Grecia y el Eurogrupo, la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la zona euro, han alcanzado este viernes, fecha en la que expiraba el ultimátum lanzado sobre Atenas por los socios del euro el pasado lunes, un principio de acuerdo para extender otros cuatro meses el plan de rescate griego, que vencía el próximo 28 de febrero.
La prórroga llega en la semana más tensa, tras la abortada reunión del pasado lunes y con cruces diarios de declaraciones entre los Ejecutivos alemán y griego. Finalmente, la prolongación del rescate ha podido ser acordada, aunque serán cuatro y no seis meses, como solicitaba el Gobierno de Alexis Tsipras.
La reunión empezó con tres horas de retraso y los augurios no eran buenos. Pero a medida que avanzaba la tarde los nubarrones fueron despejándose, y así un tuit positivo del comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, el francés Pierre Moscovici, y un cable de Reuters confirmaban la buena nueva. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, compareció risueño ante los medios: “Habrá más flexibilidad, que se acordará con las autoridades griegas”.
La prórroga del rescate llega tras una semana de declaraciones grandilocuentes, con Alemania diciendo 'nein' a todo y Grecia proclamando que no firmaría una prórroga del memorando “ni con una pistola en la sien”. Escenificado el distanciamiento, el acuerdo permite a Atenas optar a los siguientes desembolsos del programa de ayuda (un préstamo de 1.800 millones de euros, un pago de 1.800 millones de euros a cuenta del beneficio del BCE con la compra de bonos griegos y 10.900 millones en bonos del primer fondo de rescate europeo para recapitalizar la banca griega) y da oxígeno a la banca helena, absolutamente dependiente de las cada vez más exiguas líneas de liquidez de emergencia del Banco Central Europeo (BCE) y que ha visto cómo la fuga de depósitos se agravaba, con 1.000 millones de euros evaporándose en los últimos dos días.
El texto aprobado arranca con un “reconocimiento” del Eurogrupo “a los esfuerzos del pueblo griego por las medidas de ajuste adoptadas en los últimos años”. Después reconoce que “un mejor uso de la flexibilidad” ha sido clave para acercar posturas y aplaude los “compromisos” contraídos por el Gobierno de Tsipras, si bien estos no se darán a conocer hasta el próximo lunes. “Acogemos con beneplácito el compromiso de las autoridades griegas para trabajar en estrecho acuerdo con las instituciones y los socios europeos e internacionales. En este contexto cabe recordar la independencia del Banco Central Europeo”. La nota del Eurogrupo insiste en la intención de los Diecinueve de “proporcionar un apoyo adecuado a Grecia” hasta que se haya recuperado el pleno acceso al mercado, “siempre y cuando cumpla con sus compromisos”.
Queda pendiente conocer qué reformas que Atenas adoptará en contrapartida. El texto del acuerdo señala que “las autoridades griegas presentarán primero una primera lista de medidas basadas en el acuerdo actual el próximo lunes 23 de febrero. Si esta lista de medidas es lo suficientemente completa, las instituciones [europeas] proporcionarán una primera opinión en aras de una conclusión exitosa. Esta lista se especificará más y se acordará igualmente con las instituciones a finales de abril”, que es cuando expira el acuerdo parcial.
El principio de acuerdo ha sido redactado por Dijsselbloem y los ministros de Finanzas de Alemania y Grecia, Wolfgang Schäuble y Yanis Varufakis, que en rueda de prensa, y en tono conciliador, dijo que Grecia “está dejando atrás” la época en la que las reformas “eran impuestas pero luego no se aplicaban”. “Ni este Gobierno ni yo nos dedicamos a estafar a nuestros socios”. El ministro griego ha celebrado que su país no se comprometa a bajar más las pensiones o a volver a subir el IVA. “Hay que ser muy estrecho de mente para decir que seguimos teniendo el mismo rescate”, ha señalado.
Por su parte, el holandés Dijsselbloem ha advertido de que “la confianza se va más rápido de lo que tarda en crearse”. Pero concedió: “Tiene que haber un espacio político para cada nuevo Gobierno”.
La prórroga forma parte del rescate de casi 200.000 millones que Grecia ha recibido en el último quinquenio a cambio de durísimas reformas que han hundido su PIB un 25%. Con él, Atenas se asegura una eventual vía de financiación hasta abril, cuando probablemente vuelvan a aflorar las uñas de cada parte. En junio, Atenas hará frente a vencimientos de deuda por valor de 3.500 millones de euros. “Pero habrá un posible seguimiento de los acuerdos”, ha recalcado el holandés, remarcando lo de “posible”.
No todos salieron contentos de la reunión del viernes. Varias informaciones previas a la rueda de prensa sugirieron que los ministros de Economía español (Luis de Guindos) y la portuguesa Maria Luís Albuquerque, ambos pertenecientes a Gobiernos conservadores y obedientes de las políticas de Bruselas tras recibir asistencia financiera de sus socios, se opusieron a la prórroga del rescate.
Una fuente del Gobierno heleno comentó a eldiario.es la impresión de que De Guindos le había dado durante el cónclave: “Tuvo un comportamiento más monárquico que el propio rey. E intentó todo lo que estaba en su mano para bloquear el acuerdo, insistiendo en que se celebrase otra reunión del Eurogrupo el próximo martes”.
Se han necesitado tres Eurogrupos, durísimos intercambios entre Atenas y Berlín –Merkel ha tratado de hacer ver quién manda en la UE- y cesiones por ambos bandos, a veces separados por diferencias semánticas antes que de contenido por el impacto que la palabra rescate tiene en las ciudadanías. Pero ha habido acuerdo. “Para los ministros de Economía de algunos países, no es tan fácil venir dos veces por semana a Bruselas”, bromeó Pierre Moscovici.