24 horas después de que Grecia suspendiera el derecho a pedir asilo por el aumento de flujos de refugiados por la frontera con Turquía, la Comisión Europea decía el lunes que se encontraba “evaluando legalmente la medida”. En paralelo, el vicepresidente Margaritis Schinas, nombrado para el Ejecutivo comunitario por el Gobierno griego (Nueva Democracia/PPE), acusaba de “chantaje” a Turquía.
Han pasado cuatro días, en los que Bruselas ha agradecido a Grecia ser “el escudo de Europa” y ha negado crédito a las imágenes de violencia de las fuerzas fronterizas griegas.
Este jueves, la Comisión Europea parece ir cerrando el círculo para terminar de salvar a Grecia de las supuestas violaciones de derechos humanos, denunciadas por ACNUR. “Hay que entender las circunstancias en las que el Gobierno griego ha tomado las decisiones y las medidas. Estamos en contacto con ellos, evaluando las posibilidades y viendo cómo quieren aplicar la ley. Tanto la convención de Ginebra como el tratado de la UE permiten fundamentar la modulación de la gestión de las solicitudes de asilo”, ha dicho el portavoz comunitario, Eric Mamer, quien obvia que Grecia no ha dicho que haya decidido frenar la tramitación, sino que las suspendía durante un mes.
Entre esas medidas y decisiones está el lanzamiento de bombas de humo y bolas de goma a quienes buscan asilo huyendo de la guerra. “Depende de las circunstancias, seguro que ocurrió de acuerdo con la ley”, ha zanjado Mamer, quien no ha dejado de aceptar preguntas sobre el asunto.
En la cumbre de urgencia de los ministros de Interior de la Unión Europea celebrada este miércoles, ya se lanzaba un aviso: “La UE empleará todos los medios necesarios para evitar los pasos ilegales en las fronteras, con el uso de la ley internacional”. Pero nada decía de si la suspensión de las solicitudes de asilo es una violación del derecho internacional como ha denunciado Acnur. De hecho, la UE ha concluido, como dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, que Turquía está cometiendo “un chantaje”, pero es incapaz de dictaminar, tres días después de decretarse, qué significa que Grecia haya suspendido la concesión del derecho al asilo. “No van a tolerarse los cruces ilegales”, sentencia la UE 24 horas después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, agradeciera a Grecia ser “el escudo de Europa en estos momentos”.
La comisaria de Interior, Ylva Johansson, ya había marcado el camino: “La decisión del gobierno griego no consiste en denegar, sino en suspender su examen. Y hay un diálogo para determinar la situación: tienen que cumplir con la legalidad y los derechos fundamentales. Pero en circunstancias especiales hay posibilidad de dar algún paso, sin apartarse de los derechos fundamentales. Hay disposiciones específicas para flexibilidad para plazos en circunstancias especiales”.
Mientras, desde Zagreb, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, aseguraba que los migrantes son “utilizados como armas” en referencia a la situación de las personas que huyen del conflicto sitio y tratan de entrar en la UE a través fundamentalmente de Grecia desde Turquía.
Borrell abría así la sesión informal de los ministros de Defensa de la UE en Zagreb. “En el contexto estratégico, no hay tiempo para la autocomplacencia en un mundo que cambia con rapidez”, recalcó, y reconoció que a la hora de considerar los retos para este año “nadie tuvo en consideración el coronavirus, por ejemplo, ni la gran crisis que ha emergido estos días en el Mediterráneo oriental”.
El jefe de la diplomacia comunitaria indicó: “Vemos una competencia creciente entre grandes poderes, el multilateralismo se ve debilitado y la política de los poderes está de vuelta. La política de poderes aborda todo: economía, tecnología, opinión pública... Todo se está convirtiendo en un arma. Hoy, por ejemplo, incluso los migrantes se están convirtiendo en armas, se les está utilizando como armas (...) contra las fronteras de otros”.
Borrell se entrevistó este miércoles en Ankara junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Borrell dijo que pidió a Ankara “que no se aliente un mayor movimiento de refugiados y migrantes hacia las fronteras de la UE” y criticó “acciones unilaterales” turcas.
Turquía anunció el pasado viernes que dejaba el camino libre a los migrantes para llegar a Europa y miles de ellos se encuentran ante las fronteras terrestres griegas, cerradas por la Policía y el Ejército. La decisión de Ankara llegó después de que 34 de sus soldados murieran en un bombardeo sirio en Idlib, el último bastión donde milicias islamistas, apoyadas por Turquía, resisten al régimen de Bachar al Asad, apoyado por Rusia.
El presidente del Consejo Europeo ha hablado precisamente este jueves con el presidente ruso, Vladímir Putin, sobre la crisis y la necesidad “de una solución política negociada”.