El ex diputado socialista Antonio Miguel Carmona ha salido del consejo de administración de Iberdrola España, de la que hace poco más de un año fue nombrado consejero y vicepresidente. Así lo confirman a elDiario.es fuentes del grupo. Esas fuentes aseguran que este movimiento se debe a que el ex concejal del Ayuntamiento de Madrid va a tener una nueva responsabilidad en la filial española, que no concretan.
Esas fuentes señalan que el ex concejal socialista, “motu proprio, no aparece en el consejo para poder ser miembro de la dirección” de la filial española. “Un cargo ejecutivo es incompatible con estar en el consejo”, aseguró un portavoz de la multinacional energética. En la web de Iberdrola España el único consejero ejecutivo que aparece es Mario Ruiz-Tagle, nombrado el pasado verano.
Carmona fue nombrado vicepresidente de la filial hace poco más de un año, con una retribución que no es pública pero que algunos medios cifraron en el entorno del medio millón de euros anuales.
Su fichaje se anunció en pleno conflicto con el Gobierno por la subida de la luz y aterrizó en la multinacional tras un verano en el que Iberdrola había sido señalada por la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, por el “escandaloso” vaciado de embalses, que no tuvo consecuencias para la compañía. Su incorporación llegó en pleno pulso con el Gobierno por un Real Decreto para drenar los ingresos extra de las eléctricas por la subida del gas que luego fue corregido en el Congreso tras las presiones del PNV.
En las filas socialistas se interpretó el nombramiento como “una declaración de guerra” del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Carmona, que nunca ocupó puestos relevantes en la Administración y en las elecciones de 2015 perdió estrepitosamente las municipales madrileñas frente a Manuela Carmena, llevaba años criticando a Sánchez por distintos platós de televisión.
Con el ex concejal gestionando el área de comunicación de Iberdrola, desde entonces la relación entre la multinacional y el Gobierno, lejos de reconducirse, ha seguido siendo tensa, a medida que la crisis energética iba agravándose tras la invasión de Ucrania y la explosión de los precios de la luz y el gas.
Este miércoles, tras ratificar el objetivo de pulverizar un nuevo récord de beneficios en 2022, más de 4.000 millones de euros, Galán confirmaba a los analistas su intención de recurrir el nuevo impuesto a las energéticas que prepara el Ejecutivo. Hace unos meses el salmantino protagonizó un sonoro traspiés (con disculpa pública y reprimenda del Gobierno incluida) al llamar “tontos” a los consumidores acogidos a la tarifa regulada del precio voluntario al pequeño consumidor (PVPC), los grandes beneficiarios de la solución ibérica arrancada por España y Portugal a la UE a la que Iberdrola se ha opuesto con una intensa campaña de lobby.
El cese de Carmona como vicepresidente de Iberdrola España llega tras el reciente ascenso del vicepresidente de CEOE y ex número dos de Luis de Guindos, Íñigo Fernández de Mesa, en la filial británica de Iberdrola, Scottish Power.
Desaparecido
El nombre de Carmona, profesor de economía y ex diputado por el PSOE en la Asamblea de Madrid en dos etapas (entre junio de 1999 y diciembre de 2002, y entre junio de 2011 y junio de 2015), llevaba días desaparecido del apartado de la web corporativa de Iberdrola que detalla la composición del máximo órgano de gestión de su filial en España. Su cese no figura todavía en el Registro Mercantil.
En esa web de Iberdrola sí aparece como consejero delegado de la filial española Ruiz-Tagle, designado en julio primer ejecutivo de la filial en sustitución de Ángeles Santamaría. Y, como presidente, el nuevo número dos de la compañía, Armando Martínez, nombrado esta semana por Galán nuevo consejero delegado de la multinacional energética.
Martínez será el primer CEO desde que el salmantino tiene todo el poder en la empresa, en una maniobra que va tímidamente en la dirección de separar los cargos del presidente y consejero delegado, como llevan años pidiendo los fondos y recomiendan las mejores prácticas de gobierno corporativo. Pero, según dijo este miércoles a los analistas Galán (que mantiene el poder ejecutivo), es un signo de “continuidad” y no va a implicar una “revolución” en la primera línea de gestión de la mayor eléctrica española, que lleva pilotando 22 años.