“Es verdad que el aguacate y el mango han sido productos estrella, pero estamos viendo que ya no es así. No lo son por las dificultades que estamos teniendo con el agua, las infraestructuras y porque no se controla los productos que llegan de otros países”. Antonio Rodríguez, secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Málaga resume los problemas que están viviendo los productores en la campaña de 2022. Un año marcado, sobre todo, por la sequía que ha golpeado de lleno a La Axarquía malagueña, que concentra gran parte de la superficie dedicada en España a la producción de estos frutos más propios de otras latitudes.
“Se comenzaron a plantar hace unos 40 años. Se vio que en La Axarquía, por el clima cada vez más tropical, había variedades que pegaban bastante bien”, explica Antonio Rodríguez. Desde entonces, se fueron dejando de lado producciones con más arraigo como el olivar tradicional, los almendros de secano o la uva pasa. Algunos de estos con producciones de largo recorrido, que requieren mucha mano de obra. “Nos metimos en otra dinámica y nos está reventando”, reconoce el secretario general de COAG Málaga.
Andalucía es clave. Concentra prácticamente el 90% de la producción española tanto de aguacate como de mango y eso, en un mal año, incrementa el golpe. Los últimos datos publicados por el Ministerio de Agricultura sobre plantaciones de aguacates indican una superficie total de 14.063 hectáreas al cierre de 2019. De ellas, 11.162 estaban en Andalucía, otras 1.866 en Canarias y cerca de 1.000 hectáreas en la Comunitat Valenciana. Del mango, no desglosa datos.
Precios por debajo de las últimas campañas
“La elevada concurrencia de fruta en el mercado europeo junto a una demanda retraída por la pérdida de poder adquisitivo y las tensiones internacionales, han tenido un impacto negativo en los precios en origen”, reconoce un informe publicado en octubre por el Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía.
“El precio medio del aguacate se ha situado en 1,89€/kg, muy por debajo de los niveles de las últimas campañas”. Añade que, según sus registros, “por primera vez desde la campaña 2014/15, el precio final del aguacate se sitúa por debajo de los 2,00€/kg. En términos relativos, supone una caída del 20% respecto al precio medio del periodo 2016/2020 (2,36€/kg)”. Una situación que afecta a todas las variedades, según indica el Observatorio.
“Desde el inicio de la campaña, el mercado europeo se ha visto afectado por las elevadas producciones procedentes de diferentes orígenes que se han ido solapando a lo largo de los meses. Además de los volúmenes que corresponden a un año de abundante producción, como el caso de Chile, se une el continuo crecimiento de las zonas de cultivo de países como Colombia, Kenia, Marruecos, Israel o Sudáfrica”, enumera el citado informe. “Con una demanda más centrada en el precio que en la calidad, la existencia de muchos orígenes con calidades diferentes y calibres pequeños han provocado una distorsión en el mercado que ha tensionado el precio a la baja”.
“La producción andaluza se ha visto afectada por las sucesivas olas de calor del verano y los fuertes vientos que afectaron a la calidad y al calibre de la fruta”, añade. Y muchos frutos, simplemente, se han quedado sin recoger. “En general, la salida de la producción ha sido muy lenta durante toda la campaña, produciéndose una acumulación de fruta en el árbol desde el inicio. Algunos agricultores optaron por retener el producto a la espera de un cambio en la situación del mercado quedando, al final de la campaña, mucha fruta sin recolectar, especialmente de las variedades más tardías”, concluye el organismo dependiente de la Junta de Andalucía.
Competencia de otros países y falta de agua
Esta situación del aguacate va en paralelo con lo sucedido con el mango. El porqué es que muchos productores cultivan ambos productos al mismo tiempo, según explica Francisco Moscoso, secretario general de Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Málaga. Asegura que los productores, en el caso del mango, se han visto con dos opciones. “O los vendemos bajando precios o los dejamos en el árbol. La cosecha ha sido muy mala y se ha llegado a vender por debajo de lo que ha costado producirlos”, se lamenta.
