Argentina vive días de incertidumbre económica. Con una crisis del peso y su pérdida de valor frente al dólar, el Gobierno que preside Mauricio Macri se ha remitido al Fondo Monetario Internacional en busca de apoyo financiero. Los medios locales como Clarín cifran en 30.000 millones de dólares el préstamo que va solicitar al organismo internacional.
Macri, en una breve alocución televisiva, ha defendido que se trata de una medida “preventiva” y ha asegurado que esta situación está provocada por el alto gasto público de los anteriores gobiernos, en una alusión a Cristina Fernández de Kirschner. Según el presidente, ya se han iniciado conversaciones con la presidenta del FMI, Cristine Lagarde.
El país venía sufriendo en los últimos días una depreciación del peso respecto al dólar, lo que ya había llevado al Gobierno a anunciar una importante subida de tipos de interés para intentar frenar la devaluación de la moneda. El dirigente ha señalado que esta situación se ha visto acelerada por el contexto internacional, que hasta la fecha “había sido muy favorable” para la economía argentina.
“El camino que hoy tomamos redundará en un mejor futuro para los argentinos”, ha defendido Macri, quien ha asegurado que pretende evitar de este modo “la demagogia” de la oposición. Las previsiones del FMI para Argentina anunciada hace unos días ponían también de evidencia una alta inflación que podría llegar este año a un crecimiento del 20%, la segunda tasa más alta de la región. La última vez que Argentina acudió al FMI fue a comienzos del siglo XXI.
Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda de Argentina, ha defendido la búsqueda de esta vía con el fin de abaratar la financiación de la economía del país. Sin embargo, no ha querido cifrar el acuerdo, que ha dicho que se fijará “en los próximos días”. Pese a la petición de ayuda, el dirigente ha asegurado en una conferencia de prensa que “no podemos seguir acudiendo siempre al exterior”.
Pese a que la situación recuerda a otras épocas para la economía argentina, el ministro ha defendido que se han “hecho progresos” desde que Macri llegara en 2015 a la presidencia de la República. El dirigente aseguró que la petición de ayuda al FMI debe “complementar” las medidas que se anunciaron ya la semana pasada y que es “la mejor manera” de defender el crédito en el sector privado.