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La banca española apuesta por más fusiones pese a ser junto a la griega la que más se ha concentrado desde 2008

Fachada de una sucursal de CaixaBank.

Diego Larrouy

Esta semana se cumplía el primer aniversario de la venta de Banco Popular a Santander tras la debacle del primero. Pocos meses después BMN se integró en Bankia. Son las dos últimas operaciones en un sector bancario que camina hacia la concentración, pero podrían sucederse nuevas en el futuro próximo. Así lo señalan directivos del sector, que apuestan por nuevas fusiones.

En concreto, Gonzalo Cortázar y José Antonio Álvarez, consejeros delegados de CaixaBank y Santander respectivamente, señalaron este viernes que en el sistema bancario español se van a producir más fusiones. Si bien, matizaron que a partir de ahora será por “conveniencia” y no por necesidad, como fueron las fusiones de Popular o las de las cajas rescatadas. Incluso la principal patronal del sector, la AEB, ha defendido la concentración ante los bajos márgenes de las entidades financieras.

Los directivos hicieron estas declaraciones en un contexto en el que España pasa por ser el segundo país de los 28 que componen la Unión Europea en el que más se ha concentrado el sector financiero durante la crisis. En concreto, según estadísticas del Banco Central Europeo, los cinco primeros bancos españoles acaparaban el 42% del total de los activos del sector en 2008. En 2017 esta cifra superaba el 63%, alcanzando el nivel más alto entre las principales economías de la UE. En Italia apenas supera el 40%, en Francia el 45% y en Alemania el 30%.

Si bien, el BCE matizaba que los datos del pasado año todavía son provisionales, por lo que no se conoce el impacto definitivo de la fusión de Popular y Santander y la de Bankia y BMN. Es previsible que la cifra sea todavía más alta. Otros estudios, como el de la consultora Álvarez & Marsal, apuntan que los cinco primeros (Santander, Caixabank, BBVA, Bankia y Sabadell) acumulan más del 80% de los créditos y depósitos en España.

Todas las grandes entidades españolas han ido aumentando durante la crisis su volumen gracias a las fusiones. BBVA integró a Catalunya Caixa y a Unimm; Bankia es heredera de la fusión de Caja Madrid y Bancaja, entre otras; CaixaBank se hizo con Banca Cívica o Banco de Valencia; o Sabadell con la CAM, entre otras grandes operaciones en el sector.

Fernando Rojas, de Analistas Financieros Independientes (AFI), considera lógico que los bancos busquen más fusiones como una vía para mejorar la rentabilidad y eficiencia en un contexto de bajos tipos de interés. Además, apunta que el propio Banco Central Europeo quiere que se vayan produciendo más uniones para facilitar sus tareas de supervisión. “El sector seguirá concentrándose”, prevé el analista.

Llama la atención, sin embargo, que la tendencia a la concentración no se ha dado igual en todos los países europeos. En Francia, Bélgica o Austria no solo no se han unido más las entidades, sino que la cuota de mercado de las cinco primeras es inferior que al arranque de la crisis y en Alemania el aumento ha sido ligero, e incluso se ha reducido en los últimos años. Solo Grecia ha superado el nivel de concentración de España que, pese a ello, no está a la cabeza en la UE, aunque sí por encima de la media.

Precisamente este hecho es el que ha provocado que comience la preocupación por el impacto de la concentración sobre la competencia. En concreto, el Banco de España publicaba hace unos días en su Revista de Estabilidad Financiera un artículo en el que se señalaba que, pese a que todavía no se ha llegado a niveles problemáticos, “es un elemento de potencial preocupación”. El estudio señalaba además que en todas las provincias había crecido de manera importante durante la crisis, en algunos casos llegando a estar “excesivamente concentrados”.

Esta alerta sin embargo difiere de la opinión del que ha sido hasta el viernes el gobernador de la institución. Luis María Linde defendió en una de sus últimas intervenciones públicas que “hay margen para nuevas fusiones bancarias en España”. Según él, “hay una competencia muy intensa entre los bancos”. Rojas, de AFI, también señala que en los estudios que han realizado, tampoco se ha visto una pérdida de competencia.

Pero esta concentración bancaria tiene consecuencias más allá de la competencia. Las dos más evidentes han sido la desaparición de puestos de trabajo y de oficinas. En concreto, desde 2008 se han cerrado 18.350 sucursales bancarias y se ha despedido a 83.450 empleados. A ellos se sumará una cifra previsiblemente elevada cuando Santander y Popular culminen la fusión de sus respectivas redes comerciales el próximo año. El propio consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, aseguró recientemente que todavía “este proceso no ha terminado” en el sector.

Con estos datos, Julio Rodríguez, de Economistas Frente a la Crisis, asegura que “no puede estar a favor” de que se camine a la concentración del sistema financiero y señala que la principal consecuencia que se está teniendo es la “exclusión bancaria”. Es decir, que hay gente que, especialmente por la desaparición de oficinas en áreas rurales o poco pobladas, se ven fuera del sistema financiero. Por ello, defiende que se explote el papel de Bankia como banca pública y que se utilice para ello también el ICO, para mantener el acceso del público para, por ejemplo, el crédito hipotecario.

Mientras tanto, en el sector se repiten dos nombres como los posibles focos de compras en el futuro, Bancaja y Liberbank. Sin embargo, Rodríguez señala que con los altos niveles de concentración actuales en España lo que tendría sentido son las fusiones a nivel europeo. Este es el gran punto pendiente de la unión bancaria y que es recurrente en los discursos de entidades financieras. Sin embargo, es algo que todavía se prevé lejano, por lo reciente de la unión de la supervisión financiera común.

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