¿Ricos más ricos y pobres más pobres? Nuestra sociedad está llena de brechas que incrementan las diferencias entre unos y otros. (Des)igualdad es un canal de información sobre la desigualdad. Un espacio colectivo de reflexión, análisis y testimonio directo sobre sus causas, soluciones y cómo se manifiesta en la vida de las personas. Escriben Teresa Cavero y Jaime Atienza, entre otros.
Peligro invisible: la realidad oculta de niñas y mujeres refugiadas y migrantes
Las desigualdades de género son una de las más persistentes vulneraciones de derechos humanos de nuestro tiempo. Es una cuestión que nos afecta y compromete a todos: mujeres, niñas, niños y hombres. Y es que la igualdad redunda en beneficio del conjunto de la sociedad y propicia mayores niveles de desarrollo, productividad y cohesión social.
Un dato revelador: las niñas y las mujeres representan más del 50 por ciento de los más de 4,4 millones de refugiados sirios. Así, en febrero de 2016, el porcentaje de mujeres, niños y niñas ascendió a casi el 60% de las personas refugiadas y migrantes que llegan a través del mar Mediterráneo a Europa.
Solo por ser niña o mujer el grado de vulnerabilidad se multiplica tanto en origen, como en tránsito y destino. Las niñas y las mujeres tienen mayor riesgo de caer en las fisuras de los sistemas de protección, y de enfrentarse a perjuicios y negligencias.Donde haya mujeres, niñas y adolescentes, se tienen que tomar medidas para protegerlas de las agresiones y la violencia.
Se ha producido un incremento de los casos de matrimonio infantil y embarazos precoces. Todo ello conlleva graves riesgos para la salud y la integridad física y emocional. Del total de matrimonios de refugiados sirios registrados en Jordania una cuarta parte tiene entre sus cónyuges a una menor de 18 años. Las niñas que se casan antes de la mayoría de edad están más expuestas a ser víctimas de violencia de género y a limitaciones en el acceso a servicios de salud.
Como Hened al Amad, de 14 años, refugiada siria en Líbano. Se casó hace casi dos años y ya es viuda. Cuando su marido murió estaba embarazada, pero perdió al bebé “por la pena y el miedo que sentí”, asegura. A esta grave situación se le suma otro riesgo severo. Las mujeres y las niñas en las rutas migratorias son objetivo de las redes de trata de personas con fines de explotación sexual o laboral, especialmente, las niñas y adolescentes no acompañadas o que viajan solas.
¿Cómo se puede proteger a las mujeres y niñas refugiadas? De acuerdo con un informe reciente de ONU Mujeres sobre la situación de los refugiados y migrantes en Serbia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia, las necesidades y vulnerabilidades específicas de las mujeres y las niñas rara vez son un elemento principal de la planificación e implementación de los programas de apoyo e intervención.
El 8 de marzo se votó en el pleno del Parlamento Europeo una propuesta de Resolución sobre la situación de las mujeres refugiadas y solicitantes de asilo en la UE. Su objetivo es hacer frente a las debilidades en la protección de las niñas y mujeres refugiadas y migrantes en Europa. La propuesta de Resolución, en línea con los 5 Compromisos con las Mujeres Refugiadas de ACNUR, señala que es necesario aplicar estrategias integradas contra la violencia de género e inscribir y documentar de manera individual a las mujeres para garantizar su seguridad y autonomía. Además, los procedimientos de reagrupación familiar deben velar por los derechos de las mujeres y las niñas en el acceso a la sanidad, la educación y al empleo sin depender de su cónyuge para ello.
Waad, de 13 años, siria refugiada en Líbano, fue obligada por su padre a casarse con un hombre al que no conocía. En Siria estudiaba. Ahora trabaja en el campo para ayudar económicamente a su familia, y quiere el divorcio.
Los líderes europeos, incluido nuestro gobierno, y la UE deben diseñar e implementar acciones coordinadas en las que se tengan en cuenta las necesidades específicas de las niñas y las mujeres en la actual crisis, y que incorporen medidas concretas de protección y fomento de la resiliencia. No cabe duda de que son agentes esenciales para la recuperación de las comunidades afectadas por los conflictos y los desastres, pero también para construir economías más fuertes y sociedades más saludables. Tenemos la obligación legal, política y moral de brindar una oportunidad justa a las niñas y las mujeres refugiadas y migrantes en Europa. No podemos fallar.
Las desigualdades de género son una de las más persistentes vulneraciones de derechos humanos de nuestro tiempo. Es una cuestión que nos afecta y compromete a todos: mujeres, niñas, niños y hombres. Y es que la igualdad redunda en beneficio del conjunto de la sociedad y propicia mayores niveles de desarrollo, productividad y cohesión social.
Un dato revelador: las niñas y las mujeres representan más del 50 por ciento de los más de 4,4 millones de refugiados sirios. Así, en febrero de 2016, el porcentaje de mujeres, niños y niñas ascendió a casi el 60% de las personas refugiadas y migrantes que llegan a través del mar Mediterráneo a Europa.