Preferiría no tener que ver nunca vídeos como el que encabeza esta entrada. Si son ustedes sensibles, les recomiendo que no lo vean. A menos que sean periodistas especializados en Oriente Medio. En ese caso deberían no solo ver, sino analizar, verificar y contextualizar antes de difundir contenidos como este, que muestran el avispero en el que se ha convertido Siria.
La grabación, que se ha extendido como la pólvora en los últimos días, muestra a un grupo de soldados, supuestamente rebeldes sirios, animando a un niño a ejecutar a prisioneros, presuntamente soldados del régimen. Medios de todo el mundo se han hecho eco de las terribles imágenes, en su mayoría sin cuestionar su origen ni su fiabilidad. Distintas versiones del titular “Rebeldes sirios obligan a un menor a decapitar a un prisionero” se han difundido en medios de todo tipo, a pesar de que ninguna de las brigadas del Ejército Sirio Libre ha reivindicado la ejecución.
A raíz de la difusión que ha tenido el vídeo, varios activistas sirios se han puesto en contacto con eldiario.es cuestionando su fiabilidad. Algunos de los comentarios apuntan a que el acento de los soldados en la grabación no es el característico de Homs, donde se dice que se produjo la ejecución.
Por otro lado, el vídeo es de noviembre, según los canales oficiales sirios que lo difundieron, lo que no se ajusta a las vestimentas veraniegas de los soldados. Otros comentarios apuntan a contradicciones entre las imágenes que se muestran desde los distintos ángulos de la grabación en los distintos vídeos de esa misma ejecución, y al hecho de que los supuestos soldados del régimen no están maniatados y sin embargo no reaccionan a los golpes antes de ser ejecutados. También al hecho de que el vídeo muestra un montaje de las escenas que impide comprobar el contenido real de la conversación entre los soldados y a lo chocante de que quien ha editado el vídeo oculta las identidades de varias de las personas que aparecen en él.
Después de analizar los distintos vídeos de esta grabación, no creo que se pueda afirmar que el vídeo sea una producción del régimen. Tampoco se puede afirmar que se trate de una brigada del Ejército Sirio Libre ejecutando a prisioneros. En la guerra de propaganda que se libra en Siria, la tarea de verificar los contenidos es cada vez más difícil. Tanto desde el régimen, desesperado por una legitimidad que se desmorona, como desde distintos grupos dentro del Ejército Sirio Libre, se han encontrado manipulaciones que buscan inclinar a su favor la balanza mediática.
Precisamente por esta dificultad resulta preocupante la facilidad con la que este tipo de vídeos se difunde masivamente sin cuestionar su contenido. El mero hecho de que la fuente de este vídeo sea Sama TV, cadena de televisión gubernamental con sede en Damasco (la antigua Addounia), debería al menos arrojar dudas sobre su fiabilidad, sobre todo teniendo en cuenta lo tendencioso del propio encabezado: “La organización terrorista ESL dio una espada a un niño para que ejecutase a un civil sirio que habían secuestrado”. Después de todo, es el mismo canal que difundió hace unos meses un vídeo en el que se afirmaba que las jugadas del Barcelona (sí, el equipo de fútbol) eran mensajes en clave para ayudar a introducir armas de contrabando en Siria.
Tanto si la ejecución es obra de un grupo de rebeldes o no, sorprende la repercusión mediática que ha tenido frente a la poca cobertura que reciben los asesinatos diarios, los bombardeos, las detenciones y tortura de activistas a mano del régimen de Asad, y aspectos humanitarios como el drama de los refugiados y desplazados.
Según Ussama Jandali, responsable de comunicación de la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio (AAPS), “ese vídeo es reprobable sea de quien sea, pero no justifica que se criminalice a toda la revolución y se la equipare a la dictadura que llevamos 40 años soportando. El ESL no es una estructura centralizada y no puede responder de las violaciones que cometan grupos o individuos a título personal. El régimen sirio, en cambio, es responsable de todas y cada una de las violaciones que cometen sus soldados”.
Jandali apunta también al momento en que esta grabación recibe eco internacional.
“Una tendencia que llevamos meses percibiendo es que cada vez que se da un paso internacional en el apoyo a los rebeldes aparecen declaraciones o vídeos que rebajan el tono y contribuyen a frenar el apoyo a la revolución siria, un apoyo que en realidad nunca ha ido más allá del discurso.” Y añade: “Nos alarma que se cometan atrocidades como las que se ven en este vídeo, pero nos sorprende lo poco que preocupan los cientos de miles de refugiados y desplazados que duermen al raso todos los días, los niños que mueren de hipotermia sin que nadie mueva un dedo. De eso, muy pocos se hacen eco.”
Gracias a “Alseif Damasquino” por su ayuda con el análisis del vídeo.“Alseif Damasquino”