del año próximo de una valla de acero en la frontera con Bielorrusia, rematada con alambre de púas y equipada con dispositivos electrónicos, como sensores de movimiento y cámaras diurnas y nocturnas.