César Alierta, tradicionalmente uno de los ejecutivos españoles mejor pagados, va a abandonar la presidencia ejecutiva de Telefónica el próximo 8 de abril con una de las mayores pensiones de la historia de España.
Alierta, que va a permanecer vinculado a Telefónica como consejero de la compañía y presidente ejecutivo de su fundación, es beneficiario desde febrero de 2015 de un “Plan de Previsión Social” gestionado por el Banco Sabadell (“BS Plan Jubilación Colectivo”) cuya “expectativa de derecho” ascendía a 31 de diciembre de 2015 a 37.315.649 euros, según el último informe de remuneraciones remitido por Telefónica a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El origen de ese plan data de julio de 2014, cuando el consejo de administración de Telefónica aprobó la sustitución del blindaje que tenía Alierta hasta ese momento (equivalente a cuatro años de sueldo) por una aportación “extraordinaria y única” de 35,5 millones de euros a ese plan, que a 31 de diciembre de 2015 se había revalorizado hasta los citados 37,3 millones.
La empresa enmarcó la decisión de realizar esa aportación extraordinaria “en la política de la compañía de reducir los blindajes, conforme a las mejores prácticas existentes en materia de gobierno corporativo”. Lo cierto es que Alierta (que en 2014 cobró 6,734 millones de euros) se quedó básicamente como estaba, ya que el resultante de la compensación es similar al que habría obtenido de mantenerse ese blindaje de cuatro años de sueldo.
A esos 37,3 millones se sumarían los 14.526.098 euros con los que a diciembre de 2015 estaba dotado otro plan de jubilación, denominado Plan de Previsión Social de Directivos (PPSD), aprobado en 2006 y cuyas aportaciones se calculan a partir de un porcentaje de la retribución fija del beneficiario.
En el documento remitido a la CNMV, Telefónica explicaba que en él “participan los Consejeros Ejecutivos, a excepción del Presidente Ejecutivo [Alierta], que dejó de participar en el mes de febrero de 2015”. Daba a entender que un plan ha sustituido al otro, pero no lo aclaraba, y cifraba las “expectativas de derecho” de Alierta en ese plan en los citados 14,5 millones de euros.
A preguntas sobre este asunto, un portavoz de Telefónica declinó precisar este martes si ambos planes son incompatibles. En el caso de que puedan sumarse, la pensión de Alierta, que el próximo 5 de mayo cumplirá los 71 años, superaría los 51,8 millones de euros.
Sean 51,8 millones o 37,3 millones los que cobre finalmente, la pensión de Alierta va a estar entre las mayores recibidas por un ejecutivo español. La mayor indemnización de la historia de España se la llevó Ángel Corcóstegui, ex consejero delegado de Central Hispano, que en 2001 recibió 108 millones de euros por su salida de la entidad tras la fusión con el Santander; a continuación figuran Alfredo Sáenz (que recibió 88 millones de euros tras abandonar el Santander en 2013) y los 68,7 millones que se embolsó el hoy presidente de Bankia, José Ignacio Gorigolzarri, tras ocho años como consejero delegado de BBVA, que abandonó en 2009.
Alierta, que el año pasado cobró 8,691 millones de euros entre sueldo y acciones (un 29% más), dejará la presidencia de Telefónica el próximo 8 de abril con una participación que a día de hoy es del 0,106% en la compañía, lo que le convierte en el primer accionista individual de la empresa.
Son 5,29 millones de acciones que a precios de mercado están valoradas en 52 millones de euros. Buena parte de esos títulos los ha recibido Alierta como retribución por sus funciones ejecutivas en la empresa, de la que fue nombrado presidente el 27 de julio de 2000.