Alemania: el precio de la electricidad más alto de Europa coloca a 6 millones de personas en riesgo de pobreza energética

Trabajadores pobres, parados de larga duración, jubilados o demandantes de asilo. No hay un perfil típico en el que puedan encajar quienes visitan las asesorías del proyecto “Renania del Norte-Westfalia contra la Pobreza Energética”, una iniciativa organizada por la Asociación Alemana de Consumidores. Quienes visitan sus oficinas en Düsseldorf (oeste alemán) sufren la pobreza energética.

“Lo que hacemos es plantear una ofensiva con información para ayudar a los consumidores, ya sea a nivel legal ante un corte de la luz, frente a deudas por impagos de facturas de la luz o a nivel de gestión de presupuesto de esas personas”, explican a eldiario.es desde esa iniciativa lanzada en 2012. Al año, “Renania del Norte-Westfalia contra la Pobreza Energética” asiste a unas 1.000 personas. Son una mínima parte de los afectados por la pobreza y los altos precios de la luz en Alemania.

En el país de la canciller Angela Merkel se paga el mayor precio de Europa por los 100 kilovatios hora (kWh). A saber, 30,5 euros, según datos recientemente publicados por Eurostat. En el podio de países con mayores precios de la luz, Alemania figura por delante de Dinamarca (30,1 euros por 100 kWh) y Bélgica (28,8 euros). España (21,8 euros) es sexta en el ranking.

La pobreza energética tiene mucho que ver en Alemania con ese “liderazgo” germano en lo que a precios se refiere. Esa treintena de euros por 100 kWh explican también que, de acuerdo con los datos más recientes que se tienen al respecto, en 2016 hubiera en Alemania unos 318.500 cortes de la luz por impagos. Hasta 6,6 millones de personas estaban amenazadas por encontrarse en una situación así en 2016. En Alemania, país que pasa por ser la locomotora del crecimiento económico europeo, se apagan muchas luces a falta de poder asumir facturas.

“El mercado de la energía eléctrica presenta precios excesivos de forma artificial”, dice a eldiario.es Claudia Kemfert, experta del Instituto Alemán para la Investigación Económica (DIW) de Berlín. “En el precio que acaban pagando los usuarios de la electricidad intervienen varios factores, como los costes de aprovisionamiento, los impuestos y tasas para financiar otras fuentes de energía renovables o las tarifas del uso de la red”, explica esta investigadora.

Financiar el cierre de nucleares

Cerca del 50% del precio de la electricidad se identifica con esas tarifas, tasas e impuestos. Estos últimos, sirven, entre otras cosas, para financiar la Energiewende. Por ese término se entiende la transformación del panorama energético germano, que incluye el cierre de las centrales nucleares en 2022, la drástica reducción del consumo de energía de origen no renovable y, por consiguiente, un considerable aumento de la producción de energía renovable. Parte de los grandes actores industriales del país están exentos de pagar todas esas tasas e impuestos.

Kemfert señala, para explicar el alto coste de la energía eléctrica en suelo germano, que “las tarifas de uso de la red han crecido mucho en los últimos años”. “Las grandes eléctricas no están ofreciendo energía al bajo coste al que ellas la adquieren en las bolsas de energía”, agrega. En general, se asume aquí que el coste de esas tarifas de uso de la red es algo que las grandes empresas eléctricas hacen pagar a los usuarios.

Este contexto facilita que empresas alemanas como EON Strom o RWE, o la compañía sueca Vattenfall – los grandes del mercado eléctrico – generen beneficios. Grandes y pequeños actores del sector podrían reducir los precios en vista de la libre competencia. “Pero muy pocos usuarios cambian de empresa. Se quedan con tarifas básicas, que son más caras”, sostiene Kemfert. “Los usuarios podrían gastar menos si cambiaran y ahorraran”, abunda la experta del DIW.

Nader, vendedor del sector de la electricidad del berlinés barrio de Neukölln, coincide con Kemfert. “Si quieres pagar menos por la electricidad, puedes hacerlo, pero es difícil ver qué empresa te conviene. Algunas son realmente baratas, pero tienes que tener, por ejemplo, determinados electrodomésticos en casa”, dice Nader a eldiario.es. “No puedes saber en un par de minutos cómo abaratar la factura de la luz”, añade.

“El problema es que la gente no gana lo suficiente”

“En el mercado hay oferta, pero no se da a conocer, es una pena”, subraya Kemfert. Parecen quedar atrás los días de popularidad de páginas como Preisvergleich.de, donde los usuarios pueden contrastar ofertas de las diferentes empresas del sector energético, entre otras.

Sea como fuere, hay millones de personas en Alemania que viven bajo la amenaza de que sus hogares se queden sin luz. Poco, a parte de iniciativas como “Renania del Norte-Westfalia contra la Pobreza Energética”, hay a disposición de los usuarios más desfavorecidos para hacer frente a la amenaza del corte de la luz. “El problema no es sólo que los precios sean altos, es que hay gente no gana lo suficiente”, dicen desde la iniciativa de Düsseldorf.

Para las personas que reciben apoyo de los servicios sociales públicos, la electricidad se considera “necesidad básica” que cubrir. Por ello reciben, en los casos más extremos, del orden de 30 euros al mes, un montante insuficiente cuando 44 euros al mes en electricidad se considera que es poco gasto en un hogar unipersonal alemán. Más allá de esas ayudas sociales, en iniciativas como “Renania del Norte-Westfalia contra la Pobreza Energética” u organizaciones como Cáritas se hace hincapié en las asesorías y el ahorro de los usuarios.

“Hay muchos proyectos en marcha contra la pobreza energética, pero falta un plan maestro del Gobierno que se fije en los motivos de la pobreza energética y que agrupe medidas en la materia”, reconocen en “Renania del Norte-Westfalia contra la Pobreza Energética”. En esta iniciativa también echan en falta que esta cuestión social no cuente con el foco del debate público alemán.

Kemfert, la experta del DIW, subraya que la electricidad y su precio no es la causa del problema de la pobreza, incluida la energética. Lo son otros factores, como la existencia de “salarios demasiado bajos o un mercado laboral injusto” comenta esta experta. Del mercado laboral alemán, el Gobierno de Merkel espera este año que alcance una ocupación del 95,1%. De cumplirse el pronóstico, el número de empleados quedará en unos 45,2 millones. Entre ellos es muy probable que los haya con problemas para pagar la factura de la luz.