Bruselas cifra en 10.000 millones los recortes de Italia en sus presupuestos para evitar el proceso sancionador
Deuda y déficit. Déficit y deuda. Son las dos coordenadas fundamentales en las que se mueve la Comisión Europea. Son las coordenadas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que marcan un límite del 3% en el déficit público y el 60% del PIB en la deuda pública.
Italia, en sus cuentas para los años venideros, truncaba las previsiones de rebaja del déficit y prácticamente dejaba la deuda en el 131% del PIB. Todo ello, con unos presupuestos que sí atacaban puntos que, eso sí, no están en las coordenadas del pacto de estabilidad, como son los derivados de un mayor gasto público para incentivar el crecimiento. Es decir, mayores inversiones sociales.
En tanto que Bruselas pide inversiones macroeconómicas en estabilidad fiscal y no en otros índices de desarrollo social y humano, los márgenes de lo posible se estrechan, y el proceso sancionador contra Italia ya estaba en marcha.
Pero el Gobierno italiano, de la extrema derecha de la Lega y el M5S, ha terminado cediendo ante el horizonte de sufrir una sanción sin precedentes. Tal y como se apuntaba el lunes, la nueva propuesta italiana establece una rebaja del déficit, hasta el 2,04%, y mayores ventas de inmuebles públicos para atajar la deuda pública.
Además, se prevé un menor crecimiento, del 1% del PIB para 2019 –en lugar del 1,5%–, y el aumento del IVA para 2020-2021. Los tres mil millones que faltan para llevar el déficit al 2,04% provendrían de ahorros en gastos, desinversiones y un impuesto ecológico a los vehículos más contaminantes.
Roma ha enviado una carta a Bruselas con la promesa de los cambios en las cuentas, aprobados en la Comisión y, después, introducidos en el proyecto de presupuestos en Italia y superado el proceso legislativo.
El vicepresidente Valdis Dombrovskis ha cifrado en algo más de 10.000 millones de euros los recortes en las cuentas italianas para sellar el acuerdo con Roma y esquivar el proceso sancionador: “El Gobierno italiano ha recorrido un largo camino, desde un enfrentamiento retórico. Hay un acuerdo para 2019, que nos permite evitar un procedimiento de inflación por un déficit excesivo. Hay medidas, relacionadas con pensiones y salarios, cuyo despliegue y ejecución se dilatará: serán un coste más importante en 2020 y 2021, y por ello en 2021 Italia quiere aumentar el IVA. De momento, se van a congelar 2.000 millones para gastos previstos para 2019, que se van a aplicar sólo si se confirman los objetivos de déficit”.
“No podemos ignorar el contexto, de ascenso de los populismos, nacionalismos y la caricatura de que somos eurócratas de la austeridad”, ha reconocido el comisario económico, Pierre Moscovici: “Preferimos el diálogo al enfrentamiento. Si el diálogo no hubiera funcionado, pues habríamos asumido nuestras responsabilidades. Y si el resultado hubiera sido otro, los antieuropeístas habrían estado más contentos”.