La portada de mañana
Acceder
Feijóo pide que el Gobierno asuma la gestión de la DANA mientras Mazón se resiste
El esfuerzo colectivo para no dejar nada sin rastrear en el parking de Bonaire
Opinión - Feijóo entierra a Mazón. Por Esther Palomera

Los 27 quieren aprobar las reglas fiscales este año pese a las reticencias de Alemania

Una nueva línea roja en el calendario: el 31 de diciembre de 2023. Es el 'deadline' que se han marcado los ministros de Economía de la UE para tener aprobadas las reglas fiscales. Hay consenso en que Bruselas dará margen a los países para establecer sus trayectorias de reducción de déficit y deuda pública siempre con el objetivo de que el primero esté por debajo del 3% del PIB y la segunda, del 60%; pero a cambio la intención es que los expedientes por incumplimiento sean efectivos dado que con las normas vigentes -suspendidas en 2020 por la pandemia- no fue sancionado ningún país. Pero el plan genera dudas en algunas capitales, como Berlín.

Alemania ha amagado con bloquear las conclusiones del Eurogrupo y ha mostrado su malestar por las orientaciones fiscales planteadas por Bruselas para 2024. Esa guía establece que los gobiernos deben empezar a plantear ajustes en los presupuestos del próximo año encaminados a reducir el déficit tras varios años con las normas de austeridad suspendidas por la pandemia y la guerra, dos crisis a las que la UE ha contestado con políticas expansivas de gasto. Sin embargo, la Comisión Europea descarta iniciar procedimientos de déficit excesivos este año dado que la cláusula de escape sigue vigente. Países como Alemania o Finlandia no lo ven con buenos ojos.

“Las conclusiones hablan de que la Comisión Europea mantendrá un diálogo constante con los estados miembros para abordar las cuestiones en las que todavía no hay acuerdo. Es un diálogo que se mantendrá antes y después de la propuesta de la Comisión”, ha explicado la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, a la que corresponderá pilotar las negociaciones durante la presidencia rotatoria de la UE que España ostentará a partir de julio.

Precisamente ese es el motivo por el que el ministro alemán, el liberal Christian Lindner, ha dicho que puede apoyar el texto al recoger la iniciativa alemana de que la Comisión tenga que seguir debatiendo con los estados miembros antes de presentar una propuesta legal sobre la revisión, informa la Agencia EFE: “Esto no significa carta blanca para la Comisión, sino la necesidad de una discusión técnica más profunda sobre cuestiones inciertas”. “Aún se necesita mucho trabajo para lograr un consenso”, agregó.

“Está claro que la revisión de las reglas fiscales es una cuestión muy importante, es un expediente prioritario para todos los países europeos porque nos interesa tener cuanto antes un marco de reglas fiscales que se adecúe a las necesidades y a la realidad actual, que nos proporcione sendas de responsabilidad fiscal que sean compatibles con las inversiones en el ámbito verde y digital y la creación de empleo”, ha dicho Calviño, que no ha querido entrar en el amago de Alemania de bloquear las conclusiones que ya estaban acordadas a nivel técnico y que ha enmarcado en “el contexto de su política nacional”. Calviño ha celebrado que la UE haya “dejado atrás la aproximación que ha guiado el debate en otras épocas, con una fuerte confrontación y con trincheras en las que se alineaban los distintos países”.

Ahora el gobierno comunitario tendrá que abordar con los estados miembro las dudas que suscitan los planes específicos de deuda antes de hacer una propuesta formal, prevista para el mes de abril. El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha reconocido que hay “cuestiones abiertas” y que el “calendario ambicioso pero realista”. Ahora los jefes de Estado tendrán que ratificar las conclusiones de los ministros de Economía en la cumbre de los próximos 23 y 24 de marzo.

Esa letra pequeña tiene que ver con establecer unos requisitos tangibles para la reducción o mantenimiento de los niveles de déficit y deuda, según los casos, así como “la definición del gasto agregado, la idoneidad y el diseño de puntos de referencia cuantitativos comunes para respaldar el marco reformado, los principios para una extensión de la trayectoria fiscal, el papel de las recomendaciones específicas por país, la aplicación de los planes nacionales y los incentivos para las reformas y la inversión”, según recoge el texto pactado.

Los ministros de Finanzas también han establecido algunas directrices para que la Comisión Europea tenga en cuenta a la hora de hacer la propuesta. “Los planes y las posibles actualizaciones deben ser evaluados por la Comisión de una manera totalmente transparente, basado en los principios de evaluación que deben acordarse, y sujetos al escrutinio multilateral y la aprobación por el Consejo”, señala el texto, que también contempla que los planes pueden ser revisados “previa solicitud” con la llegada de nuevos gobiernos tras la celebración de elecciones para ser “actualizados manteniendo la ambición de los ajustes fiscales”.