A los países del sur y del este de Europa les preocupa más la emigración que la inmigración, según un amplio sondeo de actitudes realizado en 14 países de la Unión Europea.
En España, Italia, Grecia, Polonia, Hungría y Rumania, seis países donde el nivel de población está estancado o cayendo abruptamente, hay más ciudadanos inquietos por la emigración que por la inmigración, según los resultados de una encuesta elaborada por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés).
La caída más destacada en la población de estos países se ha producido en Rumanía, donde el número de residentes disminuyó casi un 10% en la última década, debido al éxodo de principalmente gente joven que ha migrado para trabajar en los países occidentales de Europa.
Sin embargo, en los Estados del norte y el oeste, el temor por la inmigración supera considerablemente la preocupación por la emigración. El sondeo se realizó con el objetivo de identificar las principales preocupaciones de cara a las elecciones europeas del próximo mes de mayo. Los 14 países encuestados ocuparán el 80% de los escaños del nuevo parlamento comunitario.
La encuesta revela que a los europeos les interesan más otros asuntos que la migración, aunque este tema ha dominado la política y el discurso en el Parlamento comunitario durante los últimos cinco años. Entre los temas que más inquietud despiertan en Europa se encuentran la corrupción, el nacionalismo, el terrorismo y el cambio climático.
En el sondeo general, un 20% de las personas se manifestaron intranquilas por la emigración, mientras que un 32% por la inmigración. El sondeo fue llevado a cabo por YouGov sobre una muestra de 50.000 habitantes.
En algunos países, el temor a la emigración de su población a otros países es tan profundo que gran parte de los encuestados consideró que no debería permitirse a los ciudadanos abandonar el país por períodos largos de tiempo.
“Las elecciones europeas se han presentado como un campo de batalla por el corazón de Europa”, dijo Mark Leonard, director del ECFR, quien añade que los nacionalistas han intentado convertir las elecciones en un referéndum sobre migración.
“Las conclusiones de este sondeo deberían dar esperanzas a los pro-europeos y demostrar que aún se pueden ganar votos gracias a cuestiones importantes como el cambio climático, la sanidad, la vivienda y la calidad de vida”, afirmó Leonard. “Sería un grave error estratégico aceptar que los partidos anti-europeos vayan a enmarcar estas elecciones en una cuestión meramente sobre migración”.
Líderes populistas como Viktor Orbán de Hungría y el italiano Matteo Salvini pretenden colocar la migración como el tema principal de las elecciones del 23-26 de mayo, en las que 374 millones de personas votarán la composición del parlamento europeo de los próximos cinco años. Recientemente, el gobierno de Orbán difundió un alarmante cartel contra las políticas migratorias europeas.
Hungría se ha negado a aceptar refugiados en el marco del sistema de cupos de la UE y continúa su bloqueo a la ley europea que propone un sistema de redistribución permanente para solicitantes de asilo. La campaña impulsada por el gobierno se refería a esta última iniciativa: “Quieren obligarnos a aceptar cupos de reubicación”, advertía.
Orbán, que está presionado para abandonar el principal grupo parlamentario europeo de centro-derecha, ha reclamado que las leyes migratorias “dejen de ser competencia de la Comisión y vuelvan a los Estados miembros”. Los países de la UE ya tienen un papel decisivo en las políticas sobre migración.
Aunque Orbán bajó el tono en los medios de comunicación tras ser presionado por sus aliados del Partido Popular Europeo, el líder húngaro ha amenazado con retomar su campaña anti-UE. “Ahora, nuestro trabajo es informar a la gente continuamente sobre los planes de Bruselas”.
Sin embargo, las cifras de inmigración han caído abruptamente en los últimos dos años: en 2018, la cantidad de personas que cruzaron el Mediterráneo fue poco más de 116.000, según ACNUR, casi un 90% menos que la cifra registrada en 2015.
La encuesta concluye que la mayor preocupación de los europeos es el radicalismo islámico, pues alarma a uno de cada cinco participantes, aunque el nivel de temor es mucho mayor en países como Bélgica, Francia y los Países Bajos que en el este de Europa.
En casi todos los países, la mayoría de encuestados se mostró de acuerdo con que el medioambiente debería ser una prioridad, incluso si las políticas para protegerlo afectasen al crecimiento económico.
Pero los datos también muestran una amplia gama de preocupaciones en cada uno de los diferentes países, lo cual significa que las elecciones estarán marcadas por diversas cuestiones sociales a lo largo y ancho del continente.
En Italia, Grecia y Rumanía, la economía es la preocupación principal. En siete países -Hungría, Italia, Polonia, Rumania, España, Grecia y Eslovaquia- más del 50% de las personas sondeadas consideraron la corrupción como una problemática importante.
Algunos analistas han advertido a los partidos tradicionales y de centro de que no acepten el discurso pro-UE y anti-UE, ya que temen que lo único que lograrán será fortalecer el discurso populista, legitimando argumentos falaces.
Las elecciones europeas son los segundos comicios más multitudinarios del mundo tras la convocatoria electoral en India. Votantes de 27 países elegirán a 705 eurodiputados que asumirán su cargo el 2 de julio. Se estima que Reino Unido no participará en las elecciones: tiene que informar a la UE antes del 12 de abril si desea celebrarlas, lo cual supondría un gran retraso del Brexit.
Traducido por Lucía Balducci.