Opinión y blogs

Sobre este blog

Contratos temporales: cuando el fraude es la norma

Juventud Sin Futuro

(Mario Ruiz-Capillas, abogado, y Eduardo Ocaña) —

Un vaso es un vaso, un plato es un plato, y los últimos datos de paro son desastrosos. Por más que quieran vendernos la recuperación, el pasado septiembre ha sido el peor de los últimos tres años. Más desastroso aún tras del pésimo resultado del mes de agosto, con  21.679 desempleados más. Estas cifras demuestran que el Gobierno de Rajoy tiene suficientes razones para rebajar su entusiasmo.

El empleo está estancado: llega el verano, las contrataciones de un mes, un día o unas horas crecen. Se acaba el verano, los contratos finalizan... y todos de vuelta a la cola del paro. Ni los datos récord de llegada de turistas han podido relanzar la contratación, lo que significa plantillas exprimidas hasta la extenuación, jornadas imposibles de 13 o 14 horas, horas extra que no se pagan....

¿Y por qué si sube el paro también sube la afiliación a la Seguridad Social? ¿Eso no es bueno? Es, como casi todo lo que ocurre en nuestro mercado laboral, puramente temporal y coyuntural. Sube por el principio del curso escolar y la vendimia. Profesores y profesoras que se fueron a la calle en junio para no tener que pagarles las vacaciones y recogedores de uva que volverán al paro pasado mes y medio como mucho. Hay contratos por días o por horas, cuya afiliación a la Seguridad Social contabiliza como varias altas durante el mismo mes.

Y es que los datos de septiembre nos muestran que lo que viene después del verano también es trabajo basura. En septiembre, sólo el 8,51% fueron indefinidos. En el mismo mes de 2014 fueron el 8,48%. No hay mejoría en la calidad del empleo.

Desde hace meses, el 92% de los contratos son temporales, 92 de 100 de los escasos puestos de trabajo que se crean tienen fecha de caducidad. Lo más vergonzoso de todo es que esta insoportable temporalidad parte de un fraude masivo. Así de simple. 

La ley dice que todos los contratos de trabajo tienen que ser, por regla general, indefinidos. Solo contempla una serie de situaciones excepcionales, perfectamente tasadas en la ley, en las que se puede celebrar un contrato temporal. Por lo tanto, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la mayoría de los contratos de trabajo que se están firmando ahora mismo en España lo están siendo en fraude de ley.

Pongamos un ejemplo: si mañana te hacen un contrato de 1 mes en una tienda de ropa y no hay una causa que justifique la temporalidad (como puede ser la campaña de rebajas, o una sustitución a una trabajadora que se encuentre de baja por maternidad), el contrato es ilegal. 

El resultado de ello: además de los salarios basura, las personas trabajadoras no tenemos ningún tipo de estabilidad en el empleo que pueda garantizar un mínimo plan de vida. Mientras, para el empresario resulta facilísimo exprimir mucho más a las y los trabajadores bajo la amenaza de la no renovación, prescindiendo de él/ella a cambio de una indemnización nimia de fin de contrato, que la mayoría de las veces olvidan pagar. Hablando en plata: esto es lo que hay, aquí las horas extras no se pagan, si no te gusta, tranquilo/a que el mes que viene no te renuevo y contrato a otra persona. Y cuidado no se me olvide algún concepto en el finiquito…

¿Y por qué los empresarios hacen contratos en fraude de ley de manera sistemática? Porque les sale gratis, así de sencillo. En la gran mayoría de los casos, los trabajadores no dan el paso de demandar a la empresa por despido improcedente en el momento que se les acaba el contrato temporal, contrato que podrían reclamar como indefinido (con su indemnización correspondiente por despido) por haberse celebrado en fraude de ley. Entre otras cosas, porque en la mayoría de los casos la gente ni siquiera sabe que los contratos tienen que ser por ley y por regla general, indefinidos.

Los sucesivos gobiernos del PPSOE no han tenido ninguna intención de atajar el problema de la altísima temporalidad (sin duda, uno de los más graves que padece nuestro mercado de trabajo). Las cifras de contratos crecen sobre el papel y dan buenos titulares durante unos meses al año. Mucho mejor apuntarse 6 contratos temporales que 1 indefinido. Es por eso que hay campañas institucionales para decirte que no dejes de pagar tus impuestos, pero no para informarte de que la mayoría de los contratos son fraudulentos. Es por eso también que la Inspección de Trabajo no actúa sobre ello.

El PP seguirá llamando vaso al vaso, plato al plato y empleo digno a esto, aunque ya nadie se lo crea. Pero ojo con los que vienen detrás. La propuesta de reforma laboral de Ciudadanos es aún más grave que las que han llevado a cabo los últimos gobiernos.

 - ¿Y si dejamos todo como está y creamos un contrato que siga siendo temporal, con despido prácticamente gratis... pero decimos que es indefinido?

 - Joder, qué buena idea. Y lo llamamos “contrato único indefinido”, que suena sensato.

 - ¡Cojonudo, Albert! Hemos vuelto a salvar España. ¡¡¡YO SOY ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL!!!

Un vaso es un vaso, un plato es un plato, y los últimos datos de paro son desastrosos. Por más que quieran vendernos la recuperación, el pasado septiembre ha sido el peor de los últimos tres años. Más desastroso aún tras del pésimo resultado del mes de agosto, con  21.679 desempleados más. Estas cifras demuestran que el Gobierno de Rajoy tiene suficientes razones para rebajar su entusiasmo.

El empleo está estancado: llega el verano, las contrataciones de un mes, un día o unas horas crecen. Se acaba el verano, los contratos finalizan... y todos de vuelta a la cola del paro. Ni los datos récord de llegada de turistas han podido relanzar la contratación, lo que significa plantillas exprimidas hasta la extenuación, jornadas imposibles de 13 o 14 horas, horas extra que no se pagan....