El Mediterráneo vuelve a convertirse en el escenario de la muerte. Al menos diez personas han fallecido y otras 6.779 han sido rescatadas durante el fin de semana en aguas del Mediterráneo, según han informado la Guardia Costera y la Marina italiana. Por su parte, las autoridades egipcias han notificado de la muerte de otras tres personas después de que la embarcación en la que viajaban se hundiese en aguas cercanas a la ciudad de Edku.
Los diez cadáveres han sido recuperados en aguas cercanas a la costa libia, en la misma donde se han desarrollado la mayoría de las operaciones de rescate, que continúan activas. Los ocupantes rescatados han sido trasladados a territorio italiano.
Siete de los cuerpos sin vida estaban en dos lanchas neumáticas que navegaban abarrotadas de migrantes y refugiados. Otras tres personas fueron recogidas del agua, ya sin vida, después de que saltaran ante la proximidad de un mercante que pretendían alcanzar a nado, según ha informado la Guardia Costera.
En las operaciones han participado diez buques italianos, cuatro embarcaciones civiles privadas y un buque francés, todos ellos bajo coordinación italiana.
Las autoridades egipcias han informado de la muerte de tres personas cuando la embarcación en la que viajaban se hundió en aguas cercanas a la ciudad de Edku. 31 personas sobrevivieron al naufragio.
Estas muertes se suman al millar de personas que fallecieron hace dos semanas, después de que varias embarcaciones se hundieran, entre ellas, un barco pesquero con cerca de 900 ocupantes a bordo.
La cifra de supervivientes rescatados durante el fin de semana, actualizada este lunes, ha ascendido finalmente hasta los 6.779, según ha señalado Adrian Edwards, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). El aumento de las salidas de embarcaciones hacia las costas europeas se explica debido a que las organizaciones que trafican con inmigrantes incrementan su actividad aprovechando las buenas condiciones meteorológicas y la calma del mar y, sobre todo, a la persistencia de las emergencias que empujan a estas personas a lanzarse al mar, entre otros factores.
Ayer, una patrullera de la Marina francesa interceptó en las costas libias tres embarcaciones fabricadas con neumáticos con 217 náufragos a bordo, informó la Prefectura marítima francesa del Mediterráneo.
Por su parte, los servicios de Guardacostas libios frustaron la travesía de unas 500 personas de distintas nacionalidades en la costa de Gura Bulili, situada a 60 kilómetros al este de Trípoli, que pretendían alcanzar Europa, según fuentes oficiales.
El Parlamento Europeo pide una misión de rescate comunitaria
Tras la muerte de cerca de 800 personas en una misma jornada en el Mediterráneo, en una de las semanas más mortíferas en sus aguas, los países de la UE se reunieron para hacer frente a la emergencia migratoria. Sin embargo, de la reunión de los 28 apenas surgieron más compromisos que triplicar los fondos de las operaciones de control de fronteras Tritón y Poseidón, en aguas italianas y griegas, y un próximo encuentro, para mediados de mayo.
El resto de cuestiones por definir, como el número de refugiados que Europa está dispuesta a acoger en la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, quedan pendientes para esta próxima reunión.
El Parlamento Europeo ya ha pedido a los líderes de la UE una operación comunitaria con la misión expresa de “rescate” en el mar y una “cuota obligatoria” para el reparto de los solicitantes de asilo entre los países europeos.
En 2014, cerca de 3.500 personas perdieron la vida en el Mediterráneo, intentando llegar al viejo continente, y en lo que va de año ya han fallecido unas 1.700, según los cálculos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).