Rueda reescribe la historia tras obtener la primera transferencia en 15 años: “No hay ningún cambio, la Xunta siempre quiso”
“No hay ningún cambio, por lo menos por la Xunta”. El presidente gallego, Alfonso Rueda, negaba así cualquier giro en las políticas de la administración autonómica después de obtener las competencias sobre el litoral, la primera transferencia que recibe Galicia del Estado en los 15 años de gobierno del PP, primero con Alberto Núñez Feijóo y ahora con él mismo al frente del ejecutivo.
Sin embargo, los hechos apuntan en otra dirección. Durante los trece años de Feijóo al frente de la Xunta (2009-2022), aumentar el autogobierno estuvo lejos de ser una prioridad. Tanto que, pese a asegurar que Galicia era “leal y con las comunidades leales hay que tener actuaciones”, acabó por ceder ante la postura del gobierno Rajo, que negó la transferencia de la AP-9 escudándose en las “tensiones territoriales” derivadas del procés. Hoy, ese traspaso vuelve a estar sobre la mesa. Y no es el único.
Con su predecesor casi aterrizado en Madrid, Rueda abrió su primera batalla con Madrid por el control de la costa. Cuando la ley gallega fue una realidad, el ejecutivo central la llevó al Tribunal Constitucional, que dio la razón a Galicia. Así se despejó el camino para obtener unas competencias que, por el camino, el País Vasco consiguió con negociación política.
A este conflicto se agarraba Rueda en su comparecencia tras la última reunión de su gobierno en 2024 para justificar esa supuesta actitud reivindicativa de la Xunta frente al “rechazo absoluto” de Madrid. “Galicia siempre quiso transferencias, otra cosa es que para que se produzcan hace falta proactividad por las dos partes, quien la solicita y quien la transfiere”. No olvidó las acusaciones que llegaron de Moncloa sobre la proclamación de una “declaración de independencia” con la Ley Gallega del Litoral.
Si esta parte no se ha movido, entonces toca mirar a Madrid. Rueda fue más allá de la presidencia de Pedro Sánchez en una quema de la que no salvó ni a su amigo Mariano Rajoy. “Siempre reclamamos, no hubo voluntad ni del gobierno anterior ni del que tenemos desde 2018”, algo que espera que haya cambiado, tanto para el presente como para el futuro: “Aguardo que por parte del gobierno central, de éste y del que tenga que venir, se cambie de actitud y se entienda que hay ciertas competencias que desde las comunidades autónomas se gestionan mucho mejor”.
Conseguido el litoral -este mismo viernes, el lehendakari lo llamó para anunciarle el acuerdo cerrado entre Euskadi y el Estado-, Rueda piensa en sus próximas prioridades. Una es la competencia en meteorología, un proceso liderado por la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, que adquirió especial énfasis tras la DANA de Valencia y las críticas a la Aemet, impulsadas también desde las filas populares. La otra, cómo no, es otra vez la AP-9, cuya votación, aplazada de nuevo en el Congreso “a petición de Sumar y del PSOE”, Rueda espera que ya no sufra nuevos retrasos. “Seguiremos insistiendo”
“Sigo creyendo, y mucho más después de haberlas obtenido [las competencias en la costa], que es mucho más importante la calidad de las transferencias que la cantidad”. El presidente de la Xunta apuesta por “centrarse en una serie de transferencias y conseguirlas” y lo hace, dice, “viendo la experiencia de estos años”. Lo que no aclara es si se refiere a los trece primeros o sólo a los dos últimos.
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