Para cubrir costes, los representantes de los agricultores piden que el Gobierno “dé contenido a la Ley de la Cadena”, aprobada hace meses, que no permite vender por debajo de lo que cuesta producir y obliga a sellar por escrito los contratos. “Tienen que hacer estudios para ver cuánto cuesta producir cada producto”, indica el responsable de UPA Málaga. “Se añade que entra producto de fuera, que nos están haciendo competencia desleal, de Brasil y México; no tienen la misma textura”, indica Antonio Rodríguez de COAG Málaga. “La Ley de la Cadena en absoluto está funcionando. Para que funcione tiene que haber precios de referencia y que estos se lleven a los contratos. Y eso hay que controlarlo”, recalca.
Los representantes de los agricultores, como en otros sectores del campo, aseguran que este año no cubren costes pero, además, en el caso de estos frutos tropicales se suma la falta de agua. “El pantano de La Viñuela, que riega la región, lo cortaron a principios de octubre. Se está regando con agua regenerada, con pozos particulares y con cubas”, afirma Francisco Moscoso. “En estos años ha ido creciendo la producción y la administración tiene una responsabilidad. Cada uno tiene su parte. Había que haber hecho una planificación de agua. Si tengo 10 hectómetros de agua, solo puedo tener hectáreas para ese agua. Había que haberse puesto de acuerdo antes”, se lamenta.
Sobre el mango, la Junta de Andalucía no ha publicado datos del año aún en curso. El último informe corresponde a 2021 y en él también apuntaba a una caída de precios. “La superficie del mango andaluz sigue incrementándose anualmente. En 2021, se registraron 4.800 hectáreas plantadas, de las cuales el 91% se encuentra en producción. El 90% de la superficie se concentra en la provincia de Málaga”, indica. El resto corresponde, principalmente, a Granada, con el 9% de la superficie cultivada. “El valor de la producción desciende respecto a la campaña anterior, debido a la caída del precio en origen de un 26%”, ahonda.
Crece la producción de aguacate por la promesa de rentabilidad
Las frutas tropicales se han convertido en los últimos años en un imán para los inversores, que las ven como una materia prima de la que extraer rentabilidad. Y, ahí, el aguacate ha brillado por encima del resto. “Una explotación de aguacate (en plena producción) puede llegar a superar los 120.000 euros por hectárea”, asegura el informe Agribusiness en la Península Ibérica, publicado por la consultora CBRE. En él indica que la rentabilidad media por tonelada y hectárea puede alcanzar entre el 12% y el 14% anual.
Una promesa de resultados y un alza de la demanda que ha incrementado la producción de aguacates en países que, como España, no lo tenían entre sus cultivos autóctonos.
Esa mayor demanda se ve, por ejemplo, en un estudio de la Universidad A&M de Texas, que recoge Reuters. Según este análisis, Estados Unidos importa aguacates mexicanos de la variedad Hass (la más producida en España) por valor de 4.000 millones de dólares anuales, cuando hace dos años eran 2.500 millones. México es el mayor productor de aguacates del mundo y allí, en los últimos meses, crecen las críticas, también, por el alto consumo de agua que requiere su producción y porque las plantaciones de aguacates se han convertido en objeto de deseo para los cárteles de la droga.
Hay apetito y otros países se han puesto a producir. Por ejemplo, Australia y Nueva Zelanda. “Las abundantes cosechas de aguacate en Australia han provocado un exceso de oferta, lo que ejerce una significativa presión sobre los precios”, recoge un análisis del banco Rabobank. “Al mismo tiempo, se han producido los problemas en las cadenas de suministro”, que ha distorsionado el comercio internacional de este producto.
Esta entidad financiera se centra, en este caso, en estos dos mercados de las antípodas, pero la situación no es muy diferente a la de España. “La industria tiene que prepararse para un periodo de turbulencias y lidiar con crecientes problemas. Esto va a requerir planificación por parte de los productores en la gestión de su capital y una gestión responsable de la financiación por parte de los inversores”. Además, en otro análisis, Rabobank también señala “un exceso de oferta” en el mercado de los aguacates en Europa, que no se compensa por la creciente demanda en Estados Unidos.
Ante este exceso de oferta, los productores de La Axarquía piden que los consumidores españoles compren local. “No es solo la calidad, que es mejor, también es el medio ambiente, porque son productos de proximidad. Tenemos la despensa aquí y tenemos estándares de calidad más altos. Eso hay que pagarlo. Los agricultores no podemos estar vendiendo siempre por debajo de coste”, reclama Antonio Rodríguez.