Un blog de Juventud Sin Futuro pensado por y para los jóvenes que viven entre paro, exilio y precariedad. Si quieres mandarnos tu testimonio, escríbenos a nonosvamosnosechan@gmail.com.
El 7N vamos por un país que merezca la alegría y no la pena
Un número, ¡sí, un número!, parece que las mujeres nos convertimos hace tiempo en algo tan vacío e inerte como un número; como si fuésemos “cosas” que circulan por el tiempo y el espacio a la espera de que alguien las rompa, o las quiebre con la levedad de un movimiento. Parece que estamos obligadas a sobrevivir en una ruleta rusa donde todo depende de los gestos de otro; en cuyas manos se encuentra el azar de nuestros días. ¡Qué desgarro saberse muerta, violentada o frágil por el mero hecho de ser!; ¡qué injusto asistir a esta interminable noche negra!.
Incontables son ya los gritos por aquellas a las que les arrancaron la voz, inabarcables las preguntas por una situación que pone en jaque toda ética, e insondables los asombros por la apatía política frente a un escenario tan grave y doloroso. No aguantamos más: no permitiremos que se nos piense como un número y este siete de Noviembre vamos a demostrarlo.
Desbordaremos Madrid para hacer presentes a cada una de las mujeres que ese día no estarán, pero también nos alzaremos para celebrar que seguimos existiendo y miraremos firmes a un horizonte en el que las que vengan se queden. Iremos junto a todos nuestros compañeros de viaje, los que habitan un profundo espanto al sentir la imposición de un mundo injusto y violento que así les reconoce; aquellos que también se fracturan cuando alguien nos arroja al terrible abismo de la cifra, donde siempre somos “una menos”.
Colmaremos las calles para insistir en que llegó el momento de sumas y no de restas, nos movilizaremos para hacernos cargo del sentido común, ese que nos muestra con firmeza que nuestra sociedad no puede permitirse que falte ni una sola mujer. El miedo nunca nos ha vencido y asumimos el engranaje político que está en alza con una certeza que cada vez se torna más real; aquellos que han asumido las instituciones como espacios desmedidos de poder se equivocaban. Ya no vamos a permitirles que sigan funcionando por fuera de la ciudadanía o que objetualicen a las mujeres con la intención de sacar rédito electoral, para después girar la mirada y que todo continúe en la quietud.
Sabemos que los tiempos de cambio que atravesamos son ahora y con nosotras; y por ello el 7N nos juntaremos con rabia por las que se fueron, uniéndonos como memoria viva en un profundo homenaje, y nos abrazaremos a la valentía de hacer un pueblo que siembre dignidad, sin miedo ni titubeos.
Estamos convencidas de que ya no se puede silenciar la fuerza que nos da la agitación de este tablero político y el recordatorio de su movimiento: que se puede, y se debe. Acudiremos a este encuentro de vida para seguir batallando la identidad de nuestro país, porque tenemos muy claro que queremos un lugar en el que merezca la alegría vivir, y no la pena.
Un número, ¡sí, un número!, parece que las mujeres nos convertimos hace tiempo en algo tan vacío e inerte como un número; como si fuésemos “cosas” que circulan por el tiempo y el espacio a la espera de que alguien las rompa, o las quiebre con la levedad de un movimiento. Parece que estamos obligadas a sobrevivir en una ruleta rusa donde todo depende de los gestos de otro; en cuyas manos se encuentra el azar de nuestros días. ¡Qué desgarro saberse muerta, violentada o frágil por el mero hecho de ser!; ¡qué injusto asistir a esta interminable noche negra!.
Incontables son ya los gritos por aquellas a las que les arrancaron la voz, inabarcables las preguntas por una situación que pone en jaque toda ética, e insondables los asombros por la apatía política frente a un escenario tan grave y doloroso. No aguantamos más: no permitiremos que se nos piense como un número y este siete de Noviembre vamos a demostrarlo.