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Alemania y Holanda bloquean los topes al precio del gas en la UE

La ministra francesa de Transición Ecológica, Agnés Pannier-Runacher; la comisaria europea de Energía, Kadri Simson; y la vicepresidenta española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, el 25 de octubre de 2022 en Luxemburgo.

Andrés Gil

Luxemburgo —
25 de octubre de 2022 17:13 h

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Siguen divididos. Básicamente por la oposición de Alemania, que contagia a Holanda y a la Comisión Europea de la misma manera que el precio del gas contamina la factura de la luz. Y, en consecuencia, el debate sobre poner topes al precio de gas se mantiene encallado, siguiendo la estela del último Consejo Europeo de la semana pasada. Hasta tal punto que la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha pedido, como la presidencia checa de turno del Consejo de la UE, más concreción a la Comisión Europea con vistas a un nuevo consejo de ministros extraordinario, el 24 de noviembre. Pero la comisaria de Energía, Kadri Simson, ha enfriado la posibilidad: “No hay consenso ni sobre la europeización de la excepción ibérica ni sobre el corredor dinámico de precios previo al nuevo índice complementario al TTF que estará listo en primavera”.

La Comisión Europea tiene entre sus atribuciones la capacidad de hacer propuestas legislativas, pero en este caso no quiere dar el paso de liderar el proceso, y se encuentra a rebufo de los Estados. Y los Estados están “profundamente divididos”, explica la comisaria Simson. Así, para el próximo 24 de noviembre se prevé que se aprueben, básicamente, las compras conjuntas de gas y mecanismos de solidaridad, lo que presentó Bruselas hace una semana antes de la cumbre.

Así, lo que la Comisión Europea podría presentar antes del consejo extraordinario del 24 de noviembre es un estudio de impacto por Estados de la ampliación de la excepción ibérica, sobre la que ha difundido este martes un papel de reflexión, un non-paper, en el que evidenciaba sus reservas sobre la propuesta.

“El partido no ha terminado”, ha dicho el ministro de Energía checo, Josef Síkela, en la respuesta posterior a la reunión de los ministros: “Cuando se trata del modelo ibérico, veo el documento de la Comisión como una contribución para el debate, pero no es una propuesta. Y necesitamos una propuesta para poder impulsar nuestra discusión. Esto es algo que los Estados miembros ya pedían en el Consejo extraordinario del 9 de septiembre. Así que está claro que la Comisión y tal vez algunos Estados miembros [Alemania y Holanda, fundamentalmente] no ven el modelo ibérico como un camino a seguir. Pero para evaluarlo adecuadamente, necesitamos más detalles, propuestas legales concretas, o el estudio de impacto, que los líderes estaban pidiendo”.

“De hecho”, ha respondido la comisaria Simson, “hay diferentes puntos de vista entre los Estados miembros sobre la posible extensión de la exención ibérica al resto de la UE y, por lo tanto, nuestra tarea era exponer los posibles impactos de la medida y de la posible demanda de gas si los flujos de electricidad subvencionada también se comercializan en los países vecinos no comunitarios. Y también cómo podríamos abordar el impacto diferente para los Estados miembros en términos de costes y beneficios”.

Para el vicecanciller alemán y ministro de Acción Climática, Robert Habeck. el tope al precio del gas “no es el instrumento adecuado”, al tiempo que ha destacado que “los precios del gas han vuelto a caer significativamente hoy por las medidas tomadas en las últimas semanas, que han supuesto que las instalaciones de almacenamiento estén llenas y que estemos construyendo una infraestructura alternativa. Los mercados confían en que el suministro energético en Europa funcionará y que los precios bajarán. Hay acuerdo en que crearemos plataformas de compras conjuntas, existe un consenso de que queremos reducir el consumo de energía, de que queremos expandir las energías renovables más rápidamente y que la Comisión Europea debe hacer propuestas sobre cómo hacerlo. Y tenemos claro que queremos evitar los problemas de suministro”. Lo que no ha explicado Habeck es el impacto en la caída de precios que ha tenido que Alemania haya dejado de comprar gas para llenar sus reservas.

Sobre el corredor de precios previo al índice complementario, el ministro alemán ha dicho: “Cuando los mercados se disparan, cuando hay un shock externo y los mercados están abiertos a la especulación, entonces tú intervienes y viceversa. Y ahora nos comprometemos a bajar los precios utilizando estratégicamente el gran poder que tiene Europa como consumidor, como gran comprador de energía, por lo que no tenemos empresas que están generando competencia por el gas, sino que están bajando los precios del gas. Ahora se trata de mantener y perpetuar estos efectos en el mercado”.

Rob Jetten, ministro holandés de Acción Climática, ha dicho: “A los Países Bajos nos gustaría ver un análisis de impacto aún mejor [sobre la europeización de la excepción ibérica] porque nos preocupa la seguridad del suministro en Europa y queremos que este tipo de medidas vayan de la mano de una reducción de la demanda vinculante en toda Europa, porque esa es la forma más rápida de reducir la presión sobre el mercado del gas. Varios países, incluidos los Países Bajos, han indicado hoy que las medidas conducen a una gran cantidad de exportación de electricidad a países no pertenecientes a la UE ya consumir mucho más gas en Europa”.

La vicepresidenta Ribera, por su parte, ha explicado que “ha habido muchos Estados miembros que le han pedido a la Comisión que sea mucho más precisa en el análisis sobre cómo aplicar el denominado mecanismo ibérico en todo el territorio, sin que esto suponga un riesgo de fugas a terceros estados. El próximo 24 de noviembre tendremos un consejo extraordinario de Energía, donde la Comisión deberá presentar con mucha mayor precisión estas propuestas. Ciertamente, todavía hay algunos Estados miembros que son renuentes que les preocupa este tipo de decisiones”.

“Hay un número muy importante de países que que quieren confirmar que efectivamente puede ser una solución en esa preocupación que sienten por el riesgo de que el precio de la electricidad siga creciendo”, ha explicado Ribera, “y hay algunos, aquellos que tienen una mayor intensidad de CO2 en su sistema de generación eléctrica, o aquellos que tienen una mayor dependencia o una mayor interconexión con estados limítrofes, ya sea con el Reino Unido o con Turquía, que les preocupa como pueda funcionar en términos operativos”.

